jueves, 11 de agosto de 2016

'Dilemas y Encrucijadas' por EMIR SADER

marzo de 2015


'Dilemas y Encrucijadas'
por     EMIR SADER


En el marco del Foro Iternacional por la Emancipación y la
Igualdad, (1) el cientista político brasileño analiza los dilemas y 
encrucijadasque enfrentan los países de la región, prestando 
especial atención a la ideología consumista del modo de vida 
norteamericano y el rol de los capitales especulativos, así como 
a la necesidad de democratizar los medios de comunicación y 
avanzar en el proceso de integración regional.

Los dilemas y encrucijadas de Brasil no son distintos de los otros.  Atacan al gobierno de Brasil

por las mismas buenas razones que atacan al gobierno de Argentina, al gobierno de Venezuela, 

al gobierno de Ecuador.

Por buenas razones: porque hemos roto con el modelo neoliberal. No atacan al gobierno de

México, no atacan al gobierno de Perú, porque son gobiernos que se han mantenido en el marco
de ese modelo. Nosotros podemos estar orgullosos de nuestra querida América Latina en este 

siglo XXI porque algunos de nuestros países, aun en un marco de crisis internacional del 

capitalismo y de hegemonía imperial norteamericana, han disminuido la desigualdad, la miseria y 

la pobreza. Hemos construido unproceso de integración regional como no hay en ninguna otra

parte del mundo. Podemos estar orgullosos de todo lo que hemos hecho. 

Por eso nos atacan. 

Al contrario de nuestro querido México: México se casó con Estados Unidos creyendo que se 

casaba con una viuda rica, pero se casó con una viuda quebrada, uno de los epicentros de 

recesión internacional, el país con mayor grado de consumo de drogas en el mundo por todas las

razones que sabemos. "El modo de vida norteamericano".

Brasil, Uruguay, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia han escogido otro camino. En lugar de 

la centralidad del ajuste fiscal, hemos elegido la centralidad de las políticas sociales. ¿Qué mejor 

política podría haber para el continente más desigual del mundo? Promover los derechos de los 

más postergados, de los más frágiles, de esos que más han sufrido la dictadura militar en los 

gobiernos neoliberales. Si tenemos apoyos extraordinarios luego de diez, quince años, es porque

tenemos el pueblo con nosotros. Y tenemos el reconocimiento y el voto popular porque hemos 

promovido el derecho de gente que era excluida por el modelo neoliberal. Para el neoliberalismo 

basta un tercio de nuestros países. Si hubiera una enfermedad brutal que llevara a la muerte a 

dos tercios de la población, ahí viene el capitalismo neoliberal. Porque hay una masa de gente 

que no son consumidores de sus shopping centers, que no son mano de obra altamente

calificada para sus industrias. Lo que nosotros hemos hecho es incorporar a toda la población de 

Ecuador, de Bolivia, de Venezuela, de Uruguay, de Brasil y Argentina a nuestros gobiernos, a 

nuestros presupuestos, a nuestras luchas políticas. Y eso es insoportable. Por eso hemos 

ganado una, dos, tres elecciones y seguiremos ganando. Por eso, el temor era que gente de 

"otro tipo", como Evo Morales o como Lula, no lograra siquiera gobernar. Hoy tienen miedo, como

 dice Evo, de que no se vayan nunca más. Tienen pánico. Ahí está la desesperación de la 

derecha brasileña, porque miran el horizonte y ven a Lula en 2018. Entonces claro que están 

asustados. No basta perder una vez, dos veces, tres, cuatro veces, con su más querido cuadro, 

el dirigente del PSOE, Pedro Sánchez, vino a América Latina a buscar alternativas para renovar 

su  imagen, para no copiar la vieja imagen de Felipe González, ¿con quién se entrevistó?

¿Con Fernando Henrique Cardoso? No. Se entrevistó con Lula.

Porque sabe que ese hombre representa la lucha contra el hambre, la recuperación del 

desarrollo económico en la distribución de la renta.

América Latina hizo avances fundamentales: prioridad de las políticas sociales y no del ajuste 

fiscal.  Prioridad de los procesos de integración regional, intercambio sur-sur, y no tratados de 

libre comercio con Estados Unidos. Ahí está México. Ahí, los veinte años de balance del

NAFTA. ¿Qué es lo que trajo a México? Más miseria, más desigualdad, más tráfico de drogas.

Nosotros hemos optado por la no centralidad del mercado. Hemos rescatado el Estado como 

agente activo de desarrollo económico y de garantía de derechos sociales. Por eso tenemos hoy 

una capacidad de resistencia a la crisis internacional. El capitalismo vive en su centro la más 

prolongada y profunda crisis desde el 29. En otras circunstancias, hubiéramos entrado en 

recesión profunda y prolongada como ellos. Qué cuadro triste ver a Europa, que había 

construido  el generoso marco del estado de bienestar social, destruirlo y de la manera más

cruel. Castigando a los más frágiles, a los sidosos, a los inmigrantes, a los niños, a las mujeres.

Mientras tanto, nosotros tenemos que resistir a la crisis. No hemos entrado en recesión. 

Bajamos, sí, nuestro nivel de crecimiento, porque nos falta la demanda del centro del 

capitalismo. 

 Nosotros tenemos otro tipo de demanda. Tenemos la demanda de Asia, tenemos el intercambio

 intenso de nuestros países por los procesos de integración regional. Y, mucho más importante, 

tenemos la demanda de las capas populares que, con distribución de renta, han ganado 

capacidad de consumo. Porque, como dice Lula, el pobre no es el problema, el pobre es la

solución: distribuye renta. El pobre no va a depositar su plata en el HSBC, en Suiza. A la derecha

le encanta denunciar supuestos casos de corrupción vinculados al Estado. Ese, como es un caso

de ellos, de corrupción privada mucho más grande, la esconden, no les interesa.

En cambio, el pobre con plata en mano va a consumir, genera demanda económica, paga 

impuestos, genera empleo. Nosotros aprendimos con la Europa keynesiana y neokeynesiana

el bienestar social y lo aplicamos hoy acá. No es la austeridad la que lleva a retomar el 

crecimiento económico. Si lo fuera, Alemania habría comandado la recuperación del crecimiento 

económico de Europa, y no es lo que pasa. Lo que pasa con Grecia es, simplemente, algo

multiplicado de lo que pasa con todas las políticas de austeridad: paga cada vez más su deuda y 

debe cada vez más. Esa es la política neoliberal que fracasó acá, pero que dejó herencias 

duras. 

Nosotros pagamos un precio sobre ella, y de ahí los dilemas actuales que tenemos. Ellos

han fracasado con el modelo económico y social. Y por eso nosotros triunfado desde la primera 

victoria de Hugo Chávez hasta las victorias últimas y las futuras que seguiremos teniendo. Pero 

tenemos una economía primarizada. Hubo desindustrialización de nuestras economías, apertura 

a la predatoria competencia internacional. Hubo, además, fragmentación de la sociedad: la 

mayor parte de la gente dejó de tener contratos de trabajo. Hubo desarticulación de la capacidad

de acción del Estado. Y la herencia más pesada fue una ideología consumista del modo de vida 

norteamericano. Eso es lo que ellos proponen para nosotros, una utopía para algunos: la utopía 

del shopping center.  La utopía de las marcas de consumo del estilo norteamericano a escala 

mundial. Eso es lo que proponen a nuestra juventud. Ese es el tipo de vida que sólo vale para 

algunos. En el shopping center nadie tendría prohibida la entrada. Pero, por algún milagroso 

control, sólo entran los consumidores. No hay pobres. Siempre menciono que una vez, en un 

shopping center famoso del sur de Río de Janeiro, había un niñito negro. Inmediatamente los de 

seguridad se abalanzaron sobre él: "¿Qué hace un niñito negro por aquí?". Y la niñera dijo: "No, 

no, cuidado. Es hijo adoptivo de Caetano Veloso". "Ah bueno, entonces puede permanecer 

porque el papá tiene poder de consumo", respondieron.

¡Es un filtro elitista terrible! 

Es el tipo de sociedad que ellos tienen para proponernos, que destruye la manufactura local, la 

artesanía local, la gastronomía local. Destruye los tipos de vida diferenciados de cada ciudad, de 

cada región, de cada país. Para que todos consumamos exactamente lo mismo que consumen 

ellos.

Cuando las personas entran en el shopping center se olvidan de su calle, de su barrio, de su 

país, de sus problemas. Están conectadas, a través de las marcas, con el circuito de consumo 

de  California, de Japón, y olvidan su mundo. Es lo que llaman un no-lugar. No hay reloj ni

hay ventanas, para que uno se olvide del mundo, se olvide del tiempo y quede reducido a un 

consumidor, víctima de las grandes marcas internacionales. Esa es la mayor batalla que  

tenemos  que dar.  Estados Unidos es débil en lo político, en lo económico, incluso en lo militar.


Pero es fuerte en ese tipo de proyectos que exporta hacia el mundo. El modo de vida 

norteamericano sólo puede ser combatido con valores solidarios, humanistas. Nuestras políticas

redistributivas de rentas, depromoción de los derechos de los pobres, tienen en su seno 

embriones de ideología humanista, solidaria. Tenemos que ayudar al pueblo a desarrollar esos 

valores. Cuando ellos los desarrollen, cuando tengan conciencia plena de por qué han mejorado 

de vida, el proceso será absolutamente   irreversible. Estarán protegidos de la propaganda de las  
marcas, de la propaganda de la televisión privada. La lucha ideológica, de valores, de cultura y  

sociabilidad es la determinante en los destinos de nuestra sociedad y del mundo  

contemporáneo. 

El elemento más fuerte de la hegemonía imperial norteamericana, capitalista y neoliberal es el

modo de vida norteamericano que destruye los derechos, destruye al ciudadano como sujeto de  

derecho para promover el consumidor. Por lo  tanto, selecciona por el poder de compra de la 

gente.  En eso estamos debilitados, estamos desfasados. Tenemos el modelo económico y social

latinoamericano de esos países. Latinoamérica va a seguir adelante, se va a readecuar. 

Necesitamos desarrollo económico y redistribución de renta. Tenemos que desarrollar medios, 

valores, formas de lucha, para que tengamos una ideología a la altura de las políticas solidarias y

humanistas que estamos poniendo en práctica.

Y tenemos otros problemas por delante. Porque el capitalismo ha exportado, también, la 

hegemonía del capital especulativo, muy bien llamada por los argentinos "fondos buitre". Hoy es 

el sector hegemónico del capitalismo. Antes decían que la economía dejaba de crecer porque

había mucha reglamentación, mucha norma. "¡Liberemos el capital para que circule como le dé la

gana! Va a volver a invertir. Las economías van a volver a crecer y todos ganaremos". Lindo, ¿no?

No fue lo que pasó.

Sin trabas, el viejo y siempre nuevo Karl Marx dijo que el capital no está hecho para producir, 

está hecho para acumular. Si gana más en la Bolsa de valores, la especulación financiera va 

para allá. Porque la tasa de interés es alta, porque tiene liquidez, porque paga poco impuesto. Y

es lo que pasó a escala mundial: una gigantesca transferencia de capitales del sector productivo 

al sector especulativo. El sector bancario, el sector financiero hoy vive de la especulación. No 

financia la producción, no financia el consumo, no financia la investigación tecnológica.

Vive de la compra y venta de papeles. Al final del día pone no sé cuántos ceros, pero no ha 

generado ni un bien ni un empleo. Al contrario. Es el capital determinante en el mundo de hoy y 

en nuestras sociedades también. Nuestras economías tienen dificultades para crecer porque la

burguesía pone su capital en la especulación financiera y no en la producción.

Es el tema central nuestro hoy en día: cómo reglamentar la circulación del capital especulativo, 

cómo fomentar formas de inversión productiva, cómo inducir un nuevo ciclo de expansión. 

Porque hay un modelo económico y social que nuestro pueblo aprobó y sigue aprobando,
eligiendo y reeligiendo. Desarrollo económico y distribución de renta. Pero al gran capital no le 

gusta, porque no quiere producir para el consumo popular. Quiere producir soja para la  

exportación, o coches, o poner la plata en el exterior, en paraísos fiscales.

Hay una contradicción en el seno del capitalismo entre las necesidades y la voluntad política de  

nuestro pueblo y las decisiones que están en manos del capital privado. Tenemos que encontrar 

formas de inducirlos, de condicionarlos, de hacer lo que sea posible con la presión popular, con 

las mayorías políticas que tenemos, para volver a crecer. Tenemos, finalmente, que quebrar la 

espina dorsal del capital especulativo. Al igual que Argentina tiene y va a derrotar a los fondos 

buitre, tenemos que derrotar a los fondos buitre en nuestros propios países. Es la encrucijada 

más importante. Volver a poner en movimiento una dinámica de producción, de generación de  

bienes, de generación de empleos. Hay otros dilemas que conocemos bastante bien y en 

Argentina se conocen mejor todavía. La fabricación, como diría Noam Chomsky, de la opinión 

pública. Fabricación a través de los monopolios mediáticos privados. ¿Quién ha elegido a esa 

gente para hablar en nombre del país? ¿Cuántos votos tuvo esa señora para dirigir el Clarín? Un
  
voto: ¡el de su marido! Y quiere hablar en nombre de Argentina. ¿Cómo puede ser?

Ese es un tema fundamental, porque está vinculado al anterior: la disputa de valores, la disputa 

por la hegemonía. Se trata de quebrar la hegemonía del monopolio privado de los medios de 

comunicación. Argentina ha avanzado. Uruguay ha avanzado. Ecuador ha avanzado. Bolivia ha  

avanzado. Venezuela ha avanzado. En Brasil casi se perdió la elección porque no se ha 

avanzado nada, hasta ahora, en la democratización de los medios de comunicación. Casi se 

pagó un precio irreversible por todo ello. Sin la investigación tecnológica. Vive de la compra y 

venta.  Sin embargo, al parecer se ha aprendido de eso. Aparentemente se va a avanzar en esa 

dirección. Sin eso no habrá democracia. No queremos que nadie deje de hablar. Esa señora 

podrá seguir escribiendo sus editoriales con sus asesores. Queremos que mucha más gente, que
  
todos puedan escribir las suyas, que todos puedan decir su palabra, que todas puedan 

contradecirla.

Es otro tema esencial para América Latina. No habrá democracia sin la democratización de la 

formación de la opinión pública. Somos sociedades plurales que tenemos miles de voces 

distintas y tenemos que hacerlas oír. Entonces, vivimos un momento de dilemas, de

encrucijadas. Por eso el crecimiento económico disminuyó, por eso hay crisis políticas internas 

en algunos de nuestros países. No son las primeras ni serán las últimas. Tenemos que fortalecer 

la construcción de la hegemonía post neoliberal en América Latina.

Y allí vamos.

El último tema, absolutamente indispensable, es la integración regional. No vamos a poder nunca

resistir a nivel individual los empujes recesivos del capitalismo internacional ni las ofensivas 

especulativas. En el Mercosur, en particular, tenemos una gran homogeneidad con el ingreso de  

Venezuela, de Ecuador, de Bolivia. Sólo podemos avanzar, a partir de ahora, para superar la 

primarización de nuestra economía, construyendo nuevos inicios de desarrollo industrial, de 

desarrollo tecnológico.

Tenemos capitales. Tenemos el Banco del Sur. Tenemos el Banco de Desarrollo de los BRICS,

felizmente. Tenemos tecnología, tenemos personal calificado. Tenemos proyectos. Es nuestra

responsabilidad hoy en día organizar proyectos de desarrollo no a nivel nacional sino a nivel

regional. Proyectos que no sean sólo de desarrollo económico, sino de creación de nuevas  

economías latinoamericanas. Creación de mecanismos dinámicos, basados en los recursos y en 

la tecnología que tenemos.

Esto tiene que ser una obligación indispensable a partir de ahora. Sólo así  podremos, 

efectivamente, superar esas inestabilidades promovidas por la especulación financiera, por los 

fondos buitre. No obstante, estamos contentos. En un mundo en crisis, recesivo, de retrocesos 

enormes, resistimos. En estos países, por lo menos, resistimos. Resistimos bien. Con orgullo. 

Con democracia. Con apoyo popular. Con líderes extraordinarios.

¿Qué continente del mundo puede tener a la vez, dirigiendo sus países, a tres mujeres que han 

resistido la dictadura militar como Michelle Bachelet, como Dilma Rousseff, como Cristina 

Kirchner? ¿Qué país puede tener en su presidencia, como hubo recién hace poco, dos 

presidentes duramente torturados por la dictadura militar como Pepe Mujica y Dilma Rousseff? 

Que no se han quebrado. Que no han desistido. Que no han cambiado de lado. Cambiaron la 

forma de lucha, pero siguen en el mismo campo. En el campo popular, el campo democrático, el 

campo antineoliberal.

Algunos países llegaron al siglo XXI sometidos: los que mantienen el modelo neoliberal. Los que

están saliendo del modelo, llegamos soberanos. Llegamos unidos, como dijo Juan Domingo Perón.



(1I    Organizado por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento
Nacional
, Ministerio de Cultura de la Nación, los días 12, 13 y 14 de marzo de 2015.
Mesa 1: " 1 Organizado por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento
Nacional
, , los días 12, 13 y 14 de marzo de 2015.
Mesa 1: "Desafíos y encrucijadas en América Latina".   http://foros.cultura.gob.ar/




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