domingo 21 de agosto de 2016
POR PABLO TIGANI
El populismo y la demagogia se suelen confundir. De todos modos, los subsidios no son populistas ni demagógicos. El nivel de ingreso de la ciudadanía del sistema capitalista, también tiene que ver con los subsidios al consumo. El socialismo no alienta el "consumismo" en Cuba, allí no abundan los plasmas, el aire acondicionado no Ahora 12; de todo esto se prescinde en beneficio del conjunto de la sociedad, no de un porcentaje mínimo.
El populismo nacional y progresista no es una manera de hacer política prometiendo ni haciendo regalos al pueblo. Si así fuera, el gobierno anterior - claramente nacional, popular y progresista - hubiera pagado los juicios de la denominada "Reparación histórica a los Jubilados", en lugar de apelarlos y demorarlos una década. Además lo hubiera hecho al 100% (sin entrar en consideraciones de esta engañapichanga que aprobó el Congreso), existiera ya el 82% móvil, las provincias hubieran tenido un trato mas laxo, los maestros ganarían mas, habría cheque de gobierno para desocupados por $ 6.000, etcétera.
En cambio la demagogia consiste en ir al encuentro de los deseos presentes durante la campaña electoral, prometer el oro y moro; "pobreza cero", "revolución de la alegría", "mantenimiento de derechos adquiridos", etcétera.
Un presidente y una presidenta populistas, representaron un proyecto político, encarnado en la articulación de las reclamaciones del pueblo, que coincidió en los hechos con el mandato popular en un alto porcentaje, por eso fueron legitimados y reelectos, porque en eso consiste la democracia representativa. En democracia todos los candidatos pueden participar libremente, uno debe ganar, pero también habrá que cumplir lo prometido y rendir cuentas. La democracia no consiste en votar a un candidato y delegarle un cheque en blanco para que haga lo que desea por decreto, o con el apoyo de un Congreso funcional a la delegatividad que presume se le ha adjudicado al presidente. Nuestra democracia se ha vuelto participativa, no tanto como a mi me gustaría, pero claramente, desde 2001 dejo de ser delegativa.
¿Son nuestros ciudadanos caprichosos y dañinos que no entienden que tienen que pagar 2.000% más caro el gas? – ¿Tan mala es esa jueza que le pusieron una granada? - ¿No es esto una Republica con tres poderes? - ¿Cuál es el palo en la rueda? - ¿Qué es ese desprecio inaceptable a la moderadísima decisión de la Corte, que encuentra tanto distraído aceptando falsas definiciones? -
El populismo progresista esta criticando retardadamente el individualismo egoísta de un gobierno omnipotente, esta defendiendo a sus familias, empresas, empleo y calidad de vida - que surge como consecuencia de una mejor distribución del ingreso - en síntesis defiende el sistema capitalista, aun sin exhibir el romanticismo popular antecedente, ni aquella solidaridad que por ahora permanece muy mermada.
Para esconder los aspectos económicos el gobierno plantea una moralización de la política y sus costumbres, limitándose a denunciar la corrupción del gobierno anterior e ignorando las denuncias de negociados y chanchullos que atañe a su gabinete, que además participa de una olimpiada financiera desinhibida de depositantes y accionistas exóticos. La realidad del equipo de gobierno esta muy lejos del heroísmo que trasmite al acordar con los fondos buitres y victimizarse por la herencia recibida. Para nada valoran la identidad de la nación, la soberanía en la ONU fue derrochada, no lamentan el desembolso sin ingreso previo, por el contrario hipotecan con nuevos y costosísimos créditos al país con 30 mil millones de dólares nuevos de deuda externa.
Al mismo tiempo crece la deuda del BCRA para permitir una "bicicleta financiera" impresentable, generando un extravagante déficit cuasi fiscal. Sumándose al déficit fiscal que lejos de disminuir, se ha aumentado considerablemente, aun sin ejecutar obra publica. La inflación nos coloca junto con Venezuela, entre los dos únicos países de la región, donde se ha disparado una violencia nominal sin precedentes en los últimos 25 años. Crece el desempleo, tarifazo si-tarifazo no, cae el salario, cae el PBI, cae la industria, estanflación (estancamiento con inflación), la devaluación del 60% no le movió la aguja a las exportaciones que permanecen inertes, las inversiones decididamente no llegan, ni JP Morgan confía en el gobierno, el mismo Minujin acaba de comunicar un pésimo pronóstico. Los economistas amigos del gobierno dicen que no tenemos plan, no se descifra una identidad dentro de la amplia avenida neoliberal.
Lo único claro es la voluntad de no seguir siendo los argentinos que fuimos hasta 2015, solo esta definido el odio al perfil precedente, esos si, con todos los matices posibles.
Me preocupa mucho ver al gobierno acorralado. El miedo a que "la cultura globo amarilla" no perdure, podría desatar una defensa desesperada con nuevas escaladas de hostilidad neurótica, como la represión de ancianos de la semana que pasó.
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