sábado 06 de agosto de 2016
CRISTINA KIRCHNER ENCABEZÓ UN ACTO EN LA FACULTAD
DE FILOSOFÍA Y LETRAS
"La mano viene para bastones muy largos"
El acto fue organizado por Ciencia y Técnica Argentina, fundada por Daniel Filmus, para recordar los 50 años de la Noche de los Bastones Largos. La ex presidenta instó a los estudiantes a "reconstruir la fortaleza del espacio científico".
Cristina Kirchner participó del cierre del evento organizado por Daniel Filmus en la sede de Puán.
Fue en el cierre del acto organizado por Ciencia y Técnica Argentina, que fundó el ex ministro y diputado del Parlasur Daniel Filmus, y Científicos y Universitarios Autoconvocados, bajo el lema "la larga sombra de los bastones largos: de la fuga de cerebros, exilios y exclusiones, en una mesa debate de la que participaron Horacio González, Adriana Puiggrós, Jaime Sorín, Roberto Salvarezza y Jorge Aliaga, entre otros. González y Puiggrós repudiaron la orden de detención contra Hebe de Bonafini, y también la prisión contra Sala. "Estamos todos bajo libertad condicional ante semejante aparato judicial, tocaron con una torpe indagatoria el nervio más sensible de la sociedad", apuntó el ex director de la Biblioteca Nacional. Y llamó "a las fuerzas de izquierda" a dar un gran debate por la unidad "para enfrentar la ofensiva reaccionaria del gobierno".
"Hablar de libertad es todo un tema porque cuando se ha logrado un grado de inclusión y desarrollo social como el que hemos conseguido en los últimos doce años y medio", destacó CFK. "Fue la clausura del futuro", dijo para recordar la llamada Noche de los Bastones Largos.
"Para que haya disciplinamiento social tiene que haber gente que no piense, repita slogans y sólo pueda desarrollar no más de cinco minutos de discusión, todo aquel que pase de los quince minutos es considerado un enemigo público por aquellos que no manejan más de cinco mil palabras, aunque algunos comunicadores hablan media hora sin decir nada, porque el machacar también es una metodología", afirmó Cristina Kirchner. Poco antes se había proyectado un video, producido por Tristán Bauer, con las imágenes de los universitarios pasando en medio de dos hileras de policías mientras los molían a palos. "Era como las horcas caudinas de los romanos, el imperio imponía así no sólo el castigo o el dolor, era lo simbólico de agacharte y abollarte las ideas de la cabeza a palazos". En ese momento la ex presidenta aludió al "inmenso esfuerzo que hicimos para que volvieran los científicos, que necesitan tener el último aparato y también el salario, y ahora algunos puedan pensar en irse porque ya no las tienen esas cosas", y de inmediato le gritaron "de acá no se va nadie". CFK, de blusa de mangas cortas, se acomodó el pañuelo azul, y algo acalorada como todos los presentes, desplegó un enorme abanico.
"Les pido éticamente que hasta que logremos reconstruir la fortaleza del espacio científico e intelectual olviden todas las diferencias que tenemos, busquen dos o tres puntos de acuerdo, codo a codo, todos los claustros, los autoconvocados y los no convocados, tener unidad acá para salir a tener unidad en la calle, junto a los trabajadores, los obreros, los comerciantes porque se viene la precarización laboral", dijo Cristina Kirchner. Poco antes de exigir que no haya presos políticos había dicho que hay que volver a diciembre. "No digo al gobierno", avisó, y alguien del público le replicó, "sí también a ese gobierno". Pero la ex mandataria se plantó tajante. "No, porque hay que ser respetuosos del voto popular". Y agregó, en obvia referencia al malestar del macrismo ante las críticas y sátiras, que "si tuviera que elegir lo mejor de los doce años y medio es que todos pudieron decir y hacer lo que querían, prefiero ser presidenta en un país donde cualquier ciudadano pueda decir lo que quiera en la televisión, en las redes sociales, en el tren, me pueden decir yegua o lo que quieran pero nunca me van a decir que tuvieron que callarse o que los llevaron presos por algo que expresaron".
Cristina Kirchner recordó a Manuel Sadosky, considerado el padre de la computación en Argentina, y a la primera computadora que, "como corresponde llevaba nombre de mujer, Clementina". Y mencionó que Sadosky los enfrentó diciendo "yo soy el vicedecano, pero le partieron la cabeza, mientras que al tiempo Clementina, la primera computadora de América Latina creada en una universidad pública y gratuita quedó arrumbada en algún lugar, quedó en el olvido junto a lo que pudo haber sido un desarrollo científico y tecnológico de punta". La ex presidenta destacó que en aquella época las mayorías estaban proscriptas, y recordó "las peleas en los centros de estudiantes a los que en los '70 les decíamos 'islitas democráticas'", pero enseguida llamó a "superar todo tipo de discusiones que dividan al campo popular". Y pidió: "Déjenme recordar mis peleas de juventud con la Franja", hubo silbidos y la oradora los retó. "Se va a lograr la unidad popular porque en algún momento los van a tocar porque estos gobiernos tocan a todos los que quieran pensar o imaginar una sociedad diferente", dijo. La miraban atentos Bauer, Oscar Parrilli y Mariano Recalde, entre otros dirigentes kirchneristas que la acompañaron.
Para Cristina Kirchner, "como egresada de la universidad pública siempre sentí que había que tener el compromiso social, por los cientos que no pudieron entrar, y la obligación de devolver parte de lo que ese pueblo había pagado". E instó a los estudiantes "no perder el tiempo con quien tiene la llave de la fotocopiadora sino a buscar juntos la llave para que la gente entienda el mundo y el país, para que pueda discernir ante tanto bombardeo mediático. Nosotros no teníamos redes ni celulares, sólo tele en blanco y negro y diarios, y no creíamos en nada, yo discutía hasta con los profesores de la secundaria".
Había sido presentada por la decana de la facultad, Graciela Morgade, quien destacó que conduce esa casa de estudios "bajo los mismos lineamientos que su gobierno". Cientificos y universitarios Autoconvocados hizo así su propio recordatorio de los 50 años de la trágica Noche de los Bastones Largos, cuando la dictadura de Juan Carlos Onganía desalojó con represión las universidades tomadas en repudio a su intervención. Durante el acto, Jaime Sorín contó que no asistió al acto organizado por la Universidad de Buenos Aires, aunque fue invitado, y que prefirió ir al cine. Minutos antes había trazado una línea de continuidad entre los golpistas del 55, del 66, del 76 y la actualidad al decir que "son los CEO del gobierno".
ARSAT DISPONE DE FRECUENCIAS QUE NO PUEDE UTILIZAR
NI CEDER POR UNA CAUTELAR
El espectro que quedó en el limbo
En 2014 el Gobierno le asignó a Arlink frecuencias para telefonía móvil y datos a cambio de 506 millones de dólares, pero la firma del Grupo Vila no pagó y la adjudicación se anuló. Pese a haber incumplido, logró una cautelar que impide utilizar ese activo.
El espectro está formalmente en manos de Arsat, pero la firma estatal no lo puede utilizar.
Por Fernando Krakowiak
El gobierno estableció en diciembre que telefónicas y cableras deberán competir de igual a igual en la provisión de televisión, telefonía e internet a partir de enero de 2018. Esa directiva llevó a las compañías a comenzar a pujar por la obtención de mayor espectro radioeléctrico, el activo más valioso de cara a la convergencia, ya que posibilita mejorar la prestación de servicios de datos móviles. El objetivo principal de los privados es quedarse con una serie de frecuencias que desde el año pasado están en poder de la estatal Arsat. Ese espectro había sido asignado en octubre de 2014 a la firma Arlink, propiedad de Daniel Vila y José Luis Manzano, a cambio de 506 millones de dólares, pero el dinero nunca apareció y la adjudicación se anuló en septiembre del año pasado. Pese a haber incumplido con el pago, Vila y Manzano se presentaron a la Justicia y en noviembre obtuvieron una cautelar en la Cámara Federal de Mendoza que impide disponer de ese espectro para cualquier uso. El gobierno presentó un recurso extraordinario ante la Cámara de Mendoza y además le planteó a un juez de primera instancia Contencioso Administrativo y Federal de la Capital que se haga cargo de la causa a través de una medida inhibitoria, pero todavía no hubo novedades. "Arlink no cumplió con los requisitos previstos en la licitación. Por lo tanto, el espectro quedó en manos del Estado y lo necesitamos para mejorar el servicio", aseguró a Página/12 el titular del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Miguel de Godoy.
En mayo de 2014, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner anunció que licitaría espectro para mejorar los servicios de telecomunicaciones. En el pliego de bases y condiciones se explicitó que se subastarían 90 MHz en las bandas de 1710-1770 MHz y 2110-2170 y otros 90 MHz en la banda de 698 a 806 MHz con cobertura nacional para la prestación de servicios 4G. En cada caso, se aclaró que se reservarían 20 MHz para un nuevo operador móvil. Por lo tanto, habría 40 MHz disponibles para una nueva telefónica que quisiera ingresar a competir con Movistar (Telefónica), Personal (Telecom) y Claro (América Móvil). Estas porciones del espectro eran muy codiciadas por las telefónicas, ya que les iban a permitir garantizar mayor velocidad en la transmisión de datos y servicios audiovisuales a los que hasta entonces sólo era posible acceder a través de la banda ancha por cable. También se informó que se ofertarían 37,5 MHz para 3G que había liberado Telefónica luego de fusionar las firmas Unifon y Movicom, dando lugar al surgimiento de Movistar.
Cablevisión (Grupo Clarín), Nextel y Arlink se mostraron interesados en ser el operador entrante e incluso compraron los pliegos, pero finalmente solo Arlink presentó una propuesta para participar de la licitación, junto a Movistar, Personal y Claro. Nextel desistió por los problemas financieros que luego derivaron en la venta de la filial argentina a Clarín, mientras que Cablevisión dio un paso al costado porque argumentó que el pliego obligaba a pagar en dólares y el Banco Central no le garantizaba esas divisas. La Secretaría de Comunicaciones aclaró entonces que también se podía pagar con bonos del Estado nacional denominados en dólares con vencimiento no posterior a diciembre de 2015, los cuales podían comprarse en pesos aunque en ese caso cotizaban a un valor muy por encima del dólar oficial.
Al ser el único operador entrante en carrera, Arlink se aseguró la posibilidad de obtener una porción del espectro en la licitación, aunque surgieron dudas sobre como haría para pagar ya que también había objetado la exigencia de dólares. "Somos una empresa local, que factura en pesos y no nos pueden obligar a pagar en dólares cuando no se pueden conseguir", había asegurado Daniel Vila. Finalmente, Arlink participó de la subasta y ofreció 506 millones de dólares por el lote 1 compuesto por 20 MHz en la banda 1.710/1.770 MHz y 2.110/2.170 MHz (AWS) y 20 MHz en 700 MHz Asimismo, sumó frecuencias para servicios 3G. En junio del año pasado se le adjudicó formalmente el espectro, pero nunca pagó y tres meses después el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó sin efecto la adjudicación. A su vez, la administración anterior impulsó una ley de Desarrollo de la Industria Satelital que en su artículo 11 prevé reservar para Arsat las bandas de frecuencias que habían sido asignadas originariamente a Arlink.
La cablera Supercanal, controlante de Arlink, se presentó a la Justicia para solicitar una medida cautelar de no innovar, pero el Juzgado Federal de Primera Instancia Nº 2 de Mendoza rechazó la solicitud el 16 de octubre. En el fallo aseguró que la prohibición de innovar en cuestiones administrativas debe aplicarse de manera restrictiva y sólo cuando el peticionante es capaz de probar la arbitrariedad del acto cuestionado, situación que, según aclaró, no se verificaba. Supercanal apeló ante la Cámara Federal de Mendoza con el argumento de que "no es necesaria la prueba concluyente de la lesión del derecho sino simplemente acreditar su verosimilitud" y el 24 de noviembre del año pasado finalmente consiguió una cautelar a su favor. Los camaristas Carlos Parra, Alfredo Naciff y Hugo Carlos Echegaray consideraron que existían "suficientes elementos para tener por configurado el recaudo de verosimilitud del derecho".
En Enacom decidieron presentar un recurso extraordinario ante la Cámara Federal de Mendoza, pero aún si prospera es difícil que la Corte Suprema acepte intervenir contra una medida cautelar. Por eso también le pidieron a un juez federal de Capital Federal que se haga cargo de la causa a través de una inhibitoria. Si el juez falla a favor, le debe indicar a su par de Mendoza que le mande la causa porque no es competente y si en Mendoza se resisten correspondería que intervenga el tribunal en común que tienen por encima, que es la Corte Suprema. Hasta el momento hubo pocos avances en la causa y algunas fuentes del sector especulan con que el gobierno nacional no tiene tanto apuro en que se resuelva el tema. La fila de empresas interesadas es larga y saben que cualquier decisión que tengan que tomar cuando dispongan del espectro dejará heridos por el camino.
Las autoridades de Enacom se reunieron con el Sindicato de Taxistas y acordaron colaborar en la presentación legal que el gremio realizó ante la justicia en contra de UBER. "Estamos a disposición para facilitar todas las herramientas necesarias para que la justicia pueda avanzar cuanto antes para resolver este tema", aseguó De Godoy. Además, agregó que "a quienes hay que pedirles que cesen con el servicio es a las empresas". Por su lado, el secretario general de los taxistas, Jorge Omar Viviani, afirmó que "es importante que exista una regulación sobre esto porque no es nuestra función actuar como autoridad de aplicación".
CARLOS HELLER Y JORGE FERRARESI ENCABEZARON UN
ACTO EN EL MICROESTADIO DE ATLANTA
"Hay que construir una nueva mayoría"
El líder del Partido Solidario y el intendente de Avellaneda recibieron el saludo de CFK y se solidarizaron con Hebe de Bonafini y Milagro Sala. Llamaron a la organización popular y a la construcción de un frente.
"Macri quiere un país de producción primaria, como dijo en la Rural, ya no habrá industria argentina", dijo Heller.
"Los liberales nos venden futuro y a cambio nos cobran presente con un modelo de ajuste permanente y acumulación infinita en cada vez menos manos", soltó el diputado Carlos Heller para luego volver a insistir ante un colmado microestadio de Atlanta sobre la propuesta de "construir una nueva mayoría, sumando voluntades en un frente nacional y popular superador que debe plasmarse en una fuerza política organizada para, en 2017, comenzar a recuperar el Gobierno que se perdió en 2015". En un acto que el Partido Solidario (PSol) compartió con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, y su militancia enrolada en la Agrupación Evita, hubo presencia de dirigentes, partidos políticos y agrupaciones que adhieren al kirchnerismo, un saludo grabado de Cristina Fernández de Kirchner, un homenaje a Néstor Kirchner, un documento de solidaridad con Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo y con la dirigente social jujeña Milagro Sala y los once "presos políticos" de la agrupación barrial Tupac Amaru detenidos en Jujuy por el gobierno de Gerardo Morales.
Bajo la consigna de "otra idea de país", el PSol convocó al acto en que la propuesta de Heller de "construir una nueva mayoría para retomar la ruta que se torció el diez de diciembre". Ferraresi no dudó en sumarse a la idea con su propia agrupación política que cruzó la Ciudad de Buenos Aires desde Avellaneda para plegarse al acto en el barrio porteño de Villa Crespo. "Vamos a volver", coreó junta la militancia.
Heller se encargó de repasar la gestión del presidente Mauricio Macri y el discurso del gobierno de Cambiemos para volver una y otra vez a la propuesta de reconstrucción de un frente político para "recuperar el Gobierno para los sectores populares". Recordó que Macri no mencionó nunca la palabra "derechos" en su discurso de asunción "porque venía a cercenarlos y quitarlos". Ni tampoco la palabra "industria", "porque –afirmó Heller– quiere un país de producción primaria, como dijo en la Sociedad Rural, 'pasar de ser el granero al supermercado del mundo', para el que ya no habrá industria argentina, no se volverán a lanzar satélites al espacio ni se venderán centrales atómicas".
El líder del PSol también comparó los festejos por el bicentenario de los "dos modelos de gobierno". "El 25 de Mayo de 2010 con la presencia de los presidentes latinoamericanos proponiendo la construcción de la patria grande, con la Unasur, la Celac. Y el 9 de julio (2016) solo con la compañía del rey de España al que Macri le dijo de la 'angustia' que deberían haber pasado los patriotas al separarse de la corona. Ahora propone la alianza del Pacífico alineada con Estados Unidos. Nos quieren escarmentar, nos quieren dar un escarmiento regional", insistió.
Ferraresi repasó los sueños patrióticos y la historia del peronismo, reparó en su proscripción, la resistencia, el regreso de Perón, los crímenes de la Triple A y la "dictadura que eliminó a la mejor generación de luchadores". Cuyo "eslabón generacional fue" – continuó – "la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo". El intendente reivindicó el rol de "líder indiscutible" CFK y convocó a "empezar a avanzar con los compañeros militantes en la organización popular y la construcción de un frente nacional y popular para luchar y recuperar el gobierno".
Desde la platea aplaudían dirigentes como el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, las diputadas Araceli Ferreira y la misionera Julia Perié (que se sumó al PSol), referentes de extracción radical como Leopoldo Moreau y Gustavo López (Forja) y Carlos Raimundi (SI), militantes de derechos humanos como la nieta recuperada Victoria Montenegro, el legislador y dirigente de la agrupación Martín Fierro, Jorge "Quito" Aragón, Héctor "Gallego" Fernández, del Peronismo Militante, dirigentes sindicales y sociales. Además llegaron múltiples adhesiones, como la del PJ porteño con Víctor Santa María y otros referentes políticos ligados al kirchnerismo.
El saludo grabado de Cristina desde la Fundación Patria y el recuerdo del discurso de Néstor Kirchner en 2009 durante la campaña porteña de Heller, llamando a unir la transversalidad política de los sectores populares lograron silenciar a la bulliciosa concurrencia. Luego retomaron el himno que cruzó todo el acto: "vamos a volver, vamos a volver".
Heller se encargó de repasar la gestión del presidente Mauricio Macri y el discurso del gobierno de Cambiemos para volver una y otra vez a la propuesta de reconstrucción de un frente político para "recuperar el Gobierno para los sectores populares". Recordó que Macri no mencionó nunca la palabra "derechos" en su discurso de asunción "porque venía a cercenarlos y quitarlos". Ni tampoco la palabra "industria", "porque –afirmó Heller– quiere un país de producción primaria, como dijo en la Sociedad Rural, 'pasar de ser el granero al supermercado del mundo', para el que ya no habrá industria argentina, no se volverán a lanzar satélites al espacio ni se venderán centrales atómicas".
El líder del PSol también comparó los festejos por el bicentenario de los "dos modelos de gobierno". "El 25 de Mayo de 2010 con la presencia de los presidentes latinoamericanos proponiendo la construcción de la patria grande, con la Unasur, la Celac. Y el 9 de julio (2016) solo con la compañía del rey de España al que Macri le dijo de la 'angustia' que deberían haber pasado los patriotas al separarse de la corona. Ahora propone la alianza del Pacífico alineada con Estados Unidos. Nos quieren escarmentar, nos quieren dar un escarmiento regional", insistió.
Ferraresi repasó los sueños patrióticos y la historia del peronismo, reparó en su proscripción, la resistencia, el regreso de Perón, los crímenes de la Triple A y la "dictadura que eliminó a la mejor generación de luchadores". Cuyo "eslabón generacional fue" – continuó – "la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo". El intendente reivindicó el rol de "líder indiscutible" CFK y convocó a "empezar a avanzar con los compañeros militantes en la organización popular y la construcción de un frente nacional y popular para luchar y recuperar el gobierno".
Desde la platea aplaudían dirigentes como el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, las diputadas Araceli Ferreira y la misionera Julia Perié (que se sumó al PSol), referentes de extracción radical como Leopoldo Moreau y Gustavo López (Forja) y Carlos Raimundi (SI), militantes de derechos humanos como la nieta recuperada Victoria Montenegro, el legislador y dirigente de la agrupación Martín Fierro, Jorge "Quito" Aragón, Héctor "Gallego" Fernández, del Peronismo Militante, dirigentes sindicales y sociales. Además llegaron múltiples adhesiones, como la del PJ porteño con Víctor Santa María y otros referentes políticos ligados al kirchnerismo.
El saludo grabado de Cristina desde la Fundación Patria y el recuerdo del discurso de Néstor Kirchner en 2009 durante la campaña porteña de Heller, llamando a unir la transversalidad política de los sectores populares lograron silenciar a la bulliciosa concurrencia. Luego retomaron el himno que cruzó todo el acto: "vamos a volver, vamos a volver".
Por Sandra Russo
El jueves estaba pensando en escribir sobre el ruido y el silencio. Esa noche iba a haber ruidazo, y pensaba que, de alguna manera, ese estruendo metálico matizado con silbatos y bocinas que iba a unificar a todo el país sería un "pará la mano Macri" también con el silencio. Un basta de silencio. Hay un torniquete de silencio que nos está atormentando. Porque ante los sucesivos reclamos populares, este modelo opone silencio. La indiferencia es una forma del silencio. Las frases hechas son una forma del silencio. El cinismo es una forma del silencio. Estaba pensando en eso cuando me enteré que estaban por detener a Hebe, y salí para la plaza.
Entonces unas palabras sobre Hebe y el silencio: ella fue la que siempre lo rompió. Ella fue el gran ruidazo argentino desde hace cuarenta años. Ella siempre dijo lo indecible. Lo que por buenos modales, por educación, por corrección política, por conveniencia, por miedo, por hipocresía, depende el caso, muchos otros no dijeron. Hebe es una desmesura de luchadora, la que le corresponde a este país en proporción con sus tragedias. Ella es el grito que quedó vibrando para siempre. Ella y sus palabras y sus palabrotas son el filo que siempre rasga el silencio. Milagro, Cristina y Hebe son, además todo lo otro que son, voces en alto. Y son mujeres los blancos elegidos para el escarmiento. Mujeres con feminidades que no responden a la expectativa del poder global, patriarcal, clasista. Las tres dicen lo que ese poder prefiere mantener en silencio. Y no hablan por sí mismas. Hablan por otros.
Durante décadas, la imagen estampada en la memoria colectiva como la síntesis de la vida cotidiana en la dictadura fue el Obelisco enfundado en una pancarta que rezaba: "El silencio es salud". Ese concepto no se circunscribía al ruido urbano en un país en el que la oposición política, social, estudiantil y sindical estaba siendo sistemáticamente eliminada. "Eliminada" no remite aquí a su noción contemporánea. Hoy eliminamos virus, eliminamos publicaciones o contactos que nos interfieren o nos agreden. Cuando fue colgado aquel cartel, eliminar era secuestrar y desaparecer. Para silenciar.
Se trataba de convertir el silencio en una zona de confort de la que fueran arrancadas las voces críticas. Así opera el poder antidemocrático cuando sus propias acciones y propósitos son oficialmente ocultados y la realidad que podría ser tapa, se tapa. Silenciando. Dentro de esa aspiración totalitaria hay un amplio abanico de silenciamientos. Desde su clímax, que fue la metodología que probaron y condenaron los juicios a los represores, hasta la uniformidad de opiniones en los medios de comunicación, la monotonía de las mentiras, la supresión de la política, pasando por la banalización industrial de la cultura, y llegando al núcleo, al corazón del silencio: quebrar la voluntad de decir de cada uno.
Los dispositivos para implantar el silencio de facto siempre persiguen eso. Que cada vez más gente prefiera no abrir la boca. Que cada vez más gente pierda la dimensión de su propia capacidad de comunicación. Que cada vez más gente se sienta tan impotente y presionada, que ya no sean necesarios los comisarios de las ideas. El ciudadano modelo en los regímenes totalitarios es el que absorbe su dolor o sus pérdidas sin ánimo de describirlo, ni denunciarlo ni de intentar reparar nada. Un ciudadano vencido y parco. Callado. Eso avizoró Orwell hace sesenta años y cuando el capitalismo todavía no había enloquecido tanto. Que vigilar no sólo sirve para acallar, sino también para hacer perder la voluntad de hablar.
En su ensayo Lenguas sueltas, el escritor británico pakistaní Hanif Kureishi, repasando el patrón disciplinador de regímenes e instituciones dominantes, dice que "en parte, la historia del siglo XX es la historia del silencio". Minorías sociales, étnicas, raciales, sexuales y a veces hasta mayorías – como en los dieciocho años de proscripción del peronismo, durante el cual se pretendió vivir en democracia – han sido silenciadas para dejar en pie sólo un punto de vista, el oficial. Kureishi complejiza el tema porque entrecruza el mandato de silencio político con el vínculo personal, íntimo, que cada quien tiene con la palabra. "En el centro de todo hay algo más: la persona que no quiere oír sus propias palabras. Es la persona dueña de ellas, la que las ha fabricado en el interior de su cuerpo, pero que tiene y no tiene acceso a ellas, que es su prisionero, cárcel y ley. Si queríamos crear un sistema autoritario bien completo, en el que no hubiera lenguas sueltas, habría de ser aquel en el que los sueños estuvieran controlados".
A lo largo de la historia, la inercia del colonialismo de cualquier tipo hizo que hablaran unos pocos y callaran todos los demás. Las "lenguas sueltas" siempre generan tensiones, discusiones, choques de distintas visiones, suponen una horizontalidad que en estos meses se ha borrado por completo. Diga lo que diga el Pro, que hoy está en uso de la palabra pública, cada día se hace más evidente que el aparato de lenguaje oficial esteriliza las ficciones de debates que vemos diariamente. El Pro no tiene palabra, de manera literal. No sólo porque Macri no haya dicho la verdad sobre el proyecto que encarnaba, sino también porque sus funcionarios callan de una manera nueva: no "hablan" en el sentido que se le ha dado aquí, no "se expresan". Aparatean los debates con frases ya programadas, y su único objetivo en cualquier discusión es operar como un frontón ante cualquier posibilidad de discusión real.
Estamos, así, en una fase de silencio siniestro, que es a lo que se contesta. Los ciudadanos hacen ruido no sólo porque las tarifas son imposibles, sino también porque nadie los escucha y encima se les ríen en la cara. Es como si sus voces no existieran. Y sus opiniones, sus puntos de vista, apenas tienen reflejo en los medios. En estos meses, se han levantado a destajo programas de radio y televisión que muchos ciudadanos veían o escuchaban. Han sacado de juego a un buen número de periodistas de los medios audiovisuales, sin que los que se quedaron en ellos parezcan inmutarse, como si la interrupción de la libertad de expresión no fuera percibida. Nos pasamos años debatiendo estos temas porque había completa libertad de expresión. Parecía que quedaban las redes, pero Facebook está bajando sitios o inhabilitando cuentas, oficioso ante denuncias masivas de los trolls.
En tiempos antidemocráticos, dice Kureishi, siempre hay buenas razones para no hablar. Razones políticas, razones familiares, razones subjetivas. Hay que sobreponerse al temor e incluso al reparo ancestral hacia la propia voz en alto para hablar. El habla democrática y multicultural genera disputas, incorreciones, desacuerdos. Los que hablan pueden ofender, herir, molestar. Cuando hablan todos siempre habrá un habla sin sentido o un habla irrelevante, pero sólo en la lluvia de voces es donde podemos sentirnos con derecho a decir lo nuestro, y con la chance de hallar nuevas razones, imágenes o argumentos que expresen lo que sentimos. El hecho de que hablen todos puede generar un ruido inmenso y con consecuencias, porque hablar es un acto individual y colectivo a un mismo tiempo. Hablar le abre la puerta a lo impredecible. El problema del silencio, en cambio, "es que sabemos con exactitud cómo va a ser".
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