martes 09 de agosto de 2016
CRISTINA KIRCHNER Y DANIEL SCIOLI VOLVIERON A
MOSTRARSE JUNTOS LUEGO DE LAS ELECCIONES
Una foto con mensaje de unidad incluido
Hablaban desde hacía unos días y se reunieron ayer en el Instituto Patria. Comentaron que conversaron sobre la situación social y la necesidad de "una alternativa". Scioli criticó la posibilidad de nuevas rupturas en el bloque de diputados.
Daniel Scioli y Cristina Kirchner se reunieron en la oficina de la ex presidenta.
El mensaje político más claro es la foto", coincidían tanto cerca de la ex presidenta Cristina Kirchner como del ex gobernador Daniel Scioli luego de que se conociera la imagen de la reunión que compartieron ayer en el Instituto Patria. Es la primera juntos luego de las elecciones del año pasado, es decir, en más de ocho meses. Entre las interpretaciones posibles se desprendía la intención de la ex presidenta de intervenir en la actualidad política, los mismo que la de Scioli de no tomar distancia de la figura de CFK. Ambos son probable candidatos para las elecciones legislativas del año que viene, aunque la ex presidenta dio a entender que preferiría no serlo.
Se supone que fue Cristina Kirchner quien llamó. "Se venían hablando desde hacía un tiempo", evitaban confirmar cerca de Scioli. La ex presidenta había hecho referencia en sus apariciones de la semana pasada a las denuncias que ahora le tocaba recibir a Scioli de parte de la diputada Elisa Carrió. "Me parece que lo que esta gente quiere, fundamentalmente, es armarle causas penales a todos aquellos que ellos piensan que pueden ser candidatos o pueden obstaculizarse una elección", dijo CFK a la salida del velorio del dirigente sindical Raimundo Ongaro.
Ayer, Cristina Kirchner estuvo más temprano en la Villa 31 y luego se dirigió al Instituto Patria donde recibió al ex gobernador. Hasta ayer, había realizado allí varios encuentros públicos, pero no tantas reuniones políticas individuales que trascendieran. En esta ocasión, fue la propia Cristina Kirchner quien lo difundió a través de las redes sociales. "Esta tarde en el Instituto Patria", escribió junto a la imagen de ambos. A la vista, sobre el escritorio blanco, quedó un ejemplar de la revista de las Madres de Plaza con la tapa con el encuentro del papa Francisco y Hebe de Bonafini.
"Hablamos de la situación social, del deterioro del nivel de vida que están sufriendo amplios sectores de la sociedad. También de lo que está pasando en sectores productivos", comentó luego Scioli en una entrevista radial. Dijo que habían coincidido en sus preocupaciones ante las medidas que viene tomando el gobierno de Mauricio Macri y en la necesidad de "una alternativa para encarar una agenda de desarrollo nacional ante este ajuste que se está poniendo en evidencia cada vez más". Incluso, planteó la necesidad de que el Gobierno revea su política económica y la corrija. "Es lo que uno ve de testimonios desde la economía real", aseguró.
También lo consultaron sobre la situación interna del Partido Justicialista, del que Scioli es vicepresidente, secundando al sanjuanino José Luis Gioja. Supuestamente, de ese tema en el encuentro no hablaron, pero el ex candidato a presidente del Frente para la Victoria se mostró contrario a las rupturas que hubo en el bloque de diputados que conduce Héctor Recalde y las versiones sobre una posible nueva separación. "La división es funcional a lo que busca el Gobierno", respondió Scioli. "La sociedad quiere que nos unamos para defenderla, el peronismo tiene que estar más unido que nunca", consideró.
En la entrevista que dio el fin de semana pasado, Cristina Kirchner se había quejado de la oposición "light" que ejercían algunos sectores del justicialismo, lo que no cayó bien en algunos referentes. "Los ex presidentes no deberían estar en la política activa, creo que sería bueno que no hablaran de las cuestiones de coyuntura", dijo el jefe del bloque de senadores del FpV-PJ, Miguel Angel Pichetto. "Es fácil estar lejos, venir por ratos, decir un montón de cosas y después volverse. Me parece que lo que vale es trabajar todos los días, si lo quiere hacer", salió luego Gioja. Así las cosas, circuló una versión sobre una supuesta reunión del PJ para tratar la meneada separación del bloque pero nunca quedó confirmada. Ayer, en el entorno de Scioli insistían su objetivo de trabajar por la unidad y subrayaban que así como se había encontrado con Cristina Kirchner a la tarde, por la noche cenaría con el intendente de Hurlingham, "Juanchi" Zabaleta, uno de los jefes comunales que buscan mostrarse alejados del kirchnerismo.
CRISTINA KIRCHNER INAUGURÓ UN CANAL COMUNITARIO
Una ex presidenta en la Villa 31
Por Julián Bruschtein
"Cuando el pueblo resiste, es porque quiere avanzar, no se quiere detener", destacó la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en medio de la Villa 31, rodeada de militancia y vecinos del barrio que la esperaron desde temprano. Invitada para inaugurar el canal comunitario Urbana TeVé, una señal abierta con alcance barrial, CFK arengó a los habitantes del barrio al grito de "la Villa 31 es el lugar más seguro del país", enviando un mensaje además al gobierno macrista. Desde su reaparición pública, la ex presidenta mantiene una agenda en la que predominan pequeños actos con los que alienta a la reorganización y la suma de más militantes a su espacio político.
"La 31 me hace acordar al peronismo. Porque a esta villa, como al peronismo, muchos gobiernos quisieron hacerla desaparecer", destacó ante una pequeña multitud que la esperaba a la entrada del barrio, después de su participación en el programa que dio inicio a la puesta en el aire del canal comunitario. Cristina Kirchner puso en el eje de su mensaje que se siente más cómoda entre la gente de los barrios que cualquier otro lugar. "Con el peronismo siempre pasó algo parecido, también con nosotros. Siempre hubo una cosa de querer hacer desaparecer todo lo que tuviera olor, color, forma y fondo nacional, popular y democrático", agregó.
"Más que un acto esto parece un recital de rock y me dan ganas de bailar", dijo apenas subió a la grúa que la elevó a modo de escenario mientras se escuchaba una canción de los Redonditos de Ricota. Atrás sonaban los bombos, cerca de la pancarta que pedía "libertad a Milagros", por la líder de la agrupación Tupac Amaru detenida por orden del gobernador jujeño Gerardo Morales. Las pecheras de los militantes los identificaban con sus agrupaciones: La Cámpora, Miles, la Juventud Peronista, pero, mientras caían las primeras gotas de la tarde todas se unían bajo el mismo paraguas del cantito "vengo bancando el proyecto nacional y popular". Las formas y la costumbre de los jóvenes que se acercaron a la política en los doce años de gobierno kirchnerista, que generan corridas y escenas con una pizca de histeria para acercarse a ella, también sumaban al marco de estrella de rock. Un poco más atrás la acompañaban Carlos Tomada, Andrés Larroque, Axel Kicillof, Edgardo Depetri y Héctor y Mariano Recalde, entre otros.
"Si de algo estoy orgullosa es de haberlos empoderado. Que nadie les diga que les regalaron nada o que no tenían derecho a tenerlo", arengó la ex presidenta. Con los vecinos en los balcones de las viviendas, CFK insistió con la idea de que "nadie los convenza que lo que tenían, si tenían un buen trabajo, era mucho, que era mucho que todos los años cerraran paritarias libres por encima de la inflación, que se pudieran ir de vacaciones a fin de año, o darse un lujito de conocer algún país de afuera, que no es un lujo que los chicos puedan ir a la facultad, que no es un lujo que nuestros pibes coman cuatro veces al día", y llamó a la participación política porque que "si ustedes no son capaces de defender las cosas que han logrado, nadie va a hacerlo por ustedes". En medio de los aplausos destacó que "la 31 es el símbolo de la resistencia, porque desde los 70 que no la quieren donde está. Y resistir es para avanzar. Cuando el pueblo resiste es porque no se quiere detener", abriendo nuevamente el paso a los vitores y las sonrisas de los vecinos que se sentían reconfortados por el reonocimiento.
La ex presidenta había llegado a la entrada de la villa de Retiro, detrás de un supermercado Coto, en su vehículo. El naranja de las construcciones de ladrillo hueco era interrumpido por el flameo de las banderas que las agrupaciones y organizaciones sociales colgaron a lo largo del estrechos pasillos de la villa. Las blancas y negras de la Tupac Amaru chocaban con la verdeazulado de Nuevo Encuentro cuando algún viento las arremolinaba. CFK se bajó del auto para hacer el último tramo caminando, generando el acostumbrado torbellino a su alrededor.
"Cristina, sos lo único que nos queda", se escuchó del tercer piso de una de las edificaciones en el camino hacia el estudio de televisión. La ex presidenta levantaba la vista para saludar a las familias que se agolpaban en las ventanas de sus casas y aprovechaban para tomar fotos o filmarla. Algunos le acercaban papeles en los que mencionaban alguna necesidad o un mensaje de apoyo. "Es la única que se acuerda de nosotros. Acá todos votaron a (el presidente Mauricio) Macri, pero nadie se anima a decir que lo votó ahora que la estamos pasando peor", aseguró a Página/12 Nidia, de 45 años, una vecina del barrio que explicaba que "soy villera de tres generaciones y ya pensaba que no íbamos a tener a nadie que se interesara otra vez por nosotros hasta que aparecieron Néstor y Cristina".
OPINIÓN
Pensar los liderazgos
Por Horacio González
He visto las últimas entrevistas con Cristina. La realizada por Navarro en la televisión por vía telefónica (con un celular que no funcionaba muy bien, "usando la televisión como radio", curiosa e interesante experiencia para desacatar las obvias imágenes iluminadas por la irrealidad de un estudio); la muy bien montada y filmada de El Calafate, donde se mostraba su casa y una ambientación plácida; y por último la más reciente en el Instituto Patria (también con un impaciente Navarro, que buscaba lo que Cristina dice siempre burlonamente que da: "el titular para mañana"). En El Calafate, me gustaría destacar la visión de la geopolítica internacional como punto fuerte de su análisis, en coincidencia, hay que decirlo, con Putin, que en varias conferencias de este tipo también afirmó que la actual situación de desorden mundial obedece a la imprudencia, salvajismo e inhabilidad de EE.UU. para tratar las cuestiones de Irak, Libia y Siria, donde practicaron alianzas erráticas y terminaron destruyendo Estados e introduciendo a las poblaciones a un nuevo mundo tribal-petrolífero donde creció el islamismo radical.
Creo que no está mal ese enfoque, que la llevó a juzgar a Putin como "un líder moderno de la era de Perón", o sea figuras únicas y fuertes, y no comités centrales (como China) o el aparato industrial-militar como EE.UU. ("donde no importa quien gane"), o si no ese islamismo radical, "el difuso Estado Islámico". A estos últimos los calificó de liderazgos posmodernos, mientras el de los estilos personales fuertes, Chávez, Perón, Putin, de "modernos". Aunque sorprenda esta clasificación, y no parezca carente de pertinencia, parecería necesario agregar que ambas se combinan tanto en el tiempo como en el espacio, y finalmente modernidad y posmodernidad se entrelazan con liderazgos del "secretario general" o del "presidente", sostenidos en fuertes tecno-burocracias militares e industriales. La expresión posmoderno alude, sin duda, a ciertas sustracciones: de huellas personalistas, de contactos inmediatistas entre líderes y pueblos, de la persistente mención de las ideologías. Temas siempre frecuentados, independientemente de que se los califique de posmodernos. Este vocablo no tendría ninguna relevancia en las actuales situaciones de crisis en Brasil y Venezuela, donde, si es por emplear esa terminología, había misturas de aspectos modernos con posmodernos.
No obstante, esta dualidad no visitada antes por Cristina en sus discursos – pre y post finalización de su ciclo presidencial – no demoró mucho en revertirse sobre unas reflexiones en torno al poder, donde expuso una serie de reflexiones que partían de su experiencia personal. Se calificó a sí misma como una política sin "planificaciones previas", que toma con intensidad momentos específicos, no necesariamente sometidos a moldes temporales de larga duración, afirmando, de forma más notable, que no es "una política de oposición". ¿Qué se debía entender por esto? No que fuera oficialista, tan luego ahora –que venía de considerar un "Estado policial" al actual gobierno–, sino que era una "política de construcción". Esta definición estaría por encima del par oficialismo-oposición, por lo que se hacía necesario encontrar para ese construccionismo (una suerte de meta-política) un lugar no trivial, no fijado en un espacio-tiempo fijo ni en una identidad programática predefinida a los sucesos incalculables o inesperados que caracterizan su mirada. ¿Posmodernismo también?
Si acudimos al modo en que se expandió ese término – como la desconexión de cada acontecimiento singular con el supuesto respaldo de su trama social ya determinada — tenemos aquí otro motivo fundamental de reflexión. Esto le permitía esquivar verosímilmente una definición sobre plazos electorales. Y elevar la condición de un liderazgo por encima de las estructuras simbólicas que le son inmanentes: la Casa Rosada, el bastón de mando, la banda presidencial. (Así lo sugirió.) Las menciones escépticas al gazmoño esquema semántico de la investidura presidencial no dejan de destilar cierto matiz superior de desapego del "mundanal ruido" de la política. Podemos admitir que es cierto que el poder no está donde se rubrican sus signos físicamente más evidentes (su característica es esencialmente arenosa, escurridiza y enrollada en sus propias localizaciones aleatorias, en su inaprensible forma de "couchear"), y que siempre se halla ligado a fuerzas productivas y discursivas que suelen evitar los protocolos más visibles, por lo que gozan muchas veces de su propia "supresión de honores". Y siguen la ruta de ese goce insospechado.
Pero no se pueden abandonar tanto los signos tradicionales del poder, su rostro no abstracto, aunque al mismo tiempo es indispensable prestar mayor atención a las nuevas formaciones abstractas, financiero-comunicacionales-ju rídicas, que constituyen un trípode que aseguran para el actual gobierno de grandes financistas y empresarios la "suma del poder público". Así dicho, esto ocurre por segunda vez en la historia nacional luego de la practicada por Rosas. Es la idea que de alguna manera asoma en lo que Carl Schmitt llamó "dictadura soberana", en cuanto no pretende un período de excepción para volver a la Constitución, sino que marcha hacia la consagración de un nueva Constitución: la norma social convertida en gobierno de los bancos, con los ciudadanos convertidos en bancos de datos y los datos en micro-expropiaciones de las formas de vida y de la vida de las ideas.
Nada parecido a los balbuceos para enmendar ciertos artículos de la Constitución en la época de Cristina, bajo la sospecha de su reelección, lo que ahora parece un juego de niños, pues la Constitución hacia la que se marcha hoy estaría sostenida por una idea de individuo que el Estado identifica como un cuerpo que posee rasgos productivos, consumistas y de conciencia que no solo el Estado conoce, sino que el mismo Estado se convertirá enteramente en ese conocimiento, un Estado chupadero de individuos-datos. Datos cuyo resultado analizan los comisionados de la administración de las cosas, en los servicios secretos, en los bancos de antecedentes, en los archivos personales catalogados informáticamente y en todo lo que emana de los cuerpos biopolíticos atomizados y controlados – para utilizar la distinción de Rancière – con un tipo especial de policía. Lo policial sería "un dispositivo social donde se anudan lo médico, lo asistencial y lo cultural", y agreguemos, lo jurídico, lo financiero y el "management" artístico, que el macrismo, fingiendo inocencia, expresa con su profunda raíz clasista y represiva. Con rostro familiar, echarpe de vicuña contra el frío y de diccionario turístico: ¿no es capaz de explicar que gauchada viene de gaucho y las tribunas de La Rural le conceden el aplauso de los taitas de cartón, talonarios y papers? Alguien capaz de transmitirnos tales novedades puede ser capaz de todo, y lo es.
Cristina reapareció pensando la política sobre las coordenadas de la vida inmediata y la muerte posible. Con palabras parecidas a esta glosa, lo ha dicho. La muerte de su marido la llevó a una nueva reflexión sobre el poder, entendiendo al fin que el poder es la excepcionalidad del luto y retiene también desconocidos despliegues de éxtasis colectivo, que son centellas que pueden pasar sin que las percibamos. Ya antes insinuaba la fugacidad de las cosas, la vanidad suprema con que el poder hacía creer en una insustancial inmortalidad. Ahora, sus apariciones deben ser sorprendentes, menos vinculadas a estrategias futuras basadas en astucias archisabidas, que a acontecimientos que desencajen los entumecimientos existentes, por más que se confundan con pensamientos economicistas ("cuando hagan click los tarifazos, etc."). Esto no la exime de una consideración más sensibilizada hacia numerosísimos dirigentes y organizaciones sindicales que han acompañado las vicisitudes más dramáticas del período anterior, ni debe ahorrarle la obligación de mayores visualizaciones de las áreas críticas que deben ser asumidas como déficits de cálculos políticos, déficits de éticas en los procedimientos y acciones, y déficits en el ahondamientos de la conciencia políticas de los compañeros de travesía.
Si hay un empeño de conservar ciertas terminologías, no hay problema para decir que su lugar es en el cruce casi impalpable de lo moderno y lo posmoderno. Podríamos, sin embargo, decirlo mejor. Su lugar es el lugar del acontecimiento en sí, y como una de las formas del acontecimiento podría ser la capacidad de atribuirse un saber sobre la candidez, el mito, la perseverancia y la necedad – siempre con el fantasma de la muerte rondando – y así, en sus discursos sería necesario que haya una mayor gravedad (la tienen) pero también que pierdan un innecesario tono desdeñoso (esas derivaciones autodeslizantes donde la ironía ya peligra en convertirse en literal). Los muy jóvenes (los chicos de 15 años que "saben unirse por sus reivindicaciones") pueden no ser criticados, pero eso se completa con los viejos hijos del mito, con los perseverantes y los necios (a los primeros, debe confrontarlos con la posibilidad y los obstáculos del mito; a los segundos reconocerles el esfuerzo de tantos años; a los últimos apartarlos, si es posible, de sus conocidas triquiñuelas). Para esas tantas tareas es que se debe dar testimonio de que "no hay un proyecto lineal establecido de antemano" (palabras más o menos, así conceptualizaba Cristina su idea de un liderazgo), pero sí una pasión que "descubro recién ahora", la que "ni sé cómo formular", que seguramente será obra compartida y dialogal, abierta a la crítica y a la sorpresa. Ciertamente, las nuevas mayorías ciudadanas-trabajadoras, sin saberlo lo saben.
COMO FUE EL ROBO DE COMPUTADORAS Y TELÉFONOS EN
LA CASA DE CYNTHIA GARCÍA
Con el tufo de los de siempre
La periodista contó que entraron a su departamento sin forzar la cerradura. No se llevaron dinero y dejaron un recorte de Clarín con el mensaje: "Todas estas preguntas tienen respuesta". El FpV denunció una ataque a la libertad de expresión y Santilli se solidarizó.
Cynthia García contó que acomodaron en un sillón tres muñecos de Evita, Perón y Chávez.
"Desde diciembre vivo una sucesión de violencias, y ésta es una más", dice la periodista Cynthia García luego del robo que sufrió en su casa el domingo a la noche. Cuenta que le sustrajeron elementos de valor pero vinculados a su trabajo, y dejaron una caja que contenía 50 mil pesos. "No quiero ser paranoica pero me robaron donde trabajo, revolvieron todo y se llevaron mis cosas de trabajo, en un archivero tenía anotadores y se los llevaron. También robaron un disco rígido, un smartTV y dejaron un mensaje: un recorte del diario Clarín que decía 'Todas estas preguntas tienen respuestas'", cuenta en diálogo con Página/12. García, que actualmente trabaja en Canal 9, no recibió la llamada de ningún funcionario del gobierno nacional, sí de la administración porteña. El vicejefe del Gobierno de la CABA, Diego Santilli, se solidarizó con la periodista y se puso a su disposición "para lo que necesites".
El conductor y relator de fútbol Víctor Hugo Morales había expresado en Twitter que "todos los periodistas debemos pedir a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich la urgente resolución de este hecho". Además, el bloque de diputados del Frente para la Victoria expresó su solidaridad con García al manifestar que el robo de materiales periodísticos "constituye una velada amenaza a la libertad de expresión". La bancada que preside Héctor Recalde indicó que "una vez más un periodista que no comulga con las ideas del gobierno sufre dificultades en el ejercicio libre de su profesión".
Apenas atiende admite estar cansada, porque recién a las cuatro de la mañana de ayer terminó con el papeleo y los trámites de la denuncia, que quedó radicada en la comisaría 25, de Scalabrini Ortiz y Gorriti, con intervención de la fiscalía de instrucción 1. La ex panelista del programa 678 y conductora de radio se mudó hace dos meses a un PH ubicado en Palermo, con sus dos hijos, de 11 y 1 año y medio. "Anduve sin teléfono porque también se llevaron los cargadores del celular", se disculpa enseguida. Y cuenta que lo poco que le quedaba "de estos meses tan difíciles, no se lo llevaron, estaba arriba de la cama, es una caja de perfumes que tiene doble fondo con plata, y la dejaron, al menos con eso puedo pagar el alquiler y los gastos, menos mal, pero no sé si es mejor o peor, tengo una sensación ambigua".
Al regresar a su hogar, García encontró todas sus pertenencias y las de sus hijos diseminadas y los placares vacíos. "Tiraron todo de mi pieza y de la de los nenes, y se llevaron mis herramientas de laburo, el disco rígido donde tenía todo el material para un libro que pensaba editar en Sudamericana, que una pone ahí por cualquier inconveniente informático, los anotadores, la tablet", precisó.
El otro hecho más que llamativo fue encontrar unos muñequitos con la imagen de Eva Perón, Juan Perón y Hugo Chávez que ella tenía sobre una caja de cartón y aparecieron en un sillón del living, prolijamente apoyados arriba de un sobre con su nombre. "El sobre ya estaba, simplemente acomodaron eso así, será casualidad o no, no lo sé, y no estoy asustada pero sí preocupada por esos detalles, uno trata de frenar la paranoia pero el escenario es que te robaron en tu lugar de trabajo", confiesa. Las puertas no fueron forzadas, y allí especula con un trabajo de inteligencia para ingresar al condominio. Los investigadores, que acudieron rápido, pudieron llevarse dos huellas digitales.
Extraño robo a Moreno
Horas después del robo en el departamento de la periodista Cynthia García, el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno denunció un episodio de características semejantes: dieron vuelta sus oficinas en el barrio de San Telmo y sólo se llevaron computadoras. "Entraron a mi oficina, que estaba vacía, y se llevaron computadoras y teléfonos", sostuvo Moreno. E ironizó: "Viste cómo son los oligarcas, quieren quedarse con todo. Este es otro 'choreo' más de la oligarquía", afirmó. La dirigente porteña, María Lucía "Pimpi" Colombo condenó "el accionar cobarde de quienes buscan amedrentar para acallar a alguien que tiene y ha tenido una conducta intachable.No lograran amedrentar ni a Moreno y ni a los miles de militantes y dirigentes que venimos alzando la voz sobre lo que el gobierno le esta haciendo al país."
AGRESION DE MILITANTES DEL PRO A SABBATELLA
"El Gobierno es el responsable"
"El Gobierno es el responsable del clima de violencia que se vive", sostuvo el dirigente de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, sobre la agresión que sufrió en Santiago del Estero. En tanto, el agresor, Pedro Criceo, se reivindicó como "uno de los fundadores del PRO de Pilar". Desde el municipio de Pilar, en tanto, negaron que sea empleado municipal y repudiaron el hecho.
"Dos personas, que luego se identificaron como Pablo Manchini y Claudio Porta, comenzaron a insultarme cuando hacíamos los trámites para subir al avión. Mi esposa los escuchó y se acercó primero a preguntarles qué les pasaba y por qué hablaban así. Inmediatamente, se calmaron y hasta se disculparon. Pero un tercero, empezó a insultar más violentamente, a gritar, a hacer gestos e intentar agredir, lo cual hizo que el personal policial interviniera para contenerlo y separarlo. Esa persona dijo ser Pedro Criceo y se identificó como político del PRO del Municipio de Pilar", indicó Sabbatella.
En tanto, entrevistado por una radio local, Criceo ratificó su pertenencia al partido de Macri: "Yo soy del PRO de Pilar. Fuimos los que iniciamos el PRO en Pilar. Fuimos con el corazoncito mío del PRO. Somos buenos amigos con (el concejal) Gustavo González", contó.
– ¿Trabaja en la municipalidad de Pilar? – le preguntaron.
– No, estoy en el Estado nacional. La estamos pasando mal por culpa de lo que se robaron.
– ¿Qué causas tiene Sabbatella?
– No te puedo decir bien, porque no tengo la agenda. Pero dejó el ministerio (SIC) vacío. Se llevaron todo.
– ¿Qué hechos de corrupción se encontraron en la AFSCA?
– No tengo las pruebas. Las tienen otras personas.
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