sábado 27 de agosto de 2016
DESPUÉS DE DIEZ AÑOS, LAS MADRES DE PLAZA DE MAYO
RETOMARON LA MARCHA DE LA RESISTENCIA
"Esta marcha es por los compañeros sin trabajo"
"Recuerden que esta marcha no es para pedir por los milicos, por los juicios, sino por los compañeros que no tienen trabajo", explicó Bonafini en la inauguración de la ronda. Hoy cierra la manifestación con un gran acto con artistas, cantantes y representantes políticos y sindicales.
Por Ailín Bullentini
"Hola ma, ya estoy en la plaza, te espero al lado de la pirámide." Jimena le manda las coordenadas vía WhatsApp a su mamá mientras mira hacia arriba y recorre con la vista las banderas que, a minutos de las 17, ya plantan presencia de organizaciones sindicales – CTA, Ctera, Suteba – en el regreso de la Marcha de la Resistencia. "La plaza" no es otra que la Plaza de Mayo y la marcha, que nació allí mismo en 1980 en reclamo por los crímenes de la última dictadura cívico-militar, regresó con un nuevo objetivo, "por el derecho a trabajar, resistir sin descansar". "Recuerden que esta marcha no es para pedir por los milicos, por los juicios, sino por los compañeros que no tienen trabajo", advirtió Hebe de Bonafini tras inaugurar la ronda y pidió a los asistentes "cantar la consigna hasta quedarse afónicos".
La aclaración de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo llegó tras la ronda inaugural del regreso de la Marcha de la Resistencia, que hacía una década que no giraba en torno de la Pirámide de Mayo, y buscó reencauzar el objetivo político de la caminata ininterrumpida de 24 horas que culminará esta tarde. Es que Plaza de Mayo, pañuelos blancos y rondas son tres elementos de un campo semántico que muchos argentinos y argentinas tienen aprendidos. "Madres de la Plaza/ el pueblo las abraza", nació de las voces que acompañaron los primeros pasos de ayer y se oyó con fuerza durante la primera vuelta, al igual que "a pesar de las bombas/ de los fusilamientos/ los compañeros muertos, los desaparecidos/ no nos han vencido". La advertencia de Bonafini cambió el repertorio: "Esta no es la marcha de las Madres, ustedes no vinieron a acompañar a las madres, vinieron a acompañar a los hombres y mujeres que no tienen trabajo", puntualizó y reclamó a los asistentes "cantar la consigna hasta quedarse afónicos". Entonces, la caminata marchó al compás de "olé, olé, olá/ por el derecho a trabajar/ junto a Cristina resistir sin descansar/".
Para cuando Jimena se encontró con Claudia, su mamá, la ronda inaugural que había nacido a las 17 en punto en Rivadavia y Reconquista estaba pasando frente al Cabildo. En su regreso, la Marcha de la Resistencia abandonó la circularidad en torno de la Pirámide de Mayo y, ganándole a las vallas que se extendieron más allá de la usual clausura de la mitad de la Plaza de Mayo por las calles laterales para impedir todo acercamiento a la Casa Rosada, avanzó por el asfalto, dibujando un redondel más grande aún. "Ella era chiquita cuando se dejó de hacer la marcha de la resistencia, entonces no la traía. Ahora le toca", evaluó Claudia. Más tarde, Bonafini reflexionaría en el mismo sentido, aunque de manera general. "No paren de caminar, el objetivo es dar vueltas sin parar hasta mañana. Nosotras ya no podemos hacerlo, pero ustedes serán nuestras piernas", agitó.
"¿Por dónde nos metemos?", Aurelia le preguntó a su esposo, Raúl, que la sostenía de la mano, como buscando algún hueco. "Vení, vamos atrás", le respondió el hombre. El matrimonio explicó que participó de la última edición de la marcha, en 2006 y coincidió con las Madres en que "hoy había que volver" porque la presidencia de Mauricio Macri "está destruyendo cada uno de las cosas que se solucionaron desde que Néstor (Kirchner) llegó" a la Casa Rosada. "Estamos contentos de estar acá, no por los motivos, pero sí por la resistencia", remató Aurelia. Se mezclaron entre banderines de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, banderas de La Cámpora, ATE, Peronismo militante y Unidos y Organizados.
El frente de la primera vuelta estuvo reservado a las mujeres de pañuelo blanco y a figuras del arco político. En ese giro número uno, las Madres estuvieron acompañadas de los referentes kirchneristas Andrés "Cuervo" Larroque, Martín Sabbatella, Edgardo Depetri y Ariel Basteiro. También caminaron el ex diputado Carlos Raimundi y el legislador José María Campagnoli; el radical Leopoldo Moreau y la legisladora porteña Lorena Pokoik. Campagnoli fundamentó su presencia en la convocatoria de las Madres, "para decirle basta a este modelo de políticas antipopulares, que generan tarifazos, desocupados e injusticias, y expresar que queremos vivir en un país en donde entremos los 40 millones de argentinos". "La defensa del trabajo y de los trabajadores va a ser el eje de la defensa del proyecto que funcionó durante 12 años y que ahora está en riesgo", agregó. En ese sentido, Sabbatella, agregó que "las Madres son un símbolo de lucha desde siempre vuelven a mostrar el camino en la lucha contra la política económica que expresa un gobierno que viene a hacer una brutal transferencia de recursos de los sectores populares a los más ricos del país, que son los que están gobernando. La consigna hoy es defender los derechos, ellas nos invitan a no retroceder".
Para cuando Patricia llegó a la Plaza, la marcha iba por su tercera ronda y el número de caminantes se había triplicado. Se paró a un costado y esperó a encontrar un hueco para poder sumarse. "Pensar que hace un tiempo estaba contenta, me decía 'me puedo morir tranquila ya que le dejo un país maravilloso a mis hijos' y entonces, la puta madre, todo vuelve a empezar, ahora voy a tener que vivir cuatro años más", compartió la sensación, mientras dio los primeros pasos en la ronda de la que nunca antes había participado. "No milité en los 70 por cagona, así que ahora tengo que hacer lo que entonces no", completó. Bonafini compartió la tercera vuelta a la plaza con los ex funcionarios kirchneristas Oscar Parrilli y Tristán Bauer. También caminó a la par la fiscal Cristina Caamaño.
Mientras el sol se despedía, las chapas calientes empezaban a hacer bailar las primeras cebollitas y a calentar los primeros choris y patis, que volvían a hacer suya la Plaza de Mayo. No sería el único menú con el que contaría quien decidiera pasar la noche caminando o de vigilia. En otro sector, un grupo de militantes de La Néstor Kirchner cortaba papas, zapallos, batatas y los hacía a un costado. "En un rato ya ponemos todo a cocinar un rico guiso de lentejas", contaron.
La compañía no sería solo culinaria: Desde el humilde escenario instalado a un costado de la pirámide, el mismo desde el que esta tarde cerrarán la marcha Bonafini, "Mario Secco, intendente de Ensenada; por los trabajadores, Edgardo Depetri; por los políticos, Agustín Rossi y por la juventud, Máximo Kirchner", como explicó la propia titular de la asociación, cantaron "para acompañar las rondas", Horacio Fontova, Víctor Heredia e Ignacio Copani, entre otros músicos. También desfilaron actores y escritores.
Lucio se sumó en el cuarto giro, cuando la cantidad de caminantes casi cubría todo el círculo a recorrer. "Las madres son sagradas, y qué lucidez que tienen para detectar que el pedido al trabajo es el reclamo más importante hoy en relación con los derechos humanos, porque sin trabajo, ¿cómo comes, cómo te vestís, cómo te educas?", se preguntó. Alberto, que llegó temprano a microcentro junto a su esposa, Graciela, desde Lanús, responde con el cartel que muestra como estandarte la consigna "Macri o paz" a la pregunta de Página/12 sobre las razones personales para marchar ayer. "Entendemos que sin trabajo y sin dignidad, la paz es una meta difícil de alcanzar. Y queremos paz".
EL PRO SE REUNIÓ EN SAN JUAN Y CONVOCÓ A
AMPLIAR CAMBIEMOS DE CARA A LAS LEGISLATIVAS
Puertas abiertas para nuevos socios
A contramano de un sector de la UCR y la Coalición Cívica, el macrismo llamó a sumar peronistas. Profundizarán el timbreo.
Peña y Frigerio encabezaron la reunión del Consejo Nacional del PRO.
En medio del conflicto por el tarifazo, la separación del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, y el clima generado por las denuncias de amenazas a María Eugenia Vidal y Mauricio Macri, el PRO se reunió ayer en San Juan para empezar a delinear la estrategia electoral de cara al 2017. El motivo del encuentro fue la convocatoria al Consejo Nacional del partido, que reunió a los máximos dirigentes del macrismo en un "retiro espiritual". El principal ausente fue el Presidente, que mantuvo reuniones de gestión en Olivos. Se habló de la conformación de mesas de coordinación de Cambiemos en todas las provincias y de "tener un actitud amplia y generosa" para sumar dirigentes de otros espacios como el peronismo. Además, el macrismo buscará profundizar los "timbreos", continuar con la responsabilización del kirchnerismo por la "pesada herencia" y defender la gestión presidencial.
Encabezados por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y la vicepresidenta Gabriela Michetti, toda la cúpula del macrismo se dio cita en la capital sanjuanina. Se trató de unos 200 dirigentes entre los que se incluyó al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, el presidente del PRO a nivel nacional Humberto Schiavoni, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, el titular del bloque de Diptuados, Nicolás Massot, entre otros. Ni Vidal ni Horacio Rodríguez Larreta pudieron estar por problemas con los vuelos pero sí estuvieron el ministro de Gobierno bonaerense, Federico Salvai y el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli.
"Hemos dejado claro que somos un espacio abierto pero no se circunscribe sólo al peronismo o ex massismo, la idea es fortalecer Cambiemos y reforzar los distritos donde se renuevan las bancas de senadores", afirmaron desde el PRO. Esos distritos son Buenos Aires, San Juan, Formosa, Chubut, La estrategia se irá trabajando "provincia por provincia" con la mirada puesta en mejorar la representación en la Cámara alta. "Esos distritos hay que fortalecerlos porque se requieren el doble de candidatos y también se exige mayor apertura. Estamos convencidos que va a haber muchos sectores que van a querer ser parte de Cambiemos o del macrismo", reveló un dirigente recién aterrizado de regreso en Buenos Aires.
Un ejemplo de la estrategia que imaginan se dio ayer mismo en San Juan, donde la conducción del PRO mantuvo un encuentro con el senador nacional Roberto Basualdo y se encamina a formalizar un acuerdo electoral con su espacio para el año próximo. Basualdo, de origen peronista pero enfrentado al PJ de los Gioja, había revestido hasta hace poco en las filas del massismo y ahora se acercó al oficialismo.
Esa situación despierta un fuerte malestar en los socios de la UCR y la Coalición Cívica, que ya hicieron varias advertencias por la incorporación de peronistas que en muchos casos son rivales históricos en sus respectivos distritos. "Lo vamos a ir analizando provincia por provincia en cada una de las mesas de Cambiemos", se ataja un hombre del macrismo. A su turno, Peña pidió no "estar mirando de dónde viene el otro ni dónde estuvo en la última elección" sino en "trabajar en forma unida" de cara al año próximo.
Las dificultades de gestión también fueron tema del encuentro. Durán Barba planteó la necesidad de "no dejarse llevar por la agenda mediática que no refleja las preocupaciones de la gente" y remarcó la importancia de "permanecer en la calle" con acciones como el timbreo.
Hubo también un espacio para la arenga y el optimismo. Frigerio dijo estar "seguro" de que van a ganar las legislativas y advirtió que la principal meta "es salir a la calle y explicar el esfuerzo", con la convicción de que "lo que viene es mejor y que la Argentina se va a poner de pie". Eso sí, sin alusiones al afamado "segundo semestre".
"Palos en la rueda"
El macrismo continuó ayer con su estrategia de victimización. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró que un "hay algún dirigente (del kirchnerismo) que quiere que Macri no termine su mandato". El funcionario nacional aseguró que un sector de la dirigencia busca poner "palos en la rueda", incluso "antes de ver" las propuestas del Poder Ejecutivo. "Por lo menos por las actitudes, no lo han dicho así explícitamente pero, claramente, hay un sector de la dirigencia argentina, minoritario por suerte, que pone permanentemente palos en la rueda", afirmó Frigerio, quien en cambio ensalsó a los sectores de la oposición funcionales al oficialismo: "hay muchos dirigentes que lo entienden, que aportan a la gobernabilidad y que enriquecen las propuestas (del Gobierno) cuando las manda al Congreso", remató.
NUEVOS ROCES ENTRE STURZENEGGER Y PRAT-GAY
POR LA NEGATIVA DEL BANCO CENTRAL AL USO DE
RESERVAS PARA EL PAGO DE DEUDAS
En el Gobierno hay equipo, pero con grieta
El equipo económico padece las diferencias insalvables entre dos piezas clave: el titular del Banco Central y el ministro de Hacienda. La grieta se ensanchó al oponerse la entidad monetaria a que Prat-Gay pueda utilizar reservas para pagar deudas en dólares.
Alfonso Prat-Gay, obligado a cambiar su estrategia crediticia ante la negativa de Federico Sturzenegger a convalidar el pago con reservas.
Por Federico Kucher
Los problemas de actividad, desempleo y aceleración del proceso inflacionario no se terminaron en el primer semestre. Las dificultades para encausar las variables macroeconómicas potenciaron enfrentamientos entre dos integrantes claves del Gabinete de Cambiemos: el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y el presidente del Central, Federico Sturzenegger. El titular del Palacio de Hacienda acusa al directorio del Central por haber frenado la actividad económica con altas tasas de interés y en la autoridad monetaria se muestran desorientados por la continuidad del déficit fiscal que Prat-Gay ya adelantó para 2017. La forma de cubrir las necesidades financieras del Tesoro para lo que resta del año es uno de los puntos de mayor desencuentro entre ambos funcionarios. Un ejemplo concreto son los 4000 millones de dólares que el Ministerio necesita para abonar la deuda en moneda extranjera de 2016 y pensaba que el organismo a cargo de Sturzenegger le iba a girar con uso de reservas. Pero los directores del Banco Central se negaron a continuar el esquema de pago de deudas con reservas empleado en los últimos años. En Hacienda se vieron obligados a elaborar un plan B para conseguir los dólares, sin tener que salir a emitir nuevos bonos en el mercado de capitales internacional, refinanciando vencimientos con organismos de crédito y alargando los plazos de pago con el Club de París acordados por el gobierno anterior.
La economía se contrae el 4,3 por ciento y algunas de sus actividades clave bajan a un ritmo todavía mayor: la construcción cae 19,2 por ciento y la industria manufacturera al 6,4 por ciento. La inflación tampoco da señales optimistas para la población, al avanzar a un ritmo del 47 por ciento interanual, según el relevamiento de precios de la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, en tanto que los salarios en las paritarias se negociaron en su gran mayoría por debajo del 35 por ciento. Las dificultades para recuperar la producción y bajar los precios generaron nuevas críticas cruzadas entre Prat-Gay y Sturzenegger. El ministro de Hacienda plantea que un mayor recorte del gasto, para equilibrar rápido las cuentas públicas, es social y políticamente inviable, puesto que implicaría más contracción y, por tanto, más tensión en materia de empleo. Desde el Central, en cambio, señalan que el esquema "keynesiano" de Prat-Gay modera la capacidad de la autoridad monetaria de frenar la inflación, debido a que la obliga a emitir para financiar el desequilibrio de las cuentas públicas.
La reticencia del Banco Central para girarle recursos al Tesoro es cada vez mayor y da muestras de las tensiones entre ambos funcionarios. A principio de año, hubo fuertes conflictos de intereses, puesto que se negoció que la autoridad monetaria sólo enviaría al sector público 160 mil millones de pesos para su uso en gastos del presupuesto. Pero ahora los recortes de recursos para el Tesoro se acentuaron, porque el Central se negó hace semanas a enviarle otros 4000 millones de dólares para cubrir pagos de deudas, un monto que en la cartera de Prat-Gay daban por hecho. El pedido se gestionó formalmente, a través del decreto 834, y así fue publicado en el Boletín Oficial. "Se considera oportuno renovar mecanismos conducentes al pago de los vencimientos con organismos financieros internacionales y de deuda externa oficial bilateral correspondientes al presente ejercicio fiscal, mediante la aplicación de reservas de libre disponibilidad", argumentó la normativa, respondiendo al requerimiento de Hacienda y Finanzas.
Pero la negativa de la autoridad monetaria de financiar al Tesoro implicó elaborar un plan alternativo para saldar la deuda con los acreedores internacionales en tiempo y forma. El objetivo de las autoridades del Palacio de Hacienda es que los organismos de crédito acepten refinanciar todos los pagos, lo que en la jerga financiera se conoce como roll over, y es una práctica habitual de estas instituciones internacionales que presentan para los países en de- sarrollo. La otra apuesta es modificar las condiciones de los pagos con los acreedores del Club de París. La idea es renegociar lo pactado con el ex ministro de Economía Axel Kicillof aprovechando que la Argentina resolvió las tensiones judiciales con los fondos buitres, bajó los niveles del riesgo país y avanzará en una revisión de las estadísticas a través del artículo IV del FMI. En la cartera a cargo de Prat-Gay piensan que los acreedores del Club de París darán el visto bueno a mayores plazos y menor tasa en los vencimientos financieros.
Con este esquema, según indican en el Ministerio, se lograría evitar salir al mercado de capitales internacional para emitir 4000 millones de dólares y cumplir con las palabras de mayo del secretario de Finanzas, Luis Caputo, que había dicho que no habría necesidad, por el resto de 2016, de salir a tomar nueva deuda en el exterior.
Más allá de que ahora hay plan B, en el mercado generó desconfianza la insistencia de Prat-Gay por querer acceder a reservas del Central para pagar deuda. El funcionario había sido uno de los principales críticos en la gestión anterior por el uso de divisas de la autoridad monetaria (para cancelar deuda) a cambio de letras intransferibles del Tesoro Nacional. Este esquema se utilizó en 2006 para abonar todos los pasivos con el Fondo Monetario y se volvió a emplear entre 2010 y 2015 para cubrir vencimientos financieros con todo tipo de acreedores. "En ningún país se paga deuda con reservas sino que se refinancia. Acá se patinan las reservas en los acreedores externos, es la hipocresía del relato", decía Prat-Gay en 2013 sin miramientos, cuando era diputado de la Coalición Cívica. Sturzenegger, a diferencia de Prat- Gay, mantiene aún su postura crítica con respecto al uso de las reservas para hacer frente al pago de deudas en moneda extranjera del Gobierno. "Es una práctica que deja abierta la puerta a una emisión monetaria sin límites, con lo que la sociedad queda expuesta a una inflación creciente", mencionó en más de una oportunidad el titular de la entidad.
PANORAMA ECONÓMICO
Paro general
Por David Cufré
"El gobierno de Cristina Kirchner deberá afrontar el cuarto paro general de su segundo mandato. Las principales centrales obreras resolvieron ir a la huelga en virtud de la negativa de la presidenta a ceder en el cobro del impuesto a las Ganancias a los trabajadores. 'Maldito impuesto al trabajo', denuncian afiches que mandaron a pegar los gremios". La medida de fuerza se concretó el 31 de marzo de 2015. Fue la última hasta el momento. La tasa de desocupación estaba en 7,1 por ciento, con una tendencia declinante que la llevaría al piso de 5,9 en el tercer trimestre, el nivel más bajo en 28 años. La ex presidenta no tuvo que soportar paros generales entre 2007 y 2011, lo mismo que Néstor Kirchner, el único mandatario invicto desde Juan Domingo Perón. La CGT tardó dos años en realizar la primera medida de esas características durante la dictadura, pero finalmente paralizó el país en seis oportunidades. Con Raúl Alfonsín los paros generales fueron 13, que tuvieron lugar en 11 semestres de gestión, lo que arroja un promedio de 1,2 paros nacionales por semestre. La primera huelga se produjo en septiembre de 1984, a nueve meses de haber arrancado el gobierno. Con Carlos Menem hubo más paciencia. El primer paro general llegó a los 40 meses de su desembarco en Casa Rosada, en noviembre de 1992. Luego habría otros siete hasta 1999, a un promedio de uno cada 15 meses. Fernando De la Rúa enfrentó el primer paro general en febrero de 2000, con tres meses recién cumplidos como presidente. Hasta diciembre de 2001 se sucederían otros ocho, a razón de 2,25 paros por semestre en promedio. Finalmente, la CGT de Hugo Moyano le hizo un solo paro general a Eduardo Duhalde. Fue el 14 de mayo de 2002, cuando iban cinco meses del interinato del senador al frente del Poder Ejecutivo. La convocatoria fue "en contra de la política económica y social del gobierno nacional y en rechazo al sometimiento de la Argentina al FMI".
Entre ese paro de 2002 y el último de 2015, la motivación pasó de ser la política económica y el sometimiento al FMI a la incidencia del impuesto a las Ganancias sobre una porción aproximada del 10 por ciento de los trabajadores. Moyano tiene otros antecedentes de medidas de fuerza en contra de las políticas neoliberales de Menem y De la Rúa. En 2001, cuando Patricia Bullrich era ministra de Trabajo, el camionero se defendió de las acusaciones de la funcionaria de buscar un clima de desestabilización con el siguiente argumento: "El paro no lo hacemos nosotros, lo hace el Gobierno, nosotros solo le ponemos fecha". Es un concepto que bien podría repetir en las circunstancias actuales, de avance irrefrenable de medidas que atentan contra el empleo, el salario y provocan una transferencia millonaria de recursos de los trabajadores a sectores concentrados del capital. "Prat-Gay decía que los sindicatos iban a tener que optar entre salarios y empleo. Avísenle que cae el salario y cae el empleo", resumió esta semana Carlos Tomada, ex titular de la cartera laboral. El FMI, por otra parte, regresará al país a mediados del mes que viene, apenas unos días después de la audiencia pública convocada por el Gobierno para resucitar el tarifazo del gas.
A la CGT no le faltan motivos para llamar a un paro general. La fecha que empieza a barajar la nueva conducción es noviembre, mediando entre sectores sindicales que reclaman hacerlo mucho antes y otros que piden esperar un poco más, para darle una nueva oportunidad al Gobierno de enderezar el rumbo. Los dirigentes que llegaron a la central unificada de la mano de Luis Barrionuevo están esperanzados en que sean ciertas las promesas del Gobierno de reactivar la obra pública y generar una corriente de inversiones a partir del blanqueo de capitales. Si fuera por ellos, habría que demorar la definición de una huelga nacional hasta 2017. Del otro lado del arco gremial, las dos CTA apuran el paso para lanzar la medida de fuerza de inmediato. Lo mismo sostiene la Corriente Federal, el sector que lidera el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, que resolvió no integrarse a la CGT que conducen Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. El Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), adonde confluyeron sindicatos como la Unión Ferroviaria, Smata, Luz y Fuerza, Taxistas y APL, está expectante a lo que haga la CGT. Finalmente Moyano, que conserva el poder de fuego del gremio de los camioneros e influencia dentro de la CGT, hace equilibrio entre las críticas al Gobierno y la preservación de un canal de diálogo con el Presidente, como cuando se mostraba con él en la campaña electoral. Esa heterogeneidad del movimiento obrero termina siendo funcional al Gobierno, que va logrando esquivar el paro general.
La falta de resolución de las estructuras sindicales le deja el campo libre a los movimientos sociales y a expresiones espontáneas de la sociedad para hacer visible un clima espeso de descontento con el Gobierno. Piquetes, acampes, ruidazos o miles de personas pasando a buscar peras y manzanas por Plaza de Mayo son ejemplos de ese estado de situación. También las cámaras empresarias están movilizadas por los aumentos de tarifas, al igual que los clubes de barrio, las cooperativas y las asociaciones de consumidores. El paro general serviría para darle un cauce institucional a la protesta social. El riesgo que corre la CGT si sigue dando vueltas es resultar desbordada por una corriente que crece desde abajo, que le terminará reprochando haber abandonado a los trabajadores por la plata para las obras sociales que le muestra el macrismo. De todos modos, en la central obrera también pesa el temor a los medios hegemónicos y a las denuncias del Gobierno de identificar sus acciones como parte de un supuesto plan de desestabilización. Ante la falta de recuperación de la economía y la agudización de los problemas, la única reacción que entrega la Casa Rosada es imaginar estrategias para ponerse como víctima del caos que provocaron sus propias políticas.
El aumento del desempleo a 9,3 por ciento a fines del primer semestre es motivo más que suficiente para convocar a un paro general. Más cuando las centrales obreras ya se bajaron de una medida de esa naturaleza tras el veto del Presidente a la ley antidespidos, por la que habían militado con una concentración histórica el 29 de abril. Además, el Gobierno ratifica a cada paso la política económica y sus planes en relación al mundo del trabajo. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, dijo anteayer que para generar inversiones habrá que reducir el costo del empleo. Su par de Modernización, Andrés Ibarra, anunció que a fin de año dejará en la calle a 10.500 trabajadores contratados por el Estado, ya que sobre un total de 13.000 a quienes se les vencen sus contratos – algunos vienen soportando ese régimen precario hace más de una década – solo se realizarán concursos para retener a 2500. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, prepara al mismo tiempo un proyecto de reforma de flexibilización laboral. Si la CGT va a esperar a que todo eso pase sin hacer nada, después más que quejarse por las consecuencias deberá asumir su cuota de responsabilidad.
UN ALERTA DE LOS CURAS EN LA OPCIÓN POR LOS
POBRES POR LA SITUACIÓN SOCIAL
"Este modelo no cierra sin represión"
En su nueva carta, los sacerdotes católicos vuelven a reclamar la libertad de Milagro Sala, denuncian las políticas "regresivas y amenazantes" del gobierno de Macri y advierten sobre el silencio de los grandes medios sobre las revelaciones de los Panama Papers.
Los curas consideran que las supuestas amenazas a funcionarios parecen excusas para forzar la represión.
Por Washington Uranga
Continuando con la tarea de emitir cartas quincenales dirigidas a sus comunidades y a la sociedad en general, el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COPP) dio a conocer un nuevo documento en el reiteran su demanda de libertad para la dirigente social jujeña Milagro Sala "y de todos los presos políticos", denuncian las "políticas de derechos humanos regresivas y amenazantes" puestas en práctica por el gobierno de la Alianza Cambiemos y advierten sobre la represión de la protesta social y el "silencio" de los medios de comunicación acerca de los llamados "papeles de Panamá" que involucran al presidente Mauricio Macri y a funcionarios de su gobierno. Tras manifestar su preocupación por el "agravamiento progresivo y preocupante de la situación social y económica" los Curas sostienen que "son llamativas las supuestas amenazas recibidas por funcionarios, lo cual parece excusa para reforzar la represión". Los sacerdotes expresan, una vez más, su convicción de que "este modelo no cierra sin represión".
"Que el Presidente afirme que Hebe (de Bonafini) es 'una desquiciada' (un agravio de quien se arroga contradictoriamente la misión de unir el país) luego de manifestarse desinteresado en el número de desaparecidos y de hablar de 'guerra sucia' no hace sino sumar un nuevo repudio a los ya demasiados que nos vemos en la obligación de proclamar", dicen los Curas en otro parte de su documento.
Sostienen que la diferencia entre el anterior gobierno y el actual "en un tema tan sensible, su colaboración activa en la justicia o su desinteresarse de ella nos parece demasiado grave, aunque el actual Presidente afirme que no quiere 'tener injerencia en el poder judicial como lo hizo el gobierno anterior'". Y subrayan los sacerdotes católicos que "lamentamos que se intente conceder prisión domiciliaria a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad, como el caso emblemático de Etchecolatz" expresando al mismo tiempo "nuestro más firme repudio uniéndonos al reclamo que sobre el tema han formulado organismos de derechos humanos".
Tras denunciar que en el caso de los "papeles de Panamá" existe un "silencio cómplice" de los medios nos preguntamos, dicen los Curas, "cuánto más debe esperar el Poder Legislativo para interpelar a todos los implicados en 'la ruta de la corrupción M'". Y señalan que "lo que revela el material presentado son pistas de posibles maniobras de lavado de dinero, el delito que figura en la carátula de la causa". Expresan, no obstante, que "la investigación afortunadamente avanza y compromete cada vez más al presidente Macri, lo cual constituye una situación de considerable gravedad institucional que la población debe conocer".
Otro de los capítulos del texto difundido por los Curas está dedicado a denunciar hechos de represión. Señalan que "Jorge Peña, de Renatea Jujuy fue interceptado en su automóvil en el que viajaba con sus tres hijas"; recuerdan la "grave represión en el Puente Pueyrredón con camiones hidrantes y policía a jubilados y otros manifestantes"; la "represión a quinteros en el Parque Pereyra Iraola (Buenos Aires) con 48 detenidos (7 menores) uno de los cuales, Lautaro Leverato, recibió 13 balazos de goma"; que en Ramos Mejía "balearon el frente de la unidad básica "Los Mismos de Siempre" ubicada en la intersección de las calles Colón y Bulnes en la localidad de Ramos Mejía" y que la Gendarmería y Policía bonaerense reprimieron con balas de goma en la Autopista Buenos Aires-La Plata "a compañeros de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) Anibal Verón y otras organizaciones sociales aplicando el infame protocolo elaborado y defendido por la ministra Patricia Bullrich". A ello se suma a la "represión a azucareros que desde hace 56 días están defendiendo los empleos ya que enfrentan el lock out de la empresa Seabord Corporation a la que pertenece Tabacal Agroindustria que tiene paralizada la planta en El Tabacal, Salta incluyendo balas de plomo a los gases lacrimógenos".
Los sacerdotes católicos que trabajan en medios pobres adhieren también a las denuncias del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) respecto de amenazas a dirigentes campesinos y el ataque de "sicarios" del "agro-narco empresario Orlando Canido" contra familias de la comunidad Iaku Cachi.
En el mismo texto se denuncia "una brutal transferencia de ingresos con una inversión de la ecuación distributiva de la renta nacional" y "un modelo económico que concentra la riqueza en pocos actores y generaliza el desempleo con salarios a la baja", "un endeudamiento externo usurario y descontrolado", "un quiebre violento de la protesta y la organización social de base como lo muestra el experimento jujeño" y "una destrucción del aparato productivo, la industria nacional y las economías regionales". Por todo ello manifiestan su adhesión a la "marcha federal, el 31 de agosto y 1 y 2 de septiembre contra el ajuste, los tarifazos, los despidos y exigiendo la liberación de los presos políticos".
En el plano teórico el documento de los Curas en la Opción por los Pobres critican "una democracia de baja intensidad" que contradice los intereses de los trabajadores y los sectores populares.
ORGANIZAN UN ACTO DE LANZAMIENTO DEL SECTOR
DE GOBERNADORES E INTENDENTES PARA EL 6 DE
SEPTIEMBRE
Una invocación a la renovación peronista
Es el grupo de nuevos gobernadores y de intendentes bonaerenses que se vienen reuniendo periódicamente. Buscan encabezar una renovación desde dentro del peronismo, que esperan se vea reflejada en las listas de candidatos para las elecciones del año próximo.
Los intendentes bonaerenses del Grupo Esmeralda y Bossio y Urtubey coinciden en el nuevo grupo.
El 6 de septiembre de 1987 Antonio Cafiero ganó las elecciones a gobernador en la provincia de Buenos Aires marcando el punto más alto que alcanzaría la llamada Renovación Peronista que buscaba llevar aire fresco al PJ que por entonces comandaban Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias. Por eso, el próximo 6 de septiembre es la fecha simbólica elegida para el acto de presentación del sector del peronismo que aspira a encabezar otra renovación que encabezan gobernadores de la nueva horneada como el entrerriano Gustavo Bordet, el chaqueño Domingo Peppo y la fueguina Rosana Bertone y los intendentes bonaerenses del "Grupo Esmeralda" como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Mariano Cascallares (Almirante Brown). A ellos se sumaron en las últimas reuniones el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y los diputados del Bloque Justicialista que tienen como referente a Diego Bossio. Todos ellos compartirán escenario el 6, en un acto cuyo lugar y formato todavía se discute.
En los últimos días aparecieron algunas notas revelando encuentros entre los distintos referentes de estos sectores con ambiciones diferentes pero una idea común. No reniegan del kirchnerismo y reivindican muchas políticas llevadas adelante durante los 12 años de la gestión de Néstor y Cristina Kirchner. Pero consideran que esa etapa ya fue superada y que si el peronismo quiere volver a "enamorar" tiene que proponer algo nuevo. Con ese eje, Urtubey recibió días atrás a Cascallares y a Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar), o Peppo conversó con Katopodis. Enseguida apareció Bossio ofreciendo su departamento de Barrio Norte para una cena de Peppo, Bordet y Bertone. "Compartimos causas comunes que tienen que ver con el peronismo y la renovación del peronismo", contó Bossio. Imaginan adentro a otros gobernadores como el riojano Sergio Casas y al misionero Hugo Passalacqua, nombres por ahora poco conocidos en los medios nacionales, pero nuevos y con responsabilidad de gestión, requisitos que calzan como guante entre las prioridades del nuevo grupo.
Por eso, los intendentes bonaerenes color esmeralda se chispearon con las últimas notas en las que Urtubey y Bossio se mostraban como los organizadores de la renovación, cuando en verdad se sumaron en una segunda etapa a los encuentros. "No son los actores principales, son secundarios. Urtubey si bien gestiona una provincia, ya va por su tercer mandato. Bossio ni gestiona ni es un recién llegado", evaluaban cerca de uno de los intendentes bonaerenses más activos. El miércoles, Urtubey hizo de anfitrión en las oficinas porteñas de la Casa de Salta de un encuentro con Bossio y los demás integrantes del Bloque Justicialista. El salteño busca reposicionarse en la interna del peronismo después de haber quedado demasiado aislado en sus gestos de cercanía extrema con el macrismo.
El próximo evento está agendado para el miércoles 31 de agosto, cuando Peppo invitó a un encuentro en la Casa de Chaco. Están invitados los gobernadores y los intendentes bonaerenses. Las ideas en discusión están más o menos claras. "La renovación tiene que hacerse desde adentro del peronismo, no desde afuera. El Frente Renovador es otro partido", puntualiza uno de los jefes comunales que participará de la reunión.
Imaginan que esa renovación tiene que prevalecer en la oferta electoral del peronismo en las elecciones legislativas del año que viene para que quede claro que lo que se plebiscita en esos comicios es la primera mitad de la gestión de Macri. En cambio, consideran que si la discusión vuelve a ser si Cristina Kirchner sí o si Cristina Kirchner no, es retrotraer el debate a lo que sucedió en la campaña electoral del año pasado. "Nuestra idea es que el liderazgo de Cristina Kirchner y de Daniel Scioli fue plebiscitado en la última elección. Eso ya se superó, nuestra propuesta tiene que ser a futuro", remarca el intendente. Esas ideas y algunas otras serán las que pondrán sobre el escenario el "día de la renovación", el próximo 6 de septiembre.
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