domingo, 7 de agosto de 2016

“Si la caldera explota se hunde el barco”

domingo 07 de agosto de 2016




REPORTAJE A JUAN CARLOS SCHMID, DIRIGENTE DEL 

MOYANISMO SINDICAL


Si la caldera explota se hunde el barco”



Si el 22 de agosto, cuando se reunifique la CGT, el congreso sindical elige un triunvirato, su nombre podría ser uno de los tres. Secretario de la poderosa confederación que agrupa a los gremios de transporte, Schmid se define sobre economía, tarifas, pymes, programa y autonomía gremial.


Por     Martín Granovsky


En su oficina de Barracas, un despacho sencillo donde por supuesto están Juan Perón y Evita, Juan Carlos Schmid tiene una escultura. Es pequeña, se llama "Estallido" y la placa del pedestal muestra una fecha: 19 y 20 de diciembre de 2001. Sobre la base hay una granada de gas lacrimógeno abollada. "La recogí yo mismo en la calle", dice el secretario general del gremio de Dragado y Balizamiento. Fue durante la agonía letal, por los 36 muertos en todo el país, de Fernando de la Rúa.


– Cuando nos preparamos para ser tripulantes en la flota de dragado nos dan nociones de máquinas a vapor – cuenta Schmid a Página/12 después de mostrar ese resto del 2001 –. Recuerdo que nos enseñaban los principios de funcionamiento, la combustión y el cuidado necesario. Había clases teóricas y clases prácticas. En las prácticas íbamos a ver la caldera de las embarcaciones. Me acuerdo bien de una explicación porque yo tenía 15 o 16 años y me dejó marcado. Nos mostraron una caldera y nos dijeron que podía explotar si se recalentaba el agua o faltaba agua en el interior. Ante el peligro había dos soluciones. Una era expulsar vapor para descomprimir la cámara de arriba y liberar presión. La otra era agregar mucha agua fría al agua en ebullición. Si yo no libero vapor o no introduzco agua fría, lo más probable es que la caldera estalle.

– ¿Los dirigentes sindicales buscan que la caldera estalle?
– No, ni el movimiento obrero ni los compañeros que se van a movilizar de San Cayetano a Plaza de Mayo quieren que la caldera estalle: cuando la caldera estalla se hunde el barco. Nadie busca eso. Pero aparte del foguista y del maquinista también el que está al mando tiene que hacer lo posible por evitarlo. La responsabilidad mayor es la suya.


Schmid fue uno de los redactores del documento que él mismo leyó en el acto más grande desde que asumió Mauricio Macri, el de las centrales sindicales en Paseo Colón el 29 de abril, y del texto emitido el último viernes por el plenario de secretarios generales. "No hay que haberse graduado en Harvard para darse cuenta de que vamos de mal en peor", dice el texto. También pide gestar "una iniciativa socio-económica, no electoralista, que tenga por eje vertebral al mundo del trabajo con sus necesidades y problemas". (El texto puede leerse completo en este link:http://bit.ly/2aPwXty. También hay un link para documentos sindicales anteriores, http://bit.ly/2aZK9jH.)


– Jorge Triaca dijo que no hay motivos para reabrir paritarias.
– Es el ministro de Trabajo y dio una opinión de manual – responde Schmid –. Pero él sabe que más allá de las declaraciones y los ruidos, si la escalada inflacionaria tiene este voltaje los pedidos de aumento serán inevitables.

– El documento del viernes incluye una convocatoria "a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino".
– Tanto el paro como la movilización son medidas de acción directa. Para las dos se requiere el cese de actividades. La última palabra la tendrá el congreso del 22.

– Usted mencionó la movilización convocada para marchar de San Cayetano a Plaza de Mayo. Sus organizadores aseguraron que será multitudinaria.
– No solo les hice llegar mi adhesión cálida a los compañeros por una iniciativa tan importante. Quiero entrar en un análisis más a fondo del tema. Cuando nosotros decimos que hay un problema en el empleo no nos referimos solo a los despidos recientes de los trabajadores en blanco. Hablamos del derecho de todos al empleo al que aspiramos: registrado, con calidad y con derechos. Es un problema central que preocupa tanto a los compañeros que convocaron a la movilización como a los que estamos en el sector registrado. Debemos trazar un vínculo más fuerte con esta problemática. Ese vínculo está verde para lo que la realidad exige y por supuesto a los dirigentes nos cabe una cuota de responsabilidad. Hay una lentitud que no corresponde de parte de todo el sindicalismo.

– ¿Por qué crecieron el empleo informal y el desempleo?
– Cambió mucho la cancha en las formas de producción y fueron aparecieron nuevos métodos de precarización. Si nosotros pensamos que a pesar de que en la gestión del kirchnerismo se creó una cantidad importantísima de puestos de trabajo y aun así esa precarización se mantuvo, debemos sacar una conclusión: la falta de estrategias para superar el problema no es solo responsabilidad de los sindicatos sino especialmente del Estado. Se crearon muchos puestos de trabajo frágiles. El movimiento de cooperativas, las organizaciones sociales y las ONGs revelan que aparecieron formas novedosas de trabajo temporario. Hay una nueva composición de la clase trabajadora. Nosotros no dimos cuenta de ese fenómeno. Y Estado confundió trabajo con empleo.

– ¿Cuál es la diferencia?
– Un compañero que está en la vereda vendiendo naranjas se gana el sustento. Tiene trabajo. Pero empleo significa trabajo permanente con calificación, con acceso a la seguridad social, con vacaciones y con sindicato. Es un desafío de la Argentina y del mundo.

– El documento del viernes subraya el papel de las pequeñas y medianas empresas como creadoras de empleo y también, indirectamente, como destructoras de empleo si desaparecen.
– Es un asunto importantísimo. Las pymes están definidas por la matriz productiva. Si el Estado arma un fuerte núcleo de producción asentado en las multinacionales o en los grandes grupos nacionales, esto va a signar el comportamiento de las pymes. Si el Estado desalienta a las pymes, las pymes no podrán sobrevivir. Un ejemplo es su acceso al crédito. Siempre fue casi prohibitivo. Ni que hablar de esta última etapa, con las altísimas tasas de interés que rigen. Si sumamos el problema derivado del cuadro tarifario, la presión tributaria, la falta de orientación desde el Estado... Y bueno, así es difícil. Hay que tener en cuenta que los emprendimientos de pequeña y mediana escala generan trabajo pero cuando la economía se derrumba terminan muy rápido en la cuneta.

– El documento se compromete a redactar un programa. Hace mucho que el movimiento obrero no tiene uno.
– Es uno de los grandes déficits del sindicalismo. Yo aspiro, y lo pongo en primera persona, a que el movimiento sindical no abandone esta idea. Lo último, aunque no se trató estrictamente de un programa, fueron los 26 puntos de la CGT de Saúl Ubaldini. Después hubo reacciones y peleas coyunturales.

– Eso fue en 1986. Pasaron 30 años. Entre otras cosas proponía una moratoria en el paso de los servicios de la deuda externa, la defensa de las industrias de base y de punta y la promulgación de una ley de entidades financieras.
– Quiero que por lo menos, y con las necesidades programáticas de hoy, lleguemos a algo parecido a los 26 puntos. Debe marcarnos objetivos que trasciendan el mandato que comenzará el 22 de agosto. Que de ahí en adelante puedan medirse los avances. Es necesario marcar el sendero por donde tiene que transitar cada mandato.

– ¿Por ejemplo en qué área?
– Lo central es discutir la matriz productiva. Y si me pide un ejemplo el tema energético es central. Ningún desarrollo industrial es posible sin abordar el problema en serio. Primero hay que reconocer que tenemos un problema. Es mentira que alguna vez llegamos a la soberanía energética. Hay que llegar a una perspectiva seria sobre plazos, condiciones de inversión y uso de recursos naturales para hacerle frente. Eso junto con otras líneas de acción en lo industrial, en lo logístico y en el formateo de una matriz productiva.

– ¿En qué sentido habría que resetear la economía?
– Hoy está geoeconómicamente alrededor de las grandes urbes. Tiene que haber un nuevo abordaje en lo territorial. Los compatriotas no tienen por qué agolparse en cinturones de pobreza alrededor de las ciudades. Y para evitarlo hay que frenar las fábricas de pobreza del interior.

– El documento dice que "el tarifazo incorporó más pobres a los existentes". Más allá de lo que falle la Corte Suprema, ¿cómo proponen salir de la situación generada por los aumentos?
– Por eso la propuesta es discutir primero la matriz productiva y la matriz energética. Nadie – y repito: nadie – puede desapegarse del manejo de los recursos energéticos y naturales. En la Argentina el consumo de agua llega a 400 litros de agua por persona. Es un derroche espectacular con un recurso que muy pronto estará en crisis en el mundo. Pero no alcanza con la conciencia de cerrar la canilla para no gastar de más. En los servicios públicos es preciso establecer un cuadro tarifario que la gente esté en condiciones de pagar. Supongamos, como una hipótesis, que la Justicia sentencia que está bien lo que aumentó el Gobierno. Y que después el Gobierno establece que las tarifas adeudadas pueden pagarse en dos cuotas. Igual no lo va a poder pagar nadie. En esto ya no hay ni audiencia pública que valga. Hay que frenar, revisar todo y empezar de nuevo.

– Otro párrafo critica a los funcionarios porque "el auténtico discurso industrialista está ausente del vocabulario".
– No escucho funcionarios que hablen de los parques industriales o de armar núcleos en Catamarca, en el noroeste y en el noreste. Escucho modos de favorecer la primarización de la economía. Está bien definido en la intervención de los funcionarios. No voy a caer en la vieja disputa entre el campo y la industria. No voy a hablar de la aristocracia con olor a bosta de vaca. Pero la CGT sí va a reclamar que se supere la luz baja y se termine la mirada corta. Poner luces más altas implica aprovechar el recurso para un desarrollo industrial que se quedó a menos de la mitad del camino. Entre los que reclaman un Nobel de Economía y los que dicen que vienen a aprender nos quedamos o con el desaprovechamiento de las oportunidades o con el estancamiento.

– ¿Es mejor una CGT unificada o centrales con unidad de acción?
– La potencia de una central obrera de alguna forma también responde al grado de desarrollo político y de interlocución social. Para tomar un ejemplo lejano, la central obrera alemana es muy potente y participa de las decisiones industriales. Tiene sombras, claro, pero quién puede dudar de su voz poderosa al momento de discutir el impacto de las medidas económicas. Y los obreros alemanes son los mejor pagos del mundo. No creo que nos parezcamos a Alemania, aclaro. Hablo de un ejemplo de interlocución para lograr un ejercicio político y un desarrollo económico de construcción de una industria y una sociedad.

– ¿Por qué el texto dice que la unificación de la CGT será un aporte al interés nacional?
– Si hay un sector de la sociedad, si hay una clase que no fuga capitales ni se va llevar la plata a los paraísos fiscales, ésa es la clase trabajadora. Por lo tanto está íntimamente ligada al destino del país y a la suerte de su economía. Por eso está asociada a cómo el país despegue y salga de los serruchos de subida y de bajada que viene sufriendo. Por ese motivo el destino del país y la suerte de la economía dependen de cómo se configure la clase trabajadora.

– El Gobierno acaba de saldar deudas con las obras sociales. ¿Es una forma de aplacar la conflictividad de los dirigentes sindicales?
– Ése es un razonamiento viejo. Siempre se ha dicho eso. Con Raúl Alfonsín, con Carlos Menem y ahora de nuevo. El dinero de las obras sociales es dinero de los que aportan para el sostenimiento familiar. Sí es histórico el aporte de ocho mil millones de pesos a la salud pública. Pone en la superficie, de paso, que entre las prepagas, la salud pública y las obras sociales no alcanzan a dar satisfacción a todas las necesidades en salud. Yo tengo la plena convicción de que no puede desaparecer el sistema solidario. Hace rato ya que no se cumple el axioma de Ramón Carrillo, el ministro de Perón, de que la mejor salud pública es que los sanatorios y hospitales tengan las camas vacías.

– Luis Barrionuevo dijo que el movimiento obrero va a unificar el peronismo e irá detrás de Sergio Massa.
– Barrionuevo es uno más. Hay tres centrales y él es una de las tres cabezas. Pero el peronismo irá haciendo su propio análisis. Todavía hay una ebullición que está lejos de su punto de hervor y de condensación.

– Entre muchos dirigentes sindicales viene aumentando el uso de una palabra: "autonomía".
– La tomo. Lo hablé mucho con mis compañeros del moyanismo y con los demás dirigentes. Nosotros proclamamos la autonomía en los foros internacionales. También debemos profundizar la autonomía en nuestro ejercicio fronteras adentro. Tenemos que representar a los trabajadores en las misiones para las que hemos sido elegidos. La otra construcción se da en otro plano, en otro lugar, donde obviamente actuamos como ciudadanos de este país.




















NOTICIAS DE LA CACERÍA JUDICIAL, LA FUGA DE DIVISAS 

Y LA ESTANFLACIÓN


Aprendices de brujo



La tómbola de Comodoro Py es el instrumento para atribuir los efectos de la política económica a quienes "se robaron todo" y no les dejaron más alternativa. El contador Morales y su esquema binario hicieron escuela. Rosatti y Lorenzetti se disputan la suerte del doctor Glock. Gustavo Arribas en la investigación sobre fuga de divisas, con papá Macrì y tío Blanco Villegas. Casi 50.000 millones de dólares de nueva deuda externa. La lluvia al revés y una inundación que no saben como controlar.
Por     Horacio Verbitsky


El fuero federal solía actuar como un ámbito de contención y atenuación de los conflictos políticos, hasta que liderado por Ricardo Lorenzetti se convirtió en un acelerador y agravante. Avalado por el Papa Francisco, infundió esa lógica suicida a la corporación judicial a través de unos pocos delegados, entre ellos el presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py, Martín Irurzun. A ellos se suman quienes orbitaron durante años en torno de los servicios nacionales e internacionales de Inteligencia, con los privilegios funcionales y económicos que ello supone, ávidos de venganza por el poder de tropelía perdido. También hay espontáneos con sus propias aspiraciones, varios con tantos cadáveres en el ropero que necesitan desviar la curiosidad en otra dirección y también algún tonto que no tiene mejor idea que mandar la policía para detener a una Madre de Plaza de Mayo un jueves a la hora del comienzo de la ronda. Estaba dispuesto a llevarla de las pestañas para que ejerciera su derecho de defensa. Si
durante el menemismo la justicia se utilizó para amparar a los propios (con algunas notables excepciones como Domingo Cavallo y Adolfo Scilingo), en los últimos años se constituyó en una temible arma ofensiva. Y nunca hay que subestimar las guerras de bandas que disputan parcelas de poder a dentelladas. Como en un burdel de novela negra cada cual tiene su periodista o senador protegido o protector ya que pocos se aventuran en ese mar infestado de tiburones sin un papito que lo cuide. El paradigma de esta especie es el juez Claudio Glock, un grupo de tareas en sí mismo, ahora empeñado en la devastación de la ex presidente CFK, a quien investiga en tres causas distintas. Con el record de revocatorias y apercibimientos por parte de la Cámara, Glock desdeña las formalidades y avanza sobre expedientes de otros juzgados, por distintos métodos. Su violación de los derechos y garantías de los justiciables es tan frecuente, que la misma Cámara que se cansó de sancionarlo rechazó una recusación de Cristina porque esas arbitrariedades eran tan habituales que no podían considerarse como un sesgo especial en contra de ella. El viernes, Glock se apoderó de la causa en la que su colega Daniel Rafecas desestimó la denuncia del ex fiscal general Natalio Alberto Nisman contra CFK y su ex ministro Héctor Timerman. Glock tratará ahora de imputarla por traición a la patria, un desatino sólo imaginable en un clima de linchamiento estimulado desde el poder. Juegan con frenesí a esa ruleta rusa jueces y fiscales temerosos de su estabilidad, que internalizaron la lógica binaria del gobernador jujeño Gerardo Morales, para quien el mundo se divide entre acusadores y acusados, y donde a cada uno se le informa que tiene libertad para elegir entre esas opciones. La traición a la patria está definida en el artículo 119 de la Constitución y consiste "únicamente en tomar las armas" contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro", cosa que reitera el Título IX del Código Penal. Para que esto sea posible se requiere la existencia de un estado de guerra con una Nación extranjera, lo cual no es asimilable con un acto terrorista cometido por nacionales de otro país, en caso de que esa hipótesis se probara. Que Glock instruya una causa vinculada con la destrucción del edificio de la DAIA es una aberración, dado que ya fue separado de la investigación por el encubrimiento del atentado (ante la recusación del comisario Juan José Ribelli) por su relación con el ex ministro Carlos Corach, quien fue su primer papito, el que hizo juez a Glock. Lo que nadie recuerda es que además fue sometido a juicio político por denuncia de Horacio Rosatti, entonces ministro de Justicia y Derechos Humanos de Néstor Kirchner, quien había reconocido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la responsabilidad del Estado por no haber prevenido ni esclarecido el atentado a la DAIA, y asumido el compromiso de que se investigara el encubrimiento y se adecentaran los servicios de Inteligencia. El nombre de Corach fue suficiente para que Miguel Pichetto (viejo operador de José Luis Manzano) desestimara ese juicio político contra el compañero Glock. Contó para ello con la adhesión de su colega Nicolás Fernández. Glock respondió citando a indagatoria a Rosatti por la situación en las cárceles que había denunciado el CELS. Rosatti lo recusó, la Cámara apartó del caso a Glock y el ya ex ministro promovió por segunda vez su juicio político con idéntico fracaso. En su denuncia dijo que Glock lo tenía "como rehén", tal como hoy intenta hacer con CF,,,




Lo que son las vueltas de la vida:

- Jefe del bloque opoficialista de Senadores, Pichetto acaba de defender la postulación de dos personas tan vidriosas
 como Gustavo Arribas y Silvia Madjalani para encabezar la agencia federal de Inteligencia, pese a la fundada impugnación de un grupo de organizaciones interesadas en el control político de ese submundo. Arribas ya anunció el archivo de aquel compromiso ante la CIDH de transparencia de fondos y procedimientos, que volverán a ser secretos de Estado. Se entiende: con 5,5 millones de dólares es uno de los mencionados en el informe de la Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputados sobre Fuga de Divisas de la Argentina durante el año 2001. Otros integrantes de la lista son Franco Macrì y Jorge Blanco Villegas, el padre y el tío, quienes junto con el actual presidente formaban la cúpula de SOCMA, que quiere decir Sociedades Macrì.



- Ribelli es uno de los abogados de Ibar Pérez Corradi, quien negoció con un sector del gobierno acusar a Aníbal Fernández y con otro extender la sospecha a Ernesto Sanz, a quien la escudería Stiuso (y muy en especial Darío Richarte, asociado de Daniel Angelici) no le perdonan haber expectorado en juicio político a su obediente juez Federico Faggionato Márquez.



- Nicolás Fernández es el operador todo terreno de Lorenzetti, y



- desde el mes pasado Rosatti integra la Corte Suprema de Justicia y de su acto de asunción proscribió a la caterva de jueces federales que forman el séquito del Ihering de Rafaela. Allí Rosatti disputará la suerte de Glock con el Don que lo cobija, el recién casado Lorenzetti, quien medita disfrutar de su fortuna y de su dicha nupcial en otras playas.





La lluvia al revés




Estos señores de la justicia no son los únicos aprendices de brujo. También quienes manejan la economía se comportan como el ratón Mickey en la "Fantasía" de Walt Disney, cuando provoca una inundación que luego no sabe cómo contener. En los primeros seis meses del año la fuga de capitales rozó los 6.000 millones de dólares, la inversión se redujo más del 4 por ciento y el endeudamiento externo creció en forma vertiginosa en 47.000 millones de dólares. En eso consistió la lluvia de dólares pronosticada por la capitulación ante los fondos buitre, subestimando la crítica situación externa y la importancia del consumo para sostener el nivel de actividad. No es ése el único indicador que contraría las expectativas oficiales, o al menos las declaraciones de sus funcionarios, porque siempre queda la duda sobre la índole de esos anuncios: ¿creen lo que dicen y sus expectativas son trituradas por la realidad, con lo que muestran un grado de incompetencia sólo comparable con el de la Primera Alianza, o sólo lanzan globos de colores para distraer la atención mientras se ponen en práctica las medidas redistributivas más drásticas? En realidad, ambas hipótesis no son excluyentes, ya que la incompetencia orientada por un propósito perverso puede conducir a un círculo vicioso descendente del que resulte difícil salir. Este aluvión de dólares al revés y la paralela caída no sólo de la inversión sino también de los demás factores de la demanda global, el consumo y las exportaciones, y con ellos de la producción, del empleo y del salario, no son fáciles de contener. Durante casi diez años, Roberto Lavagna vaticinó que se produciría la temida estanflación, híbrido de estancamiento con inflación. Ahora que el año terminará con una caída del PIB de por lo menos dos puntos y una inflación de casi 50 el ex candidato presidencial de la UCR guarda silencio.





No fueron errores




Este cuadro de situación es el tema del vigésimo informe de coyuntura del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), creado por Eduardo Basualdo para la CTA. La evolución económica del primer semestre indica que el objetivo central del gobierno consistió en lograr una drástica modificación a favor del capital en la relación con el trabajo, mientras "las diversas e importantes promesas incumplidas más que errores fueron, y en muchos casos lo siguen siendo, afirmaciones dirigidas a asegurar la viabilidad social y política de ese objetivo primordial", sostiene. La devaluación, la quita de retenciones y el tarifazo en los servicios públicos provocaron el nivel de inflación anualizado más significativo desde las hiperinflaciones de 1989 y 1990, superior a todos los convenios colectivos que firmaron los sindicatos, de modo que el salario real de los trabajadores registrados del sector privado cayó el 12 por ciento, impacto que fue aún mayor en los ingresos de los asalariados no registrados.



Otro trabajo, éste del Centro de Economía Política (CEPA), estima que las transferencias a favor de los exportadores agropecuarios, mineros e industriales equivalen al total de los subsidios al consumo de gas, que el gobierno intenta compensar con el tarifazo, detenido por la resistencia social y el pantano de los tribunales. El gobierno no supo preverlo pese a que lo mismo le sucedió hace cuatro años a su antecesor, aunque la magnitud de los aumentos era diez veces menor. Satisfecho con haber aportado a la lingüística el descubrimiento de que gauchada deriva de gaucho, el presidente Maurizio Macrì hizo público en la Sociedad Rural que se identifica con su familia materna, los hacendados bonaerenses Blanco Villegas, antes que con su padre, el ladrillero calabrés que emigró hace 70 años. "El campo es mucho más que lo que puede producir, es más que los impuestos que puede pagar, es nuestra historia y emblema", dijo allí. También asestó a la audiencia otra rústica metáfora: "Trabajamos en el Gobierno para que el campo sienta que se le ha sacado la pata de encima y ahora se le está tendiendo la mano". Para calcular la dimensión de la gauchada, los investigadores del CEPA establecieron el costo de las retenciones en el primer semestre, sobre el monto de las exportaciones efectivamente realizadas. En los primeros tres meses, el Poder Ejecutivo firmó los decretos 133/2015, 160/2015 y 349/2016 que quitaron y redujeron retenciones a la exportación de productos primarios, manufacturas de origen agropecuario (MOA), productos industriales y al sector minero. Esto implicó una modificación sustancial de la estructura impositiva del comercio exterior. Sólo el 1 por ciento de las exportaciones estaba exento del pago de derechos mientras hoy no pagan derechos el 65 por ciento de los dólares exportados (ver cuadro).



Esa transferencia a los exportadores ascendió a 33.843 millones de pesos, que es el 5 por ciento de la recaudación pública del primer semestre de 2016 (708 mil millones, según información de la Secretaría de Hacienda). El 72 por ciento de ese monto que el Estado resignó fue en beneficio del sector agropecuario, el 15 por ciento de la industria y el 13 por ciento de la minería. Pese a ello, en el primer semestre de 2016 las exportaciones se contrajeron un 2,6 por ciento respecto al mismo período de 2015. Según los datos de la AFIP, en los primeros cinco meses de este año, el peso de los impuestos regresivos creció del 54,8 al 56,9 por ciento del total, mientras el de los impuestos progresivos cayó, del 45,2 al 43,1 por ciento de la recaudación. Con tres puntos más de IVA y 6 menos de retenciones, la estructura impositiva argentina se aleja cada vez más de la equidad, justo cuando el jefe de gabinete Marcos Peña Braun anuncia una reforma integral que con toda probabilidad incrementará este sesgo antipopular. "Lo mejor está por venir", celebró el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, quien reclama "una presión fiscal acorde con las capacidades de la actividad y con su necesidad de instrumentos que le permitan ser cada día más eficiente". Es decir, nueva devaluación y eliminación del 30 por ciento de retenciones a la soja que aún se cobran.



CIFRA describe varios dilemas que asedian al gobierno: reducir la inflación en el mediano plazo prolongando el período recesivo, o estimular la demanda a través de la expansión del gasto público; mantener tasas de interés elevadas en el mercado local para controlar la fuga de capitales o reducirlas para reactivar la economía, pero a costa de la paridad cambiaria; volver a devaluar para recuperar el atraso provocado por la inflación o aferrarse a ese ancla a riesgo de un deterioro adicional de las exportaciones. Las dudas entre alternativas tan opuestas inquietan al pensamiento neoliberal ortodoxo, que ha comenzado a lanzar sobre la política actual el anatema de "populismo conservador". Todo esto sin hablar de las elecciones primarias que ocurrirán dentro de apenas un año, en las que el gobierno se juega su futuro, entre los fantasmas de Menem y De la Rúa, y cuya boleta convencional o electrónica no es compatible con el famoso Excel de Aranguren.








La CGT, medio siglo después




Por       Horacio Verbitsky







En 1967 al salir de una audiencia con Perón el joven linotipista Raimundo Ongaro, de 43 años, se cruzó en la antesala de Puerta de Hierro con el escritor Rodolfo J. Walsh, de 40, que esperaba para entrar. El ex presidente los presentó. De regreso en Buenos Aires Ongaro le explicó a Walsh su decisión de organizar a las bases obreras para enfrentar a Onganía y a la dirigencia sindical participacionista y lo invitó a colaborar en la redacción del documento con que, en el Día del Trabajo, se anunciaría la normalización de la CGT, congelada por la dictadura militar. Mientras ambos discutían el texto del documento, surgió la idea de editar un periódico, que articulara ese proyecto revolucionario. La fórmula era máxima calidad profesional, con nulos recursos. Rodolfo me preguntó si podía garantizar su aparición semanal y Ongaro me envió para diseñar la producción a un taller a la antigua, con tubos fluorescentes y ni una ventana, donde había sido linotipista y delegado. Al borde de la quiebra se había convertido en la cooperativa obrera gráfica Cogtal, que lo imprimiría a precio de costo. También nos dio un contacto con un taller de fotograbado de unos compañeros que se habían instalado por cuenta propia con una indemnización. Allí nos cruzamos con la policía, interesada en unas planchas para imprimir dólares, que por suerte no encontraron. Casi todas las dictaduras que desplazaron a gobiernos civiles, se repartieron el trabajo entre sus alas nacionalista y liberal. La CGT los exhortó a que por una vez los liberales se hicieran cargo del ministerio del Interior y de la Policía, y los nacionalistas del ministerio de Economía. Pero no se dieron por enterados: extranjerizaron la economía, disolvieron el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, intervinieron sindicatos y facultades, suprimieron la actividad política, el derecho de huelga y la libertad de expresión, controlaron el largo de las faldas de las mujeres y del pelo de los hombres en las calles y el estado civil de unos y otros entre las sábanas de los hoteles por horas. Ongaro sintetizó la tarea en una consigna bellísima que repetíamos a rabiar: "Unirse desde abajo, organizarse combatiendo". En esa CGT de los Argentinos confluyeron experiencias históricas, clases sociales, ideologías y tradiciones culturales distintas, por primera vez desde el golpe de 1955. En el mismo edificio donde esta semana fue velado Ongaro, quien murió a los 92 años, pudieron coexistir sin subordinaciones jerárquicas católicos y marxistas, obreros y estudiantes, peronistas y radicales. Discutían hasta caerse de cansancio pero se respetaban porque tenían una tarea compartida. Ese pluralismo no sectario fue el secreto de la huella persistente que aquella gesta dejó en la sociedad argentina y que no se ha borrado hasta hoy. A la muerte de Ongaro asumió la posta quien fue su último secretario adjunto en el sindicato que conservó el nombre histórico de Federación Gráfica Bonaerense, Héctor Amichetti, quien además integra la conducción de la Corriente Político Sindical Federal, junto con el curtidor Walter Correa, el aceitero Pablo Reguera, el metalúrgico Abel Furlan, el químico y petroquímico Daniel Santillán y el abogado laboralista Alvaro Ruiz. Constituida en Córdoba por 48 organizaciones gremiales enroladas en distintas centrales nacionales, la Corriente se inspira en tres pronunciamientos históricos del movimiento obrero: el de La Falda de 1957, Huerta Grande en 1962 y los 26 puntos de la CGT conducida por Saúl Ubaldini en 1986. En ellos reconocieron los antecedentes de los once puntos que la Corriente suscribió en febrero de 2015 en Córdoba y exaltaron buena parte de las políticas cuya destrucción emprendería el actual gobierno: el desendeudamiento, la integración americana, el control estatal de las exportaciones e importaciones, una política industrial que asegure el pleno empleo; una profunda reforma impositiva y del régimen de entidades financieras; una mayor articulación y concentración del accionar del Movimiento Obrero; la recuperación de Aerolíneas Argentinas, YPF y los fondos de jubilación y pensión y la ampliación de los beneficiarios del sistema; la negociación de Convenios Colectivos de Trabajo y la plena democratización del Poder Judicial. También se proponen la defensa del modelo sindical para el fortalecimiento de un Movimiento Obrero organizado, participativo y democrático y su sistema solidario de Obras Sociales, impedir la introducción de dispositivos flexibilizadores y precarizadores, tercerizaciones o reformas laborales que conspiren contra la estabilidad en el empleo. En acuerdo con el Núcleo del MTA y con la Asociación Bancaria, la Corriente impugnó la designación de un triunvirato que el 22 de este mes sería consagrado como nueva conducción de la CGT (Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña). Diez días antes, el próximo viernes 12, la Corriente, el Núcleo del MTA y la Bancaria acordarán durante un plenario en Ferro una propuesta programática para la CGT, sobre la base de los once puntos de Córdoba, y propondrán para integrar la conducción al bancario Sergio Palazzo, el único secretario general que movilizó a su gremio para forzar al gobierno a retomar a todos los despedidos en el Banco Central, y al propio Amichetti, de un lejano parecido físico con el Ongaro joven de 1947. A diferencia de lo que ocurría hace medio siglo, la Corriente no apunta a la ruptura sino a la unidad, pero con un contenido más sustancioso para los trabajadores que el pacto de gobernabilidad por recursos que la CGT negoció con Macrì. Es lo que planteó Palazzo en el plenario de secretarios generales del viernes, donde se aprobó el documento crítico "De mal en peor" pero volvió a diferirse la adopción de medidas de fuerza.



















































De la CIA, nada




Por      Horacio Verbitsky

La visita del ministro estadounidense de Relaciones Exteriores, John Kerry, inauguró el denominado Diálogo de Alto Nivel, que acordaron en marzo los presidentes Maurizio Macrì y Barack Obama. El único anuncio contante y sonante fue el aporte de 1,2 millones de dólares para que la Argentina preste mano de obra militar a las operaciones de "Mantenimiento de la Paz" que Estados Unidos canaliza a través de las Naciones Unidas y, si el Capitolio lo aprueba, otro millón y medio para reformas policiales y judiciales. Al referirse a su asociación en el "Hemisferio Occidental", como Estados Unidos llama al continente americano, mencionaron su preocupación por Venezuela, donde se discute un plebiscito revocatorio, pero nada dijeron de México, donde la violencia paramilitar, narco y represiva ya ha cobrado más de 100.000 muertes. Lo mismo omitió durante su visita a Buenos Aires el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco. Kerry dijo que la prioridad de su país "es combatir el crimen organizado y el narcotráfico" y que está cooperando con la Argentina para "luchar en contra del terrorismo y reducir la demanda de drogas ilícitas". También entregó a Macrì una primera tanda de archivos desclasificados sobre abusos cometidos por la dictadura militar argentina contra los derechos humanos. El pedido de desclasificación fue presentado a ambos gobiernos por los organismos argentinos defensores de los Derechos Humanos, con interés específico en las agencias militares y de Inteligencia, ya que hasta ahora sólo se habían liberado documentos de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Justicia. Pero habrá que seguir esperando los documentos de la CIA, la DIA y las Fuerzas Armadas. La comitiva de Kerry hizo saber que la primera tanda, que desde mañana podrá ser consultada en la página electrónica de su ministerio, sólo incluye material de las bibliotecas de los presidentes norteamericanos de entonces. Habrá que leer con cuidado si prevalecen las revelaciones sobre el apoyo de Gerald Ford, Ronald Reagan y Henry Kissinger al terrorismo de Estado o las loas a Jimmy Carter y Pat Derian por denunciarlo.
















Errores y horrores



Por       Horacio Verbitsky

En la nota "El porrazo judicial" se afirmó que Manuel Garrido denunció al ex Procurador General Esteban Righi. En realidad fue al revés: Righi denunció a Garrido porque dijo que no lo ayudaba a investigar la corrupción. La nota fue reproducida en numerosos medios, porque vaticinaba que la denuncia de la ex presidente CFK contra la diputada radical Margarita Stolbizer será rechazada, con los mismos argumentos que la actual Procuradora Alejandra Gils Carbó expuso en el caso de Righi vs. Garrido, por las inmunidades que la Constitución les garantiza a los miembros del Ministerio Público Fiscal y a los legisladores nacionales. Pero ninguno de esos medios detectó el error que aquí se rectifica.



















ENTREVISTA A MARCELO MORÁN, UN OPERADOR ANTI K EN LAS REDES SOCIALES


"El PRO lo sigue haciendo"



El administrador del grupo de Facebook "El anti K" revela las maniobras contra el gobierno de CFK, los vínculos con la actual ministra de Seguridad, Carrió y el PRO. Asegura que muchos tienen cargos en los gobiernos macristas.
.Morán, el operador arrepentido.

 En la jerga de las redes sociales, un Troll es un operador que amparado en el anonimato de internet adopta una o varias identidades de fantasía. Comenta, polemiza, opina y lleva y trae opiniones de otros. Marcelo Morán es un Troll arrepentido: fundó la rabiosa página de Facebook "El Anti K", que fue furor durante las convocatorias a los cacerolazos durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, desde el #14N de 2012 hasta el #18F tras la muerte del fiscal Alberto Nisman. Incluso, llegó a publicar una foto de la ex mandataria colgada de una soga. Distanciado de aquello "por las operaciones políticas en favor de Cambiemos" con que, dice, le coparon su creación, Morán salió a contar cómo la entonces oposición manipulaba las redes. Lo hizo casi al mismo tiempo que Marcelo Tinelli denunciaba haber sido víctima de un ataque sistemático a través de cientos de cuentas falsas de Twitter tras haber parodiado al Presidente. En diálogo con Página/12, el fundador de "El Anti K" admite que "los medios hegemónicos fogoneaban los cacerolazos según sus intereses", que los contenidos violentos "eran una bajada de línea de gente relacionada" con la actual minsitra de Seguridad, Patricia Bullrich, y que muchos de los "administradores" como él, tienen "cargos en el actual Gobierno".
–¿Qué tipo de trabajo hacía exactamente "El Anti K"?
–Fundé la página como un medio de expresión de lo que pensaba en ese momento, y me gustó aportar a que surgieran las marchas. A mi me importaba ver a la gente manifestándose en la calle. En un principio esa era la idea, y obviamente era una página opositora. El problema vino después, cuando interfirieron Elisa Carrió y Patricia Bullrich, cuyas operaciones fueron incluso desalentando las marchas. Hubo muchos que llevaban a sus propios referentes a las marchas para posicionarse, y esa no era la idea. La gente estaba a full en las redes y los veía a estos vivos y pensaba "no, pará".
–¿De qué dirigentes habla?
–Por ejemplo, el Momo Venegas: lo único que él convocaba a las marchas era a sus propios guardaespaldas. Se colgaba de todo. También Eduardo Amadeo, que fue candidato en la lista de Adolfo Rodríguez Saá, pero la seguía a Bullrich. Eso hizo que gente apartidaria de muy buenas ideas y que impulsaba las marchas, se termine por alejar. Algunos políticos no convocan: la prueba es el primer discurso de Macri como presidente en el Congreso. No fue nadie.
–En su caso, ¿qué motivó la ruptura?
–Hubo dos hechos bisagras: la marcha del 18F por Nisman y las últimas elecciones. Por Nisman sentí que estaban tirando de un muerto. Queríamos expresar que se investigue y terminó siendo una marcha con los fiscales adelante. En el grupo sé que operó Patricia Bullrich, pero hubo otros e incluso competencia con los grupos carriotistas, que manejaba Fernando Sánchez. Ese día dije chau, se terminaron las marchas para mí. Después de las PASO para Presidente, la línea que bajaba era todo a favor de Macri. Entonces terminé por irme.
–¿Cuánto tenían de espontáneas las marchas y cuánto de operación?
–Las iniciativas surgían de las páginas de Facebook, eso es real. Si después había detrás de cada una un político o un armado, es probable, pero no los conocía a todos. De todas formas, las últimas fechas las armaban entre los políticos, operaban a los moderadores y así salía.
–¿Qué rol jugaban los medios?
–Para el 13 de diciembre (de 2013) no la fogonearon. Me hicieron una entrevista en radio Mitre, yo pensaba que iba a ser favorable y para invitar, como era siempre, pero no, el entrevistador tuvo conmigo una actitud totalmente diferente. Si está en sus planes o en sus intereses que la gente salga a la calle, la fogonean, sino, no. Eso da cuenta de las presiones que había.
–Otro tema es el de los contenidos, muy agresivos. ¿Quiénes los armaban?
–Eso fue una constante. Tengo que admitir que avalaba eso y lo difundía. Para mi no era extraño en ese momento, por ejemplo, ver una foto de cristina colgada de una soga. Era una bajada de línea de parte de Bullrich y asumo que yo las publicaba. Previo a las elecciones, hubo presiones para apoyar a Macri directamente.
–Ahí cambió la situación para usted...
–Exacto. Antes de las PASO ya había órdenes para golpear a Sergio Massa, que yo seguí, me arrepiento, pero seguí la corriente. Perdimos seguidores de Massa, pero seguimos adelante.
–¿Usted cobraba por el trabajo? ¿Le ofrecieron pagarle alguna vez?
–Yo no cobraba. Me ofrecieron plata sí, pero no de forma directa. Lo que hacían era ofrecerte un cargo. Cooptarte, chuparte como militante para la estructura de ellos. Yo no lo necesito, trabajo y estudio. Lo mío nació como un hobby.
–¿Pudo conocer personalmente a los dirigentes de los que habla?
–Fui a reuniones en la casa de Carrió. Incluso fuimos todo un fin de semana a una quinta a escucharla dar uno de sus cursos. La gente la llenaba de elogios, ella captaba gente. A mi nunca me motivó.
–¿Lo sorprenden las denuncias sobre la existencia de Trolls trabajando para el PRO?
–Para nada. Tampoco me sorprenden los problemas que hubo con varias páginas de Facebook opositoras o kirchneristas. Ni tampoco me sorprende la transferencia de los datos de Anses a Jefatura de Gabinete. El PRO siempre pensó que controlaba las redes sociales, y desde ahí, como un puente, la calle.
–¿Tuvo sospechas sobre la existencia de Trolls cuando administraba la página?
–Era evidente. Si buceás por los hashtags históricos vas a encontrar miles de cuentas falsas.
–¿Qué se necesita para hacerlo?
–Una estructura. Gente a la que se le paga para que lo haga. Incluso las consultoras políticas lo hacen. Cualquier político puede pagar por posicionamiento de imagen sin problemas. Ni siquiera sale muy caro. No tengo dudas de que el PRO lo hizo y lo sigue haciendo.
–¿Conoce alguna persona de su círculo o de otras páginas o grupos similares que hagan ese trabajo?
–Hay una lista enorme. Cada administrador de páginas macrista tiene un cargo en ciudad, provincia o nación. Puede que tengan una convicción, lo que no está mal, pero que no hablen de grasa militante porque en eso no hubo ningún cambio.






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