sábado, 22 de octubre de 2016

CONCIENCIA O SINCIENCIA


sábado 22 de octubre de 2016







EL DIRECTORIO DEL CONICET LE RECLAMÓ A MACRI QUE NO SE

AJUSTE EL GASTO EN INVESTIGACIÓN



Cuando recortar el presupuesto es una ciencia



El ministro Barañao generó una ola de críticas con sus declaraciones en el Congreso, adonde fue convocado por los diputados para que explicara la fuerte reducción en el financiamiento de la ciencia previsto por el Gobierno para el año próximo.
"Es un problema inverso, de rebalse, porque los investigadores no se van", 
dijo el ministro Barañao.



Por      Nicolás Romero


En medio de las críticas por el recorte presupuestario que el Gobierno nacional plantea para el año próximo en el área de ciencia y tecnología, el ministro Lino Barañao dijo en la Cámara de Diputados que existe un "rebalse" de científicos en el país y que hay un "problema" porque "no se van". La frase levantó una fuerte polémica entre los científicos, que interpretaron los dichos como una "justificación del ajuste", algo que niegan en el Ministerio. Ayer, el Directorio del Conicet envió una carta al presidente Mauricio Macri para advertirle que la poda financiera implicaría "una reducción importante" en las actividades del principal organismo científico del país (ver aparte).

El proyecto enviado por el Ejecutivo prevé un presupuesto de 13.957 millones de pesos destinado al MinCyT, al Conicet y a la Conae, lo que implica un 0,59 por ciento del total nacional. En años anteriores, el porcentaje fue de entre el 0,7 y el 0,8.

Hablando de los científicos, las limitaciones y los incentivos con que se hace ciencia en el país, el ministro –en cuya gestión durante el gobierno anterior se mejoraron condiciones y repatriaron muchos investigadores – explicó que ahora "es un problema inverso, de rebalse, porque los investigadores no se van. Como hemos creado condiciones adecuadas, ya tienen 30 años, familia, y dicen :´¿Ahora me tengo que ir?´, ´si tengo todo acá´, ´tengo laboratorio, sigo trabajando´. Eso es tremendamente nocivo". Tras lo cual aseguró que "no se renuevan las líneas de cooperación" y que "está bajando la cooperación internacional", lo que "se refleja en la calidad de las publicaciones". Así, concluyó que hay que "fomentar que la gente se vaya".

Este diario intentó comunicarse con el ministro Barañao, pero fue imposible dar con él, ya que está en una gira por Europa. No obstante, desde el Ministerio, la vocera Josefina Scasso explicó que la intención del funcionario era poner de manifiesto que "es muy positivo que los investigadores puedan tener una experiencia externa antes de ingresar a la carrera" y que el programa Raíces garantiza su reinserción en el país.

No es lo que entendieron quienes escucharon su discurso en la Comisión de Ciencia, el miércoles pasado. La diputada Daniela Castro (FpV), que preside esa comisión, describió que "el ministro venía hablando de varios temas, en un momento habló de los investigadores y dijo lo que todos escuchamos". "Sí, algunos pueden interpretar que solo quiso hablar de la formación de los científicos, pero la verdad es que nunca contextualizó lo que decía en un marco de programas, becas o intercambios, para capacitarlos y que volvieran", detalló.

La diputada remarcó que "nos ha costado mucho repatriar los más de mil científicos que volvieron a instalarse al país, y aún quedan unos 5000 en el exterior, de manera que rebalse no hay. Lo que sí hay es un recorte presupuestario que hay que justificar".

En ese mismo sentido apuntó la diputada Miriam Gallardo (FpV), miembro de la comisión y bióloga: "Tal vez haya querido decirlo como idea de capacitación para los científicos, pero no sonó así. Yo soy de la generación en que los investigadores se iban del país para poder trabajar, y cuando uno escucha eso, le viene a la mente todos esos momentos de desarraigo de muchos compañeros, muchos que no volvieron y están desperdigados por el mundo".

La legisladora también evaluó que "con el achique presupuestario y del Estado estamos volviendo a esos tiempos, y lo que nos está diciendo es que no hay partida para continuar con las líneas de investigación ni con los programas. Desde donde lo ve Barañao, sobran investigadores, desde nuestro lugar, está claro que faltan. Están justificando el ajuste".

Del Grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), integrado por investigadores de renombre de todas las disciplinas, el físico e investigador del Conicet Juan Paz sostuvo que "hay un nivel de hipocresía importante, a mis estudiantes y a los que se graduaron los incentivé a que vayan a estudiar afuera, pero siempre desde la perspectiva de reinsertarse en el país. Está claro que el ministro tenía otro discurso antes, si quiso decir eso se equivocó. Es grave lo que dice en el contexto en que lo hace, de recortes y achique. Suena más a que está preparando el terreno para el ajuste, no que le esté haciendo una recomendación a los investigadores ni instrumentando un programa de científicos argentinos en el exterior ni la de crear las mejores condiciones para los científicos". "Como está planteado el ajuste presupuestario del Ministerio, implica el cierre de la carrera de investigador del Conicet y el ministro está preparando eso", resaltó Paz.

Las declaraciones del funcionario aparecen en medio de una pelea por el presupuesto y según CyTA "los números muestran que el presidente Macri no sólo se encamina a incumplir la promesa electoral de llevar la inversión en ciencia y tecnología al 1,5 por ciento del PBI sino que, peor aún, propone reducir significativamente la participación del sector en el presupuesto nacional".

Por otra parte, el ex decano de Exactas Jorge Aliaga, también integrante del CyTA, expresó que "no puedo creer que el ministro piense en que se vayan los científicos" y explicó que a su criterio "lo que Barañao decía es que es bueno para la formación de un investigador que haga una estadía posdoctoral, que conozca otra cosa, que se capacite". Pero admitió que es "desafortunado hablar de eso en este contexto, no es lo mejor que podía haber dicho".

"No puedo creer que lo diga en el sentido expulsivo ya que fue durante su gestión que se planteó el Plan Nacional Argentina Innovadora 2020 que tiene como una de sus metas lograr aumentar de 2,9 por ciento a 5 por ciento la cantidad de investigadores y tecnólogos por cada 1000 personas de la población económicamente activa."

Sin embargo, advirtió que "si hay alguien que está diciendo que con tres por ciento de investigadores estamos bien, algo cambió" y agregó: "El problema no es tanto la declaración de Barañao sino qué paso con Innovar. No hay problema de rebalse, ni de exceso de gente en Conicet. Ahora, sí es un problema si lo que están planteando es que, de golpe, Conicet no puede tomar más investigadores ni becarios. Y esto es grave, porque, por ejemplo, en estos años se fueron dando becas a profesionales que están haciendo su doctorado, y en los próximos cinco años vamos a tener doctorados que no van a poder ingresar a carrera, y se van a ir acumulando camadas de científicos sin lugar".

Finalmente, el ex decano advirtió que "Barañao seguía para darle una continuidad a la política para la ciencia y la tecnología, pero era irreal suponer que pudiera haber una política de ciencia diferente a la economía del país, y lo que vemos es la readecuación a esta política económica".

El diputado del Parlasur Daniel Filmus, también del grupo CyTA, en tanto, explicó que "la gravedad de las declaraciones" que realizó el titular de la cartera de ciencia "tienen que ver con el contexto en que las hizo". "Por supuesto que todos queremos que los científicos jóvenes se perfeccionen en el exterior para mejorar en áreas donde los avances que se traen de afuera pueden aportar", dijo el legislador. Pero advirtió que "dicho en el marco de una política que reduce el presupuesto y que va a hacer inviable al Conicet, implicar el cierre del ingreso a la carrera y una idea de que está sobredimensionado, parece más una afirmación para expulsar a los científicos".




























RECLAMO A MACRI POR EL RECORTE DE FONDOS



Advertencia del Conicet




Los miembros del Directorio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) suscribieron un documento para hacerle llegar al presidente Mauricio Macri "la preocupación por las limitaciones presupuestarias que comprometen el desarrollo científico y tecnológico para el año 2017, de acuerdo a la pauta enviada al Poder Legislativo".
El texto está firmado por seis directores de la entidad: Tulio Del Bono, Dora Barrancos, Miguel Angel Laborde, Vicente Macagno, Francisco Tamarit y Mirtha Flawiá.
"De modo particular –señalan– nos inquieta que de aprobarse el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo, significaría una reducción importante del número de ingresantes a la carrera de investigador científico, de becarios y de personal técnico, así como de los recursos destinados a sostener proyectos de investigación, indispensables para llevar adelante las tareas científicas y tecnológicas".
Finalmente, los directores del Conicet reclaman "mantener el presupuesto oportunamente elaborado por el MinCyT".
El Conicet está conducido por un Directorio de nueve miembros, integrado por el Presidente, dos vicepresidentes y seis directores. El presidente es propuesto por el presidente de la Nación, y los ocho miembros restantes surgen de cuatro ternas elegidas por los investigadores activos en cada una de las grandes áreas del conocimiento. Una terna es propuesta por el Consejo de Universidades, otra por las organizaciones representativas de la industria, la tercera por las organizaciones representativas del agro y la última por los máximos organismos responsables de la ciencia y la tecnología de los gobiernos provinciales y el gobierno porteño.
El actual presidente es Alejandro Ceccatto, quien asumió el 11 de diciembre de 2015, un día después de la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada. No acompañó con su firma el documento del Directorio.
















ADVERTENCIA DE CIENTÍFICOS DE AMERICA Y EL CARIBE



El ajuste, una "seria amenaza"



La Federación de Sociedades de Neurociencias de Latinoamérica y el Caribe alertó que el "severo recorte" del presupuesto a la ciencia en Argentina puede tener un efecto "tremendamente negativo".


Científicos latinoamericanos expresaron su preocupación por el "severo recorte" impulsado por el gobierno nacional al presupuesto "destinado a la financiación de las actividades del sector científico argentino". Convocados por la Federación de Sociedades de Neurociencias de Latinoamérica y el Caribe (Falan), los investigadores advirtieron que la desinversión constituye "una seria amenaza para el sostenimiento de la comunidad científica, cuya producción es fundamental para el crecimiento sustentable de la región". Osvaldo Uchitel, presidente de Falan e investigador del Conicet, sostuvo que la neurociencia en Argentina está "en la cresta de ola, pero estas medidas nos pueden hacer bajar".
Durante cuatro días, en Buenos Aires estuvieron agrupadas las Federaciones de Neurociencia de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, más representantes de Colombia, México, Estados Unidos y de distintos países de Europa. Allí, reunidos en el II Congreso de Falan, compartieron, profundizaron y discutieron las investigaciones en neurociencias de científicos latinoamericanos. Sin embargo, más que remarcar los avances en las publicaciones, el congreso debió atender una problemática aún más urgente: el recorte propuesto por el Ejecutivo para el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
"Los neurocientíficos de la región vemos con enorme preocupación el efecto tremendamente negativo que tendría una reducción en el presupuesto para la investigación en Argentina. La ciencia latinoamericana estaría lejos del nivel que se le reconoce mundialmente si no fuera por lo que han aportado los científicos argentinos", expresó en un comunicado la Federación.
"Latinoamérica tiene un especial aprecio por la ciencia que se ha desarrollado y continúa desarrollando en este país, que ha producido tres Premios Nobel y muchísimos investigadores prominentes –sostuvo–. La ciencia latinoamericana estaría lejos del nivel que se le reconoce mundialmente si no fuera por lo que han aportado los científicos argentinos".
Redactado por el Comité Ejecutivo de Falan, en el documento destaca el apoyo internacional para revertir esta coyuntura desfavorable para el ámbito científico argentino: "Expresamos la solidaridad de la comunidad científica internacional en esta situación tan difícil, con la esperanza de que las autoridades nacionales reevalúen estas medidas que podrían implicar un enorme retroceso en la construcción del sistema científico de Argentina."
En diálogo con Página/12, Uchitel, presidente de la Federación de Sociedades de Neurociencias de Latinoamérica y el Caribe, advirtió los riesgos que puede causar el desfinaciamiento al ámbito científico: "Es increíble que en vez de aumentar el presupuesto – como recomiendan todos los organismos internacionales – dispuesto para el Ministerio de Ciencia y Tecnología, de elevarlo hasta el 1 por ciento del Producto Bruto Interno, se tome la determinación de recortar, de disminuir el porcentaje, tal como quiere estipular el Gobierno Nacional, hasta el 0,5 por ciento del PBI, el más bajo desde que se creó el Ministerio. Eso sólo puede traer consecuencias negativas para el desarrollo científico de un país que, por ejemplo, sentó las bases para el estudio de neurociencia moderna".
"En el II Congreso de Falan se pudo visualizar el avance de la neurociencia en general y en el argentino en especial, a partir del desarrollo de investigaciones y estudios con mayor proyección, que pasan de lo estrictamente molecular a análisis que remiten a un comportamiento general del cerebro", expresó.
Uchitel se refirió también al respaldo internacional que reciben las investigaciones latinoamericanas en el ámbito de la neurociencia: "la Organización Internacional de Investigación del Cerebro (IBRO), organismo financiado por Unesco, destacó en este Congreso el entusiasmo de los jóvenes latinoamericanos investigadores, al punto de asegurar que el énfasis por el progreso científico en la región es algo inigualable en otra parte del mundo".
Con la intención de promover el estudio y la investigación de la neurociencia y, además, fomentar el intercambio entre las entidades regionales, la Federación de Sociedades de Neurociencias de Latinoamérica y el Caribe (Falan) se constituyó en 2008. El encuentro realizado esta semana en Buenos Aires significó el segundo congreso de la entidad, donde se remarcó el interés de la Federación de fortalecer el desarrollo y la consolidación de las neurociencias en los países latinoamericanos.

Informe: Jeremías Batagelj.



















PANORAMA POLÍTICO


Tecno-piolas


Por       Luis Bruschtein

Internet fue creada para un uso militar y luego pasó al ámbito civil. Muchas de las técnicas de comunicación fueron diseñadas tras complejos estudios del comportamiento social, como estrategias de ventas. Fueron dos vías de llegada a través de puertas abiertas al ámbito de las empresas. Más confiados en sus propuestas y en sus militantes, los movimientos populares y de izquierda no prestaron atención a estos fenómenos y fueron tomados por sorpresa por las derechas. En poco tiempo esas nuevas tecnologías que se acoplaban en perfecta sincronía se convirtieron en una de las principales herramientas para la difusión política disputando de igual a igual el espacio comunicacional con los medios tradicionales donde la relación de fuerza ya era desigual. A la derecha le calzaron como un guante porque no sólo reemplazaron su falta de militancia de contacto real con la gente y le permitieron disimular sus programas poco presentables, sino que además se convirtieron en un arma eficaz para desacreditar a la militancia y los programas de sus adversarios que perdían así sus principales herramientas.
Cuál fue la dimensión de su aporte al triunfo electoral de Mauricio Macri es discutible, pero sin duda fue importante. De hecho, muchas de las primeras medidas de este gobierno consistieron en trasladar a la gestión esa experiencia de comunicación altamente tecnologizada, tanto desde el punto de vista de la infraestructura de la informatización y robotización, como de construcción del mensaje. Varios ministerios tienen grupos de operadores de redes sociales tanto para intervenir los mensajes adversos, como para diseñar el propio. No fue casual que el organismo que pidiera a la ANSES los datos personales de la población no fuera el Ministerio de Salud y Acción Social, sino la secretaría de Medios. Los textos se construyen con un sentido más publicitario y emotivista que político y realmente propositivo y tienden a segmentar y construir lenguajes diferentes y coloquiales, casi intimistas, de vos a vos, para cada uno de esos segmentos. La derecha llegó a las redes mucho antes que los movimientos populares y les da un uso altamente profesionalizado.
La herramienta principal de la política para Cambiemos no puede radicar en la gestión de gobierno porque las medidas que toma no son populares y porque no tiene militancia activa, la presencia de sus militantes en el territorio es pasiva. Y tampoco en las promesas de lo que hará, porque está en el gobierno. Su principal herramienta, obviamente que no es la única, es la tecnología. Escenifica un viaje presidencial en colectivo y lo convierte en cientos de miles de viajes supuestamente reales. En un despliegue inmenso de tracción humana, los militantes populares hacen miles de timbreos reales y se arriesgan a situaciones muchas veces desagradables. En cambio el gobierno hace un timbreo armado y lo viraliza y difunde como si hubiera hecho miles y no de cualquier militante sino del presidente y los ministros. Así, desde un discurso puramente virtual lograron que muchas personas descreyeran de cosas reales que incluso las habían favorecido. Fue un éxito tecnológico que reafirmó esa fe de los viejos liberales en la tecnología como vía de modernidad. Lejos de esas corrientes de pensamiento, ahora se los denomina "tecno-optimistas". Sin embargo, no creen que la incorporación de la tecnología por sí sola genera progreso y mejora la calidad de vida como alucinaría un tecno-optimista verdadero, pero sí creen que el uso de herramientas tecnológicas los hace más competitivos y les da ventaja sobre las propuestas populares. Ven a la tecnología como una herramienta de poder, en todo caso, el progreso es un derivado.
El uso de la tecnología apunta a la creación de ilusiones virtuales con un discurso emotivo. También se le dice mentir. Son recursos que el PRO incorporó a la política y desplegó sin límites de ningún tipo, por ejemplo en las encuestas robotizadas que difamaban al padre de Daniel Filmus o en los miles de llamados a casas de familia en horas de la noche en nombre de supuestas encuestas de las fuerzas contrarias. Hubo muchas estrategias tecnológicas tramposas que se aplicaron en las elecciones, donde lo único que importó fue ganar a cualquier precio. Ahora está circulando en las redes el debate de Macri con Daniel Scioli, donde el presidente jura que no hará ninguna de las medidas que está tomando, desde la devaluación, hasta la desaparición de Fútbol para Todos. Macri se indigna y se ofende y acusa de mentiroso al candidato del Frente para la Victoria. La intención de utilizar información que tiene el Estado, información personal de los ciudadanos, para diseñar con ella su propaganda a través de las redes es otra muestra de la ausencia de algún marco ético que regule el aprovechamiento tecnológico. No se preocupan demasiado en ocultarlo porque consideran legítimo utilizar esos mecanismos en una contienda política.
Es difícil pensar que la misma fuerza que incorporó estas herramientas tecnológicas y las usó con todas las trampas posibles, ahora proponga con toda inocencia la aplicación del voto electrónico que logró aprobar esta semana en Diputados con el respaldo del massismo y el Bloque Justicialista. Por lo menos es sospechoso cuando la propuesta viene de un lugar que asume a la tecnología como herramienta de poder.
La única novedad importante de esta "Reforma Política" de Cambiemos consiste en la incorporación del voto electrónico que es presentado como remedio milagroso frente al supuesto fraude electoral del populismo. El PRO alimenta su aureola de modernidad con esa efusión tecnológica a la que asigna implícitamente virtudes de transparencia y democratización. El PRO es tecnológico, el populismo es "militonto". Tracción electrónica versus tracción a sangre. En el discurso del PRO, que es multiplicado por la corporación mediática y por la corporación de medios públicos, el voto electrónico tiene esas connotaciones que se difunden como méritos del gobierno, que aportaría así tecnología, transparencia y honestidad.
Es un discurso parecido al de la democratización de la comunicación por parte de las redes, cuando Estados Unidos tiene un presupuesto multimillonario y 40 mil agentes para espiar y operar sobre ellas, y cuando se han multiplicado las agencias que ofrecen servicios pagos de trolls y hackers y que venden la utilización de "bots", identidades falsas, y millares de "seguidores" y "megustadores". No se democratizó nada. La relación de fuerzas en las redes es igual de desfavorable para los sectores populares que en los medios tradicionales. Con la diferencia que la derecha llegó primero y tiene más recursos.
Desde 1983 no se ha podido demostrar un solo fraude electoral, aunque muchos veces se lo denunció en los medios. Ni uno solo fue probado. Pero el argumento de la derecha ha sido siempre que los movimientos populares cometieron fraude para ganar. Es una acusación ilógica porque la única fuerza que tienen es la cantidad. En todo caso, la que ha realizado fraude históricamente ha sido la derecha. Pero ese discurso genera el mito y entonces aparece la falsa pureza del voto electrónico. Primera limitación: consagra la lista sábana porque nadie podrá saber el nombre de todos los que integran las listas. Habrá una pantalla en la que solamente tendrán cabida los primeros candidatos de cada una de ellas.
En vez de transparentar y amigar el Estado a los ciudadanos, la tecnología en este caso oculta y hace menos transparente al sistema electoral. El técnico Joaquín Sorianello demostró que el sistema de voto electrónico que se usó en las elecciones en la CABA tenía defectos. Otros demostraron que con un simple celular es posible que un puntero pueda controlar los votos que compra. Y se mostró un chip elemental que se coloca cerca de la urna electrónica que puede meter 20 votos y sacar otros tantos. No hay sistema perfecto. La tecnología no es un blindaje contra el fraude, simplemente lo complejiza y, en algunos casos, puede hacerlo más efectivo y disimulado.
Solamente seis países en el mundo tienen voto electrónico. Otros cinco países lo adoptaron y luego lo prohibieron. En el resto del planeta se aplica la elección tradicional, es decir, de tipo manual. Los países que prohibieron el voto electrónico, como Alemania, Dinamarca y Gran Bretaña, indicaron que ese mecanismo hacía más opaco al sistema político. La razón es simple: el sistema tradicional puede ser auditado y controlado por cualquier ciudadano. La persona común pone su voto en la urna electrónica y no sabe lo que sucede allí dentro. El sistema electrónico solamente puede ser controlado por técnicos altamente calificados. Es decir, que le saca al ciudadano ese derecho de control y lo traslada a un núcleo de elite que por lo general integra una empresa con la que tiene dependencia económica. El tecno-optimista es un tecno-piola: no resuelve los flancos vulnerables ante el fraude, pero queda como el gran transparente; vende que se trata de democratizar el sistema pero le quita la capacidad de control a la sociedad y lo traslada a una elite, y se adorna como progresista por incorporar nuevas tecnologías, pero las aplica con un sentido de control y poder. Lo más probable es que con el voto electrónico se produzca la misma manipulación que se da en las redes.




















AVANZA EN COMUNICACIONES EL EXPEDIENTE PARA AUTORIZAR EL

SATÉLITE CANADIENSE TELSTAR 12 V




Un satélite extranjero con banca propia




El Ministerio de Comunicaciones inició el 13 de julio el trámite de aprobación. Su autorización fue solicitada el 7 de septiembre de 2015 por el abogado Oscar González, quien ahora es subsecretario de Regulación y presiona para que lo aprueben.
El satélite Telstar 12 Vantage es propiedad de la firma Telesat Canadá.

Por        Fernando Krakowiak

El Ministerio de Comunicaciones autorizó durante los últimos dos meses a cinco nuevos satélites extranjeros a operar en el país y la lista podría ampliarse en las próximas semanas. Uno de los que está en gateras es el satélite canadiense Telstar 12 Vantage. El trámite de aprobación se inició el pasado 13 de julio y el principal impulsor del expediente 192/2016 dentro del ministerio es el subsecretario de Regulación, Oscar Martín González, quien solicitó su pronto despacho. La jugada genera resistencias dentro del propio gobierno porque González fue el abogado que en septiembre del año pasado presentó la solicitud de autorización en representación de Telesat Canadá. Por lo tanto, con apenas un año de diferencia aparece involucrado en el proceso de aprobación desde los dos lados del mostrador, lo que podría derivar en su impugnación por supuestas incompatibilidades.
Página/12 tuvo acceso a la carta dirigida el 7 de septiembre del año pasado al entonces titular de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), Norberto Berner, donde González se presenta como "representante legal de Telesat Canadá Sucursal Argentina". Allí solicita autorización para la provisión de facilidades satelitales en Argentina a través del satélite Telstar 12 Vantage. En el texto se aclara también que "el satélite Telstar 12V sólo es el reemplazo de facilidades satelitales ya autorizadas en la República Argentina y que dicho reemplazo permite la continuidad de los actuales servicios y prestaciones satelitales a clientes y usuarios públicos y privados de nuestro país, entre los que se encuentra presidencia de la Nación". Pese a aquella justificación, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que por entonces estaba elaborando el proyecto de ley de Desarrollo de la Industria Satelital que en noviembre se convertiría en ley, no dio respuesta y el satélite quedó sin autorizar.
Luego del cambio de gobierno, Mauricio Macri designó como secretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones a Héctor Huici, quien nombró como subsecretario de Regulación a Oscar Martín González, el hombre de Telesat Canadá que ahora busca que se apruebe el pedido de autorización que el mismo presentó hace poco más de un año.
El de González no es el único caso de funcionarios del Ministerio de Comunicaciones que tienen vínculos estrechos con la industria que ahora deben regular. Hugo Miguel, subsecretario de Planeamiento de la Secretaría de Tecnologías de la Información, que también reporta de modo directo a Huici, fue denunciado recientemente ante la Oficina Anticorrupción por la asociación civil Ciudadanos Libres porque hasta el mes pasado figuraba como director de Tesacom Panamá, filial de la firma argentina Tesacom, dedicada a los servicios satelitales y líder en soluciones integrales de telecomunicaciones. Miguel aseguró que había sido funcionario de la firma hasta enero, pero que el Registro Público de Panamá no dio cuenta de esa desvinculación.
Otro caso polémico es el de Eduardo Tallarico, representante legal en Argentina de la empresa satelital española Hispasat y asesor del Ministerio de Comunicaciones. Página/12 reveló el pasado 12 de septiembre que Hispasat está aprovechando el acceso privilegiado al gobierno para llevar adelante un fuerte lobby a favor de la desregulación del sector satelital. Incluso la firma española elaboró un paper, titulado "Impacto de un enfoque de cielos abiertos en la competitividad del mercado de las telecomunicaciones y la inclusión digital", donde detalla las supuestas ventajas de avanzar en esa dirección. Mientras promueve la política de cielos abiertos, la firma empezó incluso a llevarla a la práctica sin autorización. Este diario informó el 30 de septiembre que Hispasat había sacado de servicio los dos satélites que tenía habilitados en el país (Hispasat 1C y Amazonas 1) y en su lugar ubicó otros cuatro, pese a no contar aún con autorización oficial para hacerlo. Hispasat 30W-4 e Hispasat 30W-5 ocuparon el lugar de Hispasat 1C, mientras que Amazonas 3 y Amazonas 4 reemplazaron a Amazonas 1. Al menos uno de esos satélites, Hispasat 30W-5, está brindando servicios de manera ilegal, restándole clientes a la estatal Arsat. Luego de la publicación de la información por parte de este diario, el Ministerio de Comunicaciones todavía no emitió ninguna aclaración pública sobre el tema, aunque al menos por ahora no autorizó esos satélites.



















YA REPUESTA CARRIÓ, CAMBIEMOS PRESENTARÁ EL JUEVES SU 

CONDUCCIÓN



La mesa nacional está servida


El acto que se iba a hacer el 4 de octubre pasado pero se levantó por el episodio cardíaco de Carrió se realizará el jueves próximo en un salón en San Telmo. Esperan que se convierta en un ámbito para discutir políticas y decidir las listas de candidatos en 2017.
Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió apuntan a darle mayor institucionalidad 
a Cambiemos.

Si no surgen nuevos inconvenientes, el jueves que viene se realizará finalmente el lanzamiento de la mesa nacional de Cambiemos con la participación del presidente Mauricio Macri, el radical Ernesto Sanz y la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió. La instancia está pensada como un ámbito de discusión de políticas y, principalmente, de candidaturas de cara a las elecciones legislativas del año próximo.
Prevista originalmente para el 4 de octubre pasado, la presentación debió ser suspendida por el episodio cardíaco que sufrió Carrió, quien debió ser sometida a una angioplastia en el Hospital Austral. Ya repuesta, se espera que Carrió sea una de las oradoras del acto en el salón Lauhsen, en San Telmo, no muy lejos de la Casa Rosada.
Justamente, la mesa nacional es una idea del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que la imaginó como una instancia donde contener las frecuentes quejas de los aliados radicales por el poco espacio y la casi nula incidencia en la marcha del gobierno, lo mismo que las frecuentes apariciones incendiarias de Lilita por diversos temas.
Luego de algunos meses alejado de la Casa Rosada, Ernesto Sanz volvió a acercarse al Gobierno a partir de la conformación de una mesa de diálogo con empresarios y sindicalistas –a lo que adhirió la Iglesia–, algo por lo que venía bregando desde hacía tiempo. El jueves pasado, ya se lo vio de nuevo en una reunión de "coordinación" del gabinete económico en el despacho presidencial.
También andarán por el salón la vicepresidenta Gabriela Michetti, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y los gobernadores de Cambiemos: los macristas María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, y los radicales Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Ricardo Colombi. En cuanto a autoridades partidarias, participarán el presidente del PRO nacional, Humberto Schiavoni, el presidente del Comité Nacional de la UCR, José Corral, la presidenta de la CC-ARI, Marisel Echecoin, y el titular de Partido Fe, Gerónimo "Momo" Venegas –un aliado que se integrará formalmente–, y los jefes de los bloques legislativos.
El objetivo de Cambiemos es presentar listas propias en todas las provincias en las elecciones del año que viene, en lo posible sin que eso signifique pelearse con el gobernador del lugar, por lo que el jueves estarán en el lanzamiento. Hasta el momento, las mesas de Cambiemos se conformaron en al menos 20 provincias, al tiempo que el viernes 28 de octubre será el turno de Tucumán con la presencia de Peña, Frigerio y el responsable del Plan Belgrano, el radical José Cano. Les falta extenderse en el sur del país: Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Según se había anticipado en ocasión del lanzamiento frustrado de dos semanas atrás, la mesa nacional de Cambiemos contará con 25 miembros, en la que el PRO contará con 11 integrantes, el radicalismo con ocho, la CC de Carrió con cuatro y el Momo Venegas un lugar. Si se confirma esta conformación, el PRO tendrá una primera minoría pero necesitará de algún otro apoyo interno para tomar cualquier decisión.




















 OPINIÓN



Los nuevos dioses del mercado global


Por        Ricardo Forster

Joseph Vogl es un filósofo y profesor de literatura alemán que, entre su múltiples intereses, se detuvo a estudiar el carácter fantasmagórico de nuestra época dominada por la expansión ilimitada del capitalismo en su fase neoliberal. Buscó, recurriendo a una compleja amalgama de información financiera y de interpretación teórica y literaria, penetrar en la trama simbólica de un orden económico que vino a transformar, de manera radical, no sólo las estructuras materiales de la sociedad sino que también proyecta, y para muchos ya lo logró, modificar el sentido común y el horizonte de inteligibilidad que las sociedades construyen de sí mismas. Desentrañar el funcionamiento de la máquina financiera, penetrar en sus formas laberínticas y opacas, descifrar la telarañas de su lenguaje numérico y especulativo, es parte de su intento de comprender la actualidad de un sistema que penetra la totalidad de la vida. La digitalización del mundo de la información y el consiguiente abandono del paradigma analógico, constituye uno de los puntos cardinales de la nueva configuración de una humanidad que cada vez comprende menos el sentido de los cambios que vive cotidianamente. Un frenesí enloquecedor atraviesa cuerpos y fantasías, lenguajes y sentimientos hasta hacer estallar valores y creencias que hasta antes de ayer constituían las brújulas orientadoras de nuestras sociedades.
Para Vogl el neoliberalismo – porque de esto se trata – es mucho más que un giro en el patrón de acumulación, hay en él una potencia disruptiva que lo coloca, como en otros momentos de la historia del desarrollo del capitalismo, en la vanguardia de una colosal mutación de usos y costumbres apuntalada por una expansión tecnológica que vuelve obsoletas las prácticas y los saberes que definieron la autocomprensión de la sociedad en un pasado reciente. Así como Karl Marx explicó en apenas una frase –extraordinaria en su vuelo metafórico y anticipador – la esencia de la modernidad burguesa cuando sostuvo que "todo lo sólido se desvanece en el aire", Vogl que no es Marx, analizando el carácter de nuestro tiempo dominado por lo espectral del capital, dirá que lo fugaz, lo insustancial, lo veloz, lo inmediato, lo narcotizante, constituyen el meollo de una sensibilidad que expresa el rasgo volátil, inasible, fantasmal, despersonalizado, desterritorializado y descorporalizado del viaje por el éter de los flujos financieros que marcan los rasgos decisivos del capitalismo contemporáneo.
En uno de sus libros, el que despertó mi interés desde su título con reminiscencias shakespereanas – El espectro del capital – Joseph Vogl recurre a una novela de Don DeLillo – Cosmópolis – para introducir al lector en la psicología de los "emprendedores" de Wall Street, esos jóvenes aventureros que viven siguiendo el ritmo frenético de los bits de información y de los flujos etéreos de riquezas desmaterializadas capaces de cambiar el destino de millones de seres humanos en apenas un instante y de acuerdo al ingenio, a la toma de riesgo y a la amoralidad del agente de bolsa. "Sueña – el personaje de la novela de DeLillo – con la extinción del valor de uso, con el eclipse de la dimensión referencial de la realidad; sueña con que el mundo se disuelva en flujos de datos y con que se imponga la tiranía absoluta del código binario, y tiene su fe puesta en la espiritualidad del cibercapital, que se transpone en luz eterna a través de los resplandores y centelleos de los gráficos que brillan en innumerables monitores […]. Las palabras y los conceptos del lenguaje coloquial, dice en cierto momento, aún están demasiado cargados de restos históricos de significado, son demasiado 'premiosos' y 'antifuturistas'. En contraposición, a una velocidad de nanosegundos, tal como lo dictan las oscilaciones de la maquinaria bursátil, se erradica todo rastro de la historia, que queda arrasada por el vendaval de los futures y sus derivados. El presente 'resulta succionado del mundo para hacerle lugar a un futuro de mercados incontrolados y de un desmesurado potencial inversor. El futuro resulta insistente'. Así como el mercado no tiene ningún interés ni en el pasado ni en el presente y sólo hace foco en la perspectiva de ganancia a futuro, el sueño de este capital es el olvido. Habla del poder del futuro y se consuma en el fin de la historia". ¿Alguna relación con nuestra actualidad nacional? ¿Le recuerda, estimado lector, algunos de los golpes de efecto para resaltar la imagen de Macri construidos desde la ficción y la impostura por los agentes publicitarios del duranbarbismo?
DeLillo nos describe, con minuciosidad no carente de perversidad, el terrible día de este joven que ha pasado una noche de insomnio, que sólo piensa en expandir sus inversiones especulativas hasta el punto de vivir en una suerte de realidad virtual que, sin embargo, determina el destino, glamoroso u horroroso – las diferencias entre una y otra posibilidad dependen del azar o del ingenio del inversor – de un sinnúmero de seres humanos de carne y hueso. Vértigo, violencia, armazones tecnológico-informacionales que controlan todo a través de cámaras y dispositivos comunicacionales que, de modo omnipresente, colonizan todos los aspectos de la vida (la enorme limusina blanca, suerte de oficina-casa-madriguera del joven agente de bolsa, es una máquina inconcebible en donde hay todo lo que necesita para desplegar su aventura financiera, su saber holístico de los meandros del universo del capital). Más allá de su itinerario psicótico y destructivo que finaliza en el cierre de su propio destino al encontrarse con su asesino, lo que DeLillo busca mostrar – y eso es lo que le interesa a Vogl – es el proceso caótico que caracteriza al capitalismo actual. Novela de iniciación y de final de viaje donde el tiempo fluye del mismo modo aniquilador al de un sistema económico que se mueve al ritmo de la obsolescencia permanente de las cosas-mercancías y, claro, de los seres humanos que apenas si son números descartables en el juego del mercado global. Creación fantasmal de riqueza que se consume en el altar de la especulación sin que nada ni nadie pueda frenar esta locura destructiva.
Siguiendo los movimientos erráticos y aparentemente irracionales – del mercado y de la economía mundial – en Cosmópolis DeLillo "trae a la memoria las crisis financieras que se sucedieron a gran velocidad desde el siglo XX hasta el XXI: desde el colapso de Wall Street de 1987 y la crisis de Japón de 1990, la debacle de los mercados de bonos en 1994 y la crisis rusa de 1998, hasta lo que se dio en llamar la burbuja tecnológica o burbuja puntocom de 2000 y el desastre de 2007 y 2008 y los años posteriores, todos hechos que, de acuerdo con las probabilidades económicas, nunca deberían haber ocurrido o a lo sumo podrían ocurrir una vez cada varios miles de millones de años". Esa profusión de inesperados cimbronazos, que se parecen a vientos huracanados que golpean con furia la supuesta solidez de los mercados globales, constituyen una extraña dialéctica, al decir de Vogl, a través de la cual el sistema se sigue reproduciendo exacerbando su potencial disgregador, pero también son la evidencia de la anarquía que hoy domina lo que supuestamente era una lógica económica que prometía la racionalidad como núcleo de su despliegue y que sin embargo dibuja los trazos de un final posible. Recurriendo nuevamente a una metáfora literaria, Vogl dirá que al igual que "el Fausto de Goethe, este homo economicus (actor central de la fase actual del anarco-capitalismo financiero) pasa a ser entonces un tipo que siente la carencia en la abundancia y que, en la falta, reconoce el condicionamiento de su deseo para manejar, finalmente, el arte de la insuficiencia: querrá, desde el anhelo infinito, bienes finitos y siempre escasos. Esa sería la máquina deseante del homo economicus, que, con sus preferencias egoístas, efectos involuntarios, conocimientos limitados y, finalmente, un deseo que no conoce límite, quiere lo que no puede y hace lo que no quiere" (resonancias de otra frase de Marx en la que el autor de Das Kapital decía que los seres humanos desatan fuerzas que no controlan y que "lo hacen pero no lo saben"). "Eso implica, en primer lugar, que ese homo economicus moderno no entra en escena como mero sujeto racional, sino como sujeto pasional que a lo sumo regula sus pasiones aplicando una mecánica de intereses. En segundo lugar, actúa como sujeto ciego, con un saber reducido. Gesta, precisamente desde su ceguera (sin voluntad ni conciencia), la armonía de la interacción social. Por eso su hoja de vida es particular, intramundana: adquiere sabiduría desde la falta de saber y avanza con una conciencia reducida y desde un horizonte estrecho". Así como las sociedades de una remota antigüedad creían que las fuerzas de la naturaleza remitían a poderes anímicos y a potencias sobrenaturales, los hombres y mujeres de la actualidad se sienten pequeños e insignificantes ante las tormentas que los dioses del mercado desatan sobre sus frágiles cuerpos. Que el amigo lector haga las comparaciones que crea convenientes entre este análisis de un filósofo alemán que se inspira en un novelista estadounidense y la vertiginosa entrada de nuestro país, de la mano de Macri y de sus ceos amorales, en ese doble movimiento de apropiación por unos pocos de la riqueza generada por los muchos y la puesta en funcionamiento de una tómbola en la que esos muchos son los que pierden sin terminar de comprender quién ni cómo desató esa tormenta que los deja, una vez más, desamparados ante los dioses inescrutables del mercado.




















LO QUE SIGNIFICA Y LO QUE DEJÓ UNA JORNADA INÉDITA EN 

LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES




Pensar el  #NiUnaMenos





La responsabilidad del Estado. El ajuste económico a programas y planes de igualdad y no discriminación hacia las mujeres. La particularidad del paro. El luto. El papel de los medios. La legitimación de la violencia. El lugar de los hombres.

Violencia legitimada


Por     Roberto Samar    *

En la Argentina muere una mujer cada 30 horas víctima de violencia de género, según la ONG La Casa del Encuentro.
¿Y qué significa que es víctima de violencia de género? Significa ser víctima de un varón que mató a esa persona por ser mujer. Un hombre que pensó a esa mujer como un objeto que quería dominar.
Esa violencia compuesta de aberrantes femicidios nos indigna. Es fácil indignarse, nos diferenciamos y nos sentimos buenas personas. Pero si sólo nos indignamos pocas cosas cambian.
Porque esa violencia no está aislada, se da en el marco de una sociedad machista e inequitativa, que relega a las mujeres, las inferioriza, las cosifica. Sin esas características sociales, la violencia hacia las mujeres no encontraría esa legitimación invisible.
Si queremos una sociedad menos violenta, deberíamos indagar en las formas en que se sustenta: el machismo tiene una cara de violencia naturalizada en la cual la violencia extrema hacia las mujeres se encuentra legitimada.
La violencia requiere que la persona que la recibe ocupe un lugar de inferioridad. Para ilustrarlo, cuando en los noticieros la mujer no tiene voz o se la relega a la sección de espectáculos, se la inferioriza. Según la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual predominan los columnistas varones en un 84,9 por ciento en política, 79,2 por ciento en policiales y un 81,2 en información general. Únicamente en espectáculos predominan las mujeres.
Asimismo, si pienso a esa persona como una cosa o un objeto, se puede disponer de él (en este caso de ella). Porque el mensaje implícito es que a un objeto se lo puede manipular, romper y poseer. En las publicidades, cuando se las asocia a los objetos de consumo, cuando en los programas de mayor audiencia se las muestra sólo como un cuerpo expuesto, se las cosifica. Lo cual también es una forma violencia. Recordemos que según la Ley de Protección Integral de las Mujeres la violencia mediática contra las mujeres es "aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipadas a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres".
La violencia necesita desigualdad en las relaciones de poder: a modo de ejemplo, en el Poder Ejecutivo Nacional las mujeres ocupan sólo el 22 por ciento de los cargos políticos. En el Poder Judicial las mujeres representan el 54 por ciento del personal del sistema judicial argentino, pero sólo un 15 por ciento ocupa los puestos de máxima responsabilidad. En el Congreso Nacional el porcentaje de mujeres al frente de un bloque legislativo es sólo del 33 por ciento.
Deslegitimar la violencia necesita más que varones indignados. Necesita varones que cuestionen los mandatos culturales que asocian la masculinidad a la violencia. Requiere de personas que cuestionen las imágenes cosificadas de las mujeres, que modifiquen las prácticas acosadoras de la masculinidad hegemónica y que promueva la equidad en las relaciones de poder.

*    Licenciado en Comunicación Social UNLZ. Docente de la UNRN.

Vivas nos queremos


Por     María Elena Barbagelata    **

La violencia extrema contra las mujeres que estamos afrontando es el resultado de múltiples causas sociales y políticas, reflejo de la indiferencia y tolerancia a la violación de un derecho fundamental: el derecho a vivir una vida libre de violencia.
Es hora de llamar la atención a todos los responsables para la implementación de las leyes y las políticas públicas sin más dilación, en forma integral y con los presupuestos necesarios.
Hoy se están discutiendo las leyes presupuestarias en todo el país y el silencio en materia de programas y planes de igualdad y no discriminación contra la mujer, incluidos los temas de violencia, están ausentes de la agenda y de la preocupación de las autoridades responsables en todos los poderes del Estado.
En la propia Ciudad de Buenos Aires, el presupuesto del área de la mujer, responsable del tema de violencia, ronda el escaso 0,6 por ciento. El propio personal denunció en la Legislatura que la central telefónica para recibir denuncias de violencia deja en espera el 45 por ciento de los llamados por falta de personal para atenderlas; el hogar de madres adolescentes es un caso paradigmático: ocupa la mitad de su capacidad histórica con solo ocho lugares disponibles, es decir no sólo no aumentaron sus servicios sino que disminuyeron en el correr del tiempo, pese a ser destinado a las niñas adolescentes en graves situaciones de vulnerabilidad; el refugio para mujeres golpeadas opera a mitad de su capacidad porque está inhabilitado gran parte del edificio; para las víctimas de trata sólo se dispone de un refugio con cinco lugares; para el programa de noviazgos violentos hay una sola psicóloga asignada; el Plan de Igualdad de Oportunidades que fija los compromisos de cada Ministerio con el tema para este año 2016, recién se firmó el pasado mes de septiembre; el Observatorio de políticas de igualdad de oportunidades estuvo varios meses acéfalo y sin coordinación; la propia conducción de la Dirección General de la Mujer ha carecido de una mínima estabilidad y ha rotado permanentemente.
Tanta desidia es la clara demostración del divorcio entre las leyes y su aplicación, entre las declaraciones y las realizaciones. Es más que una falta de diligencia: es una complicidad con la violencia contra la mujer en todas sus expresiones, incluso con el femicidio, al que se llega muchas veces, después de acudir a pedir ayuda a los poderes públicos sin que nada se haga, sin que nadie intervenga.
Vivas nos queremos no es sólo una consigna: es un clamor desesperado de millones de mujeres.

**    Diputada nacional MC y ex directora general de la Mujer de la CABA.

Por qué pararon


Por      Carlos Rozanski   ***

Cada muerte violenta es devastadora, pero no todas sacuden a la sociedad y movilizan cientos de miles de personas. El 3 de junio de 2015 en todo el país, se gritaba "ni una menos", como si cada gota de sangre del último femicidio derramara el vaso de la tolerancia social ante semejante atrocidad. Y luego, otra y otra más, y muchas otras y así, cientos de mujeres fueron asesinadas comprobando que ninguno de los gritos fue escuchado. Ni los de las víctimas antes o durante los crímenes, ni los de la mayoría de la sociedad que los repudia. Ante esa sordera, se impone denunciar quién es el que no escucha. Sin duda es el Estado. Es ese Estado que desde su creación asumió la responsabilidad de reemplazar la venganza personal por la justicia. Ese Estado que le debe a cada mujer –como a cada habitante–, las garantías de su integridad que en la Constitución Nacional le reconoció entre numerosos derechos, el de la vida. Y sin embargo las matan. Y cuando ante cada muerte, después de sacudirnos la bronca que nos dificulta pensar, nos preguntamos por qué el Estado no hizo nada para que esas normas que garantizan vidas, las protejan, nos damos cuenta que el Estado no es otra cosa que un puñado de intereses de quienes lo encarnan en cada momento histórico. Y en épocas donde el poder es detentado por corporaciones malditas, para las que una mujer es sólo fuerza de trabajo un poco más barata que la de los hombres, toda la violencia aumenta y todas las garantías disminuyen. Y en esa relación proporcional perversa, los empoderados son los violentos. Si una política pública no destina los recursos adecuados para prevención, asistencia, contención, ayuda, seguimiento, en suma, intervenciones efectivas, frente a crímenes atroces como los que nos convocan, los responsables de esas políticas son cómplices. Mejorar leyes nunca será suficiente para modificar culturas discriminatorias y violentas arraigadas en nuestra sociedad durante siglos. Es por eso que cuando un comunicador famoso insulta a una mujer emblemática para millones de argentinos, denigrando su género y su salud y su empleador le permite seguir con un micrófono delante, ese medio define y reafirma la clase de comunicación que impulsa y que trasciende la ofensa personal a una ex mandataria. Se trata claramente de la categoría de mensaje masivo de discriminación, intolerancia y violencia deseado y concretado. Mensaje visiblemente contrario al modelo de Derechos Humanos que la Constitución Nacional establece en las convenciones de máxima jerarquía legal. Ante ello, cuando los intereses económicos de los medios de comunicación hegemónicos están inequívocamente por encima de la Carta Magna de un país, un Estado democrático no puede mirar para otro lado. Claro está que el lugar hacia donde mire va a depender de que la comunidad de intereses sea con la sociedad en su conjunto, en especial los grupos más vulnerables, o con aquellos mismos medios de comunicación que desconocen derechos esenciales.
Es obvio que ninguna marcha va a disuadir a un femicida. Pero sin dudas debería obligar a quienes hoy encarnan el Estado a que cumplan su compromiso con la vida, diseñando y poniendo en marcha con la urgencia del caso y sin dilaciones, las políticas públicas que den cumplimiento a la obligación asumida por nuestro país ante la comunidad internacional. La firma y ratificación de Convenciones sobre Derechos Humanos es sólo un acto protocolar, su cumplimiento efectivo garantizando las integridades en ellos contenidas es un acto de humanidad. Quien no la tenga, no será digno de tan inmensa responsabilidad.

***    Juez federal.

¿Día de luto? Día de luta


Por      Rocco Carbone    ****

El miércoles fue día de paro. Uno de muchos, ya, en la Argentina de 2016. Tal vez, de alguna manera, expresó la época de conmoción social y de turbulencias a las cuales nos quiere obligar el gobierno de la Alianza Cambiemos. De hecho, las palabras, que son un gran ordenador de la vida social, así nos lo indican. Mientras durante el gobierno Kirchner las interpelaciones a la ciudadanía decían "todos y todas", ahora, cada vez que Macri se expide usa la fórmula "argentinos". Se trata de una restricción de derechos concentrada en la lengua con un supuesto "genérico universal". Pero el paro de esta semana tuvo una especificidad de género, acompañado por distintas formas de protestas en nuestros lugares de trabajo. Su objetivo: decir basta, decirlo con bronca. Basta de violencia, basta de violaciones, basta de torturas, basta de muertes. El colectivo #NiUnaMenos encabezó la organización de este Miércoles Negro para visualizar un flagelo que victimiza a las mujeres y que es un trauma para toda la sociedad. Como hombre cuestiono mi rol y me pregunto cómo acompañar la protesta, cómo incluirme en ella, marginal pero presente porque estoy en contra de los femicidios, harto de que las mujeres mueran a manos de la violencia machista. Soy –pienso– parte del problema. Pero en mi heterogeneidad, mi diferencia y distancia, también parte de la solución.
Paramos para pedir justicia, para manifestar indignación activa por el asesinato de Lucía, esa muerte que reactualiza los femicidos de otras, muchas, mujeres argentinas, hasta llegar a los "femicidios" que desde la última dictadura tuvieron que aguantar las Madres. ¿O acaso no te matan cuándo te desaparecen a una hija o a un hijo? El hashtag de la convocatoria fue #NosotrasParamos/ Vivas nos queremos. Frente a esta interpelación femenina y feminista, como forma de la solidaridad y de alianza de género, escribo estas notas para decir que #NosotrosTambiénParamos porque Vivas las queremos. Y no creo ser el único, pues en la Universidad Nacional de General Sarmiento, en el acto preparatorio del paro en el centro político de Capital, había varios hombres antipatriarcales, que desde bambalinas aplaudimos, acompañamos, cantamos: "se va a acabar, se va acabar esa costumbre de matar".
Matar a una mujer es una expresión de la violencia machista, es el oprobio terrible de la violencia patriarcal extrema que atenta en contra de la vida. Y no debemos cansarnos de recordarlo, repetirlo, militarlo, esto es: situarlo en nuestras agendas diarias de ciudadanxs para enunciar sin desmayos que el patriarcado es un sistema cultural violentogénico: violento desde sus genes y desde su génesis. Que implica relaciones de posesión marcadas explícitamente en la lengua a través de significantes políticos. Me refiero a lo que las gramáticas, con cierto grado de inocuidad, llaman "posesivos". Estos se materializan en el laboratorio de la lengua toda vez que decimos mi esposa, mi pareja, mi compañera, mi novia y finalmente mi mujer. Es la propiedad privada. Con esa propiedad, en la cual se funda un sistema sociopolítico perverso, (algunos) estamos acostumbrados a hacer lo que queremos. ¡Si "eso" es mío! Además, ese "mi" indica relaciones de posesión que nombran subjetividades desempoderadas de su ser para (pasar a) ser de otro. Y ese otro es el hombre (o quien ocupa el lugar de enunciación masculino). A través de todas sus manifestaciones culturales el patriarcado nos enseña todos los días que el hombre es quien ocupa el rol de titular "natural" del poder. ¿Qué es acaso la Patria sino una maximización del la figura del pater? El patriarcado ha construido la masculinidad (el sexo masculino) como el único que tiene existencia ontológica. De esto desciende que el hombre es una "subjetividad superior" dentro de nuestra sociedad.
Y el capitalismo nos ha enseñado que esa "subjetividad superior" puede hacer –con su propiedad privada– "lo que quiera". En este contexto esto significa dar la muerte a una subjetividad construida como "propia". Pensemos en los piropos, una forma de violencia privilegiada (contrabandeada como gesto "gracioso", "humorístico", "de poca importancia", hasta "elegante", en ciertas situaciones) de los hombres sobre el cuerpo (y la psiquis) de mujeres desconocidas, que pone en estado crítico su circulación por el espacio público. Para despatriarcalizarnos debemos descapitalizarnos: pensar nuevas formas de afectividades, de alianzas sociales, genéricas, nuevas formas de convivencias solidarias menos individualistas, menos reconcentradas sobre nosotrxs mismxs. Que el patriarcado y el capitalismo caerán juntos porque son la misma cosa.
Como forma de visibilización del paro las compañeras eligieron el color negro. En las culturas occidentales está asociado al luto. Y el miércoles fue un día de luto, pero también algo más. Ese color, más la ritualidad de la marcha en el Centro, más las actividades que realizamos en nuestros respectivos lugares de trabajo, forman parte de lo que podemos llamar la "elaboración del luto", que consiste en el proceso de reelaboración emotiva de sentidos, de cosas vividas y de los procesos sociales relacionados a la desaparición del "sujeto relacional": de todas esas mujeres muertas a manos de hombres que las sentían como "cosa propia". Y si efectivamente la palabra es uno de los primeros gestos de poder, feminizando el lenguaje – que bien podría ser una primera feminización de nuestras otras prácticas patriarcales – ese luto debe decirse como lo que es: luta (que es lucha). Para la sociedad argentina: un signo de Luta.

****    Filósofo. Universidad Nacional de General Sarmiento. Conicet.

Nadie menos y la banalización

Por    Guillermo Levy *
La historia de las luchas por romper el manto de impunidad que genera la invisibilización, el silencio frente a algo, es un capítulo de los más apasionantes de la historia de la humanidad.
Así como los delitos existen solo cuando son nombrados y tipificados como tales, la asunción colectiva de un problema, de una vergüenza, de una injusticia a reparar no aparece espontáneamente y sale solo a la superficie, solo a veces, después de enormes luchas efectivas que logran que se visibilice lo que estaba por abajo de la superficie, lo que era resistido de ser nombrado. A veces también son poderes estatales y/o económicos, nacionales o mundiales los que incorporan en su agenda una temática de sensibilización colectiva, que visibilizan una tragedia y por supuesto, la transforman a su imagen y semejanza para ser utilizada según diversos fines que generalmente están muy lejos de reparar algún daño. En la Argentina, la utilización de la tragedia de los muertos por un tremendo atentado hace más de 20 años es un buen ejemplo de cuando la hipocresía guionada de poderes de turno se apoderan de un reclamo, lo muestran, lo difunden y lo usan.
La violencia especifica contra la mujer está en el primer grupo. Su visibilización tiene que operar primero, una lectura comprometida y audaz de las estadísticas. El crimen, a primera vista, es cosa de hombres. Según un estudio de la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito, el 95 por ciento de los homicidios los cometen hombres. El 80 por ciento de las víctimas también lo son. Estos porcentajes son muy similares en todas partes del mundo. Sin embargo, de esa minoría de víctimas, una parte es asesinada desde siempre en la historia, por su carácter de mujeres.
Como los genocidios, que no se producen por una irrupción de maldad espontánea, sino que reconocen procesos de acumulación histórica que implican innumerables complicidades en cada uno de sus escalones, (estigmatización, hostigamiento, aislamientos varios de un grupo determinado generalmente construido como tal en la estigmatización misma) el femicidio es el punto culmine de una serie de prácticas naturalizadas que nos cruzan a todos y que son parte estructurante de nuestra cultura, nunca señaladas, nunca repudiadas hasta hace muy poco y ahora, por el logro de tanta lucha en soledad, se convierten en prácticas visibles y repudiadas que permiten también un mayor índice de condenas penales para perpetradores, por ahora sólo de homicidas y tratantes pero sí, cada vez más significativamente de repudio y aislamiento, sobre todo en los mas jóvenes, de toda forma abusiva de trato a la mujer.
Negar la especificidad de la aberración que a diario se comete y del derecho como especificidad a participar de la lucha cultural para modificar conciencias colectivas, que sólo se modifican con luchas políticas y culturales como las que vienen dando tantos colectivos de mujeres, puede tener muchas aristas.
Están los que niegan el problema, como problema específico, dicen que no hay nada social en cada caso específico o simplemente, como tan inteligentemente construyó la dictadura para con sus víctimas, ponen la mirada en la víctima antes que en el victimario.
Están los que se suman a lo que también se puede convertir en moda o mercancía a algo que no comprenden y que les durará lo que dura lo que está en las pantallas.
Una periodista de un noticiero de cable del principal medio hegemónico cuestionaba muy duramente a una militante/marchante por expresarse políticamente en una marcha "de todos", como si este movimiento hubiese surgido por generación espontánea y no por el trabajo militante de miles de mujeres durante años, que generaron este piso de posibilidad. Por supuesto, la notera no se cuestionaba y no era cuestionada por la manifestante, por la estigmatización de las mujeres que los medios reproducen, o para vender productos o mucho peor, para mostrar a jóvenes víctimas, de los sectores populares siempre, en ropas ligeras, haciendo abuso de la expropiación de su imagen y repitiendo curriculum y/o prontuarios de vidas desviadas, desgracia que nunca tienen las pocas víctimas de sectores más acomodados que son mucho más cuidadas en los medios.
Ese clasismo, esa estigmatización y esa sutileza de hablar de la víctima y no de los victimarios habilita nuevas muertes de la que la notera enojada con una militante política jamás se hará cargo ni responsable de algo infinitamente más grave de la que ella también es, aunque pequeño, un engranaje.
Por último, los que dicen "Ninguno menos" con un espíritu militante que difícilmente haya aparecido en la defensa de alguna víctima de género, de clase o de persecución política pero que aparece en la necesidad de impugnar esta particularidad.
Los que tienen la necesidad frente al exterminio judío de los nazis de gritar, "todos los exterminios" o que frente a la dictadura quieran mencionar por única vez "todas las dictaduras y las represiones del mundo" deben ser pensadas. Esa generalización, pulsión de diluir las particularidades en generalidades con el argumento de la humanidad toda, en un acto militante que únicamente existe para impugnar la visibilización que sale del subsuelo y nos cuestiona a muchos en alguna parte de nuestra historia, debe ser revisada. No es motorizada por ningún espíritu humano generalista digno de las mejores tradiciones humanistas al que le molesta las reinvindicaciones solo específicas, sino es parte de una lógica de banalización que se articula con la negación: el "no existe" o el "todo es lo mismo" juegan el mismo partido. El partido de la negación, el partido de la impunidad.
*    Docente de la carrera de Sociología (UBA) e investigador del Centro de Estudios sobre Genocidio (Untref).








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