sábado 15 de octubre de 2016
PROTESTA DE LA CANCILLERÍA AL REINO UNIDO POR LOS
EJERCICIOS MILITARES EN MALVINAS
A los mimos les respondieron con misiles
El vicecanciller Foradori citó al embajador británico para una "enérgica protesta" por los ejercicios militares que realizarán en Malvinas entre el 19 y el 26 de octubre, que incluirán el uso de misiles. Desde la oposición criticaron la política exterior de Macri.
El vicecanciller birtánico Alan Duncan y la canciller Susana Malcorra el mes pasado,
cuando firmaron el acuerdo.
Imagen: AFP.
Imagen: AFP.
POR FERNANDO CIBEIRA
La onda paz y amor que el gobierno de Mauricio Macri parecía querer instalar a toda costa en la relación con el Reino Unido sufrió ayer un interruptus. La cancillería que encabeza Susana Malcorra se vio obligada a citar al embajador británico para entregarle una "enérgica protesta" por la realización de ejercicios militares en las Malvinas, que incluirán el lanzamiento de misiles. "El accionar del Reino Unido se contradice con el principio de solución pacífica de las controversias", consideró ayer, tal vez sorprendida, la Cancillería. En verdad, desde hace tiempo que las fuerzas militares que el Reino Unido tiene acantonadas allí desde el fin de la guerra de 1982 realizan estos ejercicios. Incluso, Argentina llevó el caso hasta el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, el Gobierno se desayunó del asunto ayer con el alerta que envió el Servicio de Hidrografía Naval, que en tono didáctico les advirtió que "las fuerzas militares inglesas que en forma ilegal ocupan el territorio argentino de las islas Malvinas han notificado que realizarán un ejercicio de armas que incluye el lanzamiento de misiles".
El entredicho se produce a un mes del ya célebre comunicado conjunto de ambas cancillerías en la que acordaban avanzar en diez puntos. Además del ítem "Atlántico Sur" en el que se comprometían a "remover todos los obstáculos" que limitan el crecimiento económico de las Malvinas – que obligó a Malcorra y al vicecanciller Carlos Foradori a dar explicaciones en el Congreso – el comunicado también incluía un capítulo referido a "Seguridad Internacional y Defensa". En este otro punto acordaban que "para enfrentar las amenazas a la paz y seguridad internacionales se requiere una cooperación más estrecha". Lo llamativo del asunto es que posiblemente la mayor amenaza a la paz que tiene Argentina –y la zona del Atlántico Sur– es la base de Mount Pleasant, donde el Reino Unido mantiene unos dos mil militares en forma permanente, casi la misma población civil que tienen las islas.
Durante años los gobiernos kirchneristas protestaron por los ejercicios militares ingleses y en 2012 el canciller Héctor Timerman denunció ante las Naciones Unidos al gobierno británico por el supuesto uso de armas nucleares. La denuncia incluyó un detalle de las instalaciones y el equipamiento de la base, desproporcionada para su propósito. El gobierno consideró que, en verdad, el objetivo militar se extendía a un control de toda la región y del acceso a la Antártida. Pese las protestas, en marzo pasado, el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, evaluó que el persistente reclamo argentino constituía una amenaza y se pondría en marcha un plan para incrementar aún más las defensas de las islas.
El presidente Mauricio Macri y la canciller Malcorra pasaron por alto estos antecedentes y siguieron adelante con su política de acercamiento que incluyó una reunión con el ex premier David Cameron y un intercambio de cartas con la actual, Theresa May, donde ni se mencionó el asunto. La primera decepción la tuvieron cuando el Reino Unido no sólo no apoyo sino que vetó la candidatura de Malcorra para la secretaría general de las Naciones Unidas. Y ayer, peor, se encontraron con el "radioaviso náutico" que realiza el Servicio de Hidrografía para dar alertas a los buques que navegan por aguas argentinas.
El parte proporcionó las coordenadas del área donde se realizarán los ejercicios y dejó de lado la terminología técnica para subrayar que "es parte del territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido". Según el informe, los ejercicios se realizarán entre el 19 y el 26 de octubre e incluirán el lanzamiento de los característicos misiles Rapier que utilizan las fuerzas armadas británicas.
Con la canciller acompañando a Macri en Roma, donde hoy verá al papa Francisco, fue el vicecanciller Foradori quien citó al embajador británico Mark Kent para una "formal y enérgica protesta" por los ejercicios, adelantando que, de realizarse, serán puestos en conocimiento del secretariado de las Naciones Unidas. Y – lo que le venía reclamando la oposición – la Cancillería incluyó en la protesta las resoluciones de la ONU que instan al inicio de negociaciones por la soberanía de las islas, así como el deber de abstenerse de realizar actos unilaterales en el territorio en disputa. También sumó los reiterados apoyos que los países de la región han brindado al reclamo argentino en los diferentes organismos internacionales.
La cuenta de Twitter semioficial de los kelpers – Falkland Islands – se burló. "Argentina es como esas celosas ex que no pueden aceptar los hechos. Seguí, nena, no te queremos", escribieron. En tanto, desde todos los bloques legislativos del Congreso argentino expresaron su rechazo a los ejercicios militares británicos. El jefe del bloque radical, Mario Negri, apoyó la decisión de la Cancillería de citar al embajador Kent y adelantó que propiciaría una declaración conjunta de la Cámara baja contra las maniobras del Reino Unido. Desde el bloque PJ-FpV que preside Héctor Recalde reclamaron un pronunciamiento urgente de Macri y Malcorra y aseguraron que la política oficial respecto a Malvinas "ha rozado lo bochornoso". El ex secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas y diputado del Parlasur, Daniel Filmus, consideró que "con esta nueva acción unilateral lo único que muestran los británicos es su voluntad de utilizar las islas como una base militar estratégica en el Atlántico Sur, que ha sido definido como zona de paz". Tampoco se privó de marcar que "estas actitudes británicas muestran la fragilidad de la política exterior del gobierno de Macri respecto de la soberanía en Malvinas".
OPINIÓN
Ser serios
Por Martín Granovsky
Una frase hecha repite que las fuerzas políticas argentinas no tienen coincidencias en algunos temas básicos. Esa frase suele pedir "políticas de Estado". Si es que tal unanimidad existe, lo más parecido a ella en los últimos años es la Declaración de Ushuaia de 2012.
Se trata de un documento sobre Malvinas muy poco recordado a pesar de su relevancia institucional. Los miembros de las comisiones de relaciones exteriores de ambas cámaras lo firmaron en la capital de Tierra del Fuego. Después tanto el Senado como los diputados aprobaron el texto por aclamación.
El texto reivindica la soberanía sobre las islas, sostiene que la disputa debe resolverse pacíficamente, condena "acciones unilaterales del Reino Unido en materia pesquera e hidrocarburífera", alerta contra un desastre en el medio ambiente, insta a Londres a que cumpla con la ONU cuando dispone negociar sobre el tema de fondo y agradece a Chile, Uruguay y Brasil "por sus recientes manifestaciones reiterando el compromiso asumido de impedir el ingreso a sus puertos de barcos identificados con la bandera ilegal de las Islas Malvinas".
El punto cuarto señala "el rechazo a la realización de prácticas contrarias a la necesidad de mantener a la región libre de medidas de militarización, de carreras armamentísticas, de presencia militar extrarregional y de armas nucleares". El punto quinto expresa el rechazo de todo el arco parlamentario "a la persistente actitud colonialista y militarista del Reino Unido en el Atlántico Sur, vulnerando los legítimos derechos soberanos de la República Argentina y desconociendo las resoluciones de las Naciones Unidas que instan a la búsqueda de una solución pacífica, justa y duradera en la cuestión de las Islas Malvinas".
Un ejercicio con misiles es sin duda un acto militarista. El vicecanciller Carlos Foradori le dijo por nota al embajador Mark Kent que esos ejercicios son "ilegítimos". Una respuesta nítida venía siendo reclamada por el bloque de diputados del Frente para la Victoria, que en materia de política exterior tiene como referente al mendocino Guillermo Carmona. Actual vice de la comisión de relaciones exteriores que preside Elisa Carrió y ex presidente de ese organismo durante el último gobierno de Cristina Kirchner, Carmona no es un militarista del lado argentino. Ni siquiera tiene una retórica malvinera nacionalista. Su experiencia más reciente consistió en tender puentes con parlamentarios y académicos del Reino Unido, el mismo trabajo en el que participaron la entonces embajadora en Londres, Alicia Castro, y el secretario de Asuntos Relativos a Malvinas, el ex ministro de Educación Daniel Filmus.
El actual presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, negoció el texto y luego firmó la Declaración de Ushuaia mientras era diputado nacional por el PRO. "Hay que desarmar un poco los corazones para poder ir a la otra parte y trabajar con seriedad", dijo entonces Pinedo después de su firma. También habló de los aliados. Dijo: "Hay muchos países que nos han acompañado en esto, y entonces la Argentina no tiene que tomar posiciones extremas que descoloquen a los aliados".
El Foreign Office minimizó los ejercicios con la tesis de que son parte de una rutina y suceden dos veces por año. El argumento costumbrista podría haber servido para que el imperio mantuviera aún su dominio sobre la India. Y de eso se trata. De relación colonial. Es como si Londres dijera: "Si están dispuestos a remover obstáculos diplomáticos para que nos resulte más fácil la pesca o la exploración petrolífera, háganlo como una obligación de ustedes y no como parte de una negociación, porque seguimos siendo una potencia militar".
Recomendación de Pinedo modelo 2012: "Hay que ser serios y no hacer política barata con un tema que es importante para los argentinos en el largo plazo".
PANORAMA POLÍTICO
Bonificados y empaquetados
Jorge Triaca, ministro de Trabajo.
Por Luis Bruschtein
"¿Cuánto tiempo tiene un hombre/ que mirar hacia arriba/ antes que pueda ver el cielo?/ ¿Cuántos oídos tiene que tener/ para que pueda oír a la gente gritar?/ ¿Y cuántas muertes se permitirán/ hasta que se sepa/ que ya murieron demasiados?/ La respuesta, amigo mío/ está soplando en el viento."
¿Cuánto tiene que disminuir el salario antes que un hombre pueda darse cuenta? ¿Cuánto tienen que subir las tarifas para ver que no es obra de Dios? ¿Cuántos despidos ocurrirán hasta que la CGT reaccione?
El encomillado es de la letra de "Blowin' in the wind" una vieja canción de Bob Dylan, flamante Nobel de Literatura. Las otras preguntas son de la casa. No es de las mejores letras de Dylan, pero es una de las más conocidas porque se cantaba en las marchas contra la guerra de Vietnam. Cuando Dylan dice que la respuesta está soplando en el viento, quiere decir que cada quien la tiene delante suyo pero no la puede ver porque hay una construcción interesada de la realidad que se lo impide. Pero en la misma pregunta está implícito que el engaño no se extenderá por toda la eternidad. Solamente se cuestiona cuánto tardará en revelarse la verdad.
Las preguntas que no tienen comillas no las escribió el Premio Nobel, pero tienen respuestas parecidas a las que se hace Dylan en la canción. Entre las que tienen comillas y las que no, hay cincuenta años de distancia. Los mecanismos para enturbiar la realidad se han potenciado en ese lapso y los medios de comunicación se han convertido en la pieza principal de ese funcionamiento que busca convencer a la mayoría de la sociedad para que asuma actitudes (en aquel tiempo sacrificarse en la guerra, ahora sacrificar trabajo, salario y calidad de vida) que la perjudican.
El gobierno diseñó una estrategia de comunicación que busca demonizar, dividir y debilitar a cualquiera que pueda encausar el descontento que produce su política económica y la represión. La Casa Blanca usaba el discurso patriótico y anticomunista para justificar las invasiones y las guerras. Cambiemos manipula medios y funcionarios judiciales con un discurso anticorrupción para destruir al kirchnerismo y desarmar al peronismo, los únicos que pueden amenazar la sustentabilidad de su proyecto. Esa estrategia incluye el debilitamiento del movimiento sindical. La negociación de esta semana fue un ejemplo de la forma en que algunas actitudes terminan facilitando ese objetivo lo cual es celebrado por los medios oficialistas.
El titular principal de La Nación del jueves fue "El gobierno desactivó el paro con un bono y una exención en Ganancias". Cada concepto y el orden en que se colocan cumple una función. Lo primero y relevante para destacar por el diario conservador es el protagonista principal: "el Gobierno". Lo segundo, la hazaña que logró: "desactivó el paro", y lo tercero, que lo hizo en esa visión editorial con vidrios de colores: "un bono y una exención en Ganancias". Es discutible lo de vidrios de colores, pero lo real es que fue por debajo de las expectativas. El regocijo de La Nación tiene un sentido profundo: Está ofreciendo a la sociedad un ejemplo de cómo un gobierno de CEO – patronales acostumbradas a negociar con sindicalistas – ganó una negociación sin conceder casi nada.
No fue el mejor momento para una CGT vulnerable por una unificación reciente, volátil y hasta ahora, poco ejecutiva. Y la cobertura en general que se le dio a la negociación, más allá de ese titular puntual, muestra que el triunvirato cegetista se la dejó picando en el área a Macri. Esa actitud es usada por el gobierno para insistir con que la economía no está mal, que la gente está bien y que las quejas se focalizan en el resentimiento kirchnerista. Según ellos, la inmensa mayoría de la sociedad respalda a este gobierno que tiene el récord histórico de endeudamiento, destrucción de PYMES y caída de empleo y salario en tan poco tiempo. Todavía no está dicha la última palabra. Las dos CTA se están poniendo de acuerdo. En la CGT, los sectores más combativos y Pablo Moyano reclaman el paro pero es justamente el padre Hugo el que lo frena.
¿Cuánto tiempo tiene que mirar hacia arriba un hombre hasta que pueda ver el cielo? pregunta Dylan. El cielo está ahí, la estafa también. La única explicación para que no lo vea es que las capas medias y los trabajadores en blanco hicieron un colchón que les permite aguantar un tiempo. Ese colchón no lo hicieron con el menemismo ni con la alianza, sino durante los doce años de gobiernos kirchneristas.
Es la gran paradoja. Muchos de ellos votaron contra la fuerza política que les permitió reunir esa diferencia y a favor de una fuerza que busca francamente destruirla. Más aún, esa diferencia que ganó con el kirchnerismo es la que le está dando aire ahora para sostener las políticas macristas de ajuste y achicamiento. Para que se produzca ese desajuste hubo un triunfo comunicacional de la derecha, como lo reconoció Cristina Kirchner el miércoles cuando dos universidades del conurbano le otorgaron el título de doctor honoris causa.
Los montos que involucran las acusaciones que pesan contra Macri por las diez offshore no declaradas en las que figura en el directorio y la relación con su supuesta ex empresa que dirige su primo Calcaterra superan años luz a cualquier acusación que se le haya hecho a Cristina Kirchner. Pero los medios oficialistas, o sea la mayoría, hablan de "la chorra" aunque todavía no han podido probar nada en ninguna de las numerosas causas que le abrieron. En ese implícito de que todo el mundo da por chorra a la ex presidenta desafina que en cada presentación pública ella convoque miles de personas y también desafina que dos universidades le otorguen esa distinción.
No por casualidad, el domingo previo, La Nación publicó un editorial sobre la corrupción de las universidades del conurbano. Que quede claro. Eso también es corrupción. La mayoría de los estudiantes de esas universidades son miembros de familias de trabajadores que por primera vez alguno de ellos accede a un estudio universitario.
Allí también hubo votos para el macrismo, que ahora las quiere desfinanciar. Cristina Kirchner se refirió a ese punto. Lo real es que el sistema de medios está armado con ese objetivo desde antes de los gobiernos kirchneristas. Es prácticamente imposible la existencia de medios que no asuman una línea editorial corporativa. En otros países pocas veces coinciden los temas principales en los medios. En Argentina la homogeneidad es aplastante. Esa coincidencia que aparece como mérito periodístico para detectar la noticia, en realidad es la asfixia corporativa que impone una sola agenda oficialista. Al grupo que ocupa una situación dominante en un mercado que además actúa en forma corporativa, ahora se suma el sistema de medios públicos donde fueron desplazados o perseguidos y difamados miserablemente buena parte de los periodistas que no coincidían con este gobierno.
El bombardeo sistemático de esa única y poderosa artillería mediática desequilibra cualquier democracia. No existe ninguna posibilidad de construcción democrática en un país que no garantiza la diversidad de voces. El macrismo anunció que respetaría las tendencias del mercado para la distribución de pauta, como si el estado fuera una empresa, lo cual consolida el proceso de concentración y homogeneización. El gobierno kirchnerista no pudo aplicar la ley antimonopólica en el sistema de medios. Desmonopolizar y hacer sustentable la diversidad de voces en el ámbito de los medios constituye un desafío estructural para las democracias jóvenes que, como en todo Latinoamérica, surgen tras décadas de regímenes militares que han dejado resabios culturales soterrados que aceptan y naturalizan, o incluso requieren, estar regimentadas de una u otra manera, ya sea por una dictadura o por la imposición tranquilizadora de un discurso único.
PANORAMA ECONÓMICO
Lo peor está por venir
Por David Cufré
El jueves al mediodía en el centro comercial de Laferrere los clientes no tuvieron que esperar para ser atendidos. Ni en la panadería La boutique del pan, de Luque y Andrade, ni en la carnicería Ké carne, de Soberanía Nacional y Gutiérrez, ni en la verdulería que está también sobre la calle Luque, ni en la zapatillería de Luro y López May, ni en la casa de electrodomésticos Grupo Márquez, ni en Blues Shoes, ni en la librería y juguetería Topo Gigio, ni en Bravo Jeans, ni en la tienda Winners, todos sobre la ruidosa avenida Luro, ni en la pizzería Big Muzza, ni en la granja y carnicería que está a su lado, nien la ferretería Roselli. La afirmación del ministro Alfonso Prat Gay del día anterior sobre que la economía dejó de caer, o la que había entregado a principios de agosto su par de Interior, Rogelio Frigerio, respecto a que "ya pasó lo peor en términos de actividad económica", no se verifica en esos negocios ubicados en uno de los centros neurálgicos de La Matanza. Para quien no conozca, las diez manzanas que empiezan en la estación Laferrere del ferrocarril Belgrano Sur constituyen un polo comercial al estilo de Once o Liniers en la Ciudad de Buenos Aires, con cientos de locales, puestos callejeros, manteros, camiones de reparto, numerosas líneas de colectivos y personas yendo y viniendo de acá para allá. La mayoría son de la zona, de González Catán, de San Justo, de Virrey del Pino, de Rafael Castillo, de Ciudad Evita. "El año pasado vendía entre siete y ocho medias reses por semana. Ahora estamos en cuatro, cuatro y media. De julio para acá se siente una caída muy fuerte. Y no está levantando mucho los primeros días del mes, es como que pasa de largo", describe Sergio, de Ké carne, quien de todos modos guarda esperanzas en que la crisis revierta y vuelvan los días de buenas ventas. "Yo aposté por el cambio porque me cansé de que robaran", explica, y se ríe cuando se le hace notar que a su pequeña carnicería le puso un nombre con K.
Sergio y su tocayo de la ferretería Roselli, con treinta años en la misma esquina, responden con amabilidad a la consulta de Páginað12 sobre la marcha del consumo en el inicio del último trimestre del año, cuando supuestamente ya deberían apreciarse los beneficios de la devaluación, la quita de retenciones, la desregulación financiera y los aumentos de tarifas de servicios públicos que sinceraron la economía, de acuerdo a la versión y a las promesas oficiales. Acompañan a este diario en la recorrida por Laferrere los dos conductores del programa de radio Nada es Casual, de FM Fribuay, conocedores del barrio. El mediodía, antes que los chicos salgan del colegio, es un momento de plena actividad. Más aún en la recta final hacia el Día de la Madre, que los comercios esperan con ansiedad para recomponer un poco de caja y descargar stocks que han ido acumulando en largos meses de recesión. Sin embargo, en cada uno de los negocios visitados la imagen que se repite son locales vacíos, a lo sumo con una o dos personas comprando algo, y los vendedores de tiendas de ropa o calzado, que son mayoría, parados en la puerta. Es el caso de Martín, de Blues Shoes, que comenta mientras fuma que las ventas "están muy flojas, 20 o 30 por ciento menos que el año pasado". Por suerte, se consuela, no tuvo que despedir a nadie. Esa también es una constante en las respuestas. La mayoría de los comercios son atendidos por sus dueños, con uno o dos empleados o familiares que los ayudan, y en ningún caso achicaron la dotación de personal. De todos modos, reconocen con preocupación que no saben cómo seguirán las cosas. "Esto es mucho peor que 2014, no tanto como 2001, pero van pasando los meses y no se mueve. Está muy planchado. El que te diga lo contrario miente", asegura Sergio, el de la ferretería, afectado por la caída de la construcción.
Quien crea que el modelo neoliberal que puso en marcha Cambiemos tendrá mejores resultados para los sectores populares que el menemismo o la dictadura debe saber que en el arranque, luego de diez meses de gestión de Mauricio Macri, Prat Gay y Federico Sturzenegger, la realidad de Laferrere es comparable a la que atravesó durante aquellas experiencias. A 440 kilómetros de allí, en el hotel Sheraton de Mar del Plata, el jueves al mediodía los ejecutivos del establishment económico que participaron del Coloquio de IDEA también hicieron rememorar aquellas etapas, con definiciones como las del presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, quien dijo al diario La Nación: "La única regla que hay que mantener siempre es que si hay huelga no hay que pagar los sueldos". "Tampoco se puede arreglar el país en un año, va a llevar tiempo. Las cosas que se hicieron hasta ahora son notables", agregó, y advirtió que en este período de transición "algunos van a sufrir y otros van a crecer", según la crónica del diario oficialista. Es un modelo de ganadores y perdedores, como reflejan también los datos consignados en este espacio la semana pasada sobre un crecimiento del 50 por ciento en las ventas de autos de lujo (380 por ciento en el caso de los BMW), con la pick up Hilux liderando de manera inédita el ranking de cero kilómetro más demandados en lo que va del año, por arriba del Volkswagen Gol. Sergio, el de la carnicería, se sorprende al conocer esa información en la charla con este diario.
"Tenemos que esperar a Navidad y Reyes, que mejore ahí, porque si no no sé cómo vamos a hacer para llegar a agosto, el Día del Niño, que es la otra fecha fuerte. Cada vez nos cuesta más juntar la plata para el alquiler. Ya el 20 del mes caen mucho las ventas. Se terminó eso de las primeras y segundas quincenas. Igual no bajamos los brazos, sacamos promociones, inventamos cosas. Ahora para el Día de la Madre estamos ofreciendo moños, papel de regalo, bolsitas, a ver si agarramos algo", cuenta Graciela, de la librería y juguetería Topo Gigio. Más desanimado luce el joven de aro en la oreja que atiende y cocina en Big Muzza, que ofrece la grande de muzzarela a 59,99 pesos. Está solo cerca de la una del mediodía, con la barra y la media docena de mesas del local vacías. "Mal, muy mal. Qué se le va a hacer", responde, aunque no se anima a dimensionar la contracción de las ventas porque eso debería decirlo el dueño, justifica. En la carnicería de al lado, una clienta se anticipa a quien atiende en la caja y responde con enojo a la pregunta de cómo va el consumo. "Un desastre, mirá", señala la señora, de unos sesenta años, con una bolsita con un trozo pequeño de falda para un guiso. Unas cuadras más allá, el dueño de la verdulería que está sobre la calle Luque asegura que el año pasado traía unos treinta cajones de mercadería, y que ahora son entre quince y veinte. "El zapallo anco ya no se puede comprar, está imposible. Lo que más vendemos ahora es papa y cebolla. Ayer traje ese cajón de frutillas y está intacto", menciona. El Indec confirmó el mismo día que el zapallo anco fue el producto que más aumentó en septiembre, con 34,1 por ciento. En uno de los puestos callejeros de Luro, la vendedora dice igual que el resto de los consultados que las ventas bajaron mucho y que no hay ningún indicio de recuperación. Pasó de vender unas quince camisetas de fútbol por día a ocho, precisa. En la panadería La boutique del pan sostienen que la demanda de facturas y pastelería se redujo de manera notable. "Yo hace seis años que estoy acá y este es el peor momento. Septiembre fue horrible", agrega el vendedor del Grupo Márquez. El único comercio que transmite un panorama diferente es Yunior, un supermercado mayorista que vende pan dulces a 20 pesos y tiene un largo pasillo de góndolas, que son estantes de madera, repletas de fideos, los más baratos a seis pesos. Clientes que antes iban a supermercados como Wall Mart se han inclinado a su negocio, con mejores precios, atribuye Héctor.
La economía en Laferrere no ha dejado de caer. Si en algún momento de 2017 rebota, después del desplome de este año, seguramente no será por un cambio de modelo económico, cuyas consecuencias de aumento de la desigualdad social se reproducen a lo largo y ancho del planeta y también en la historia nacional. Domingo Cavallo supo tener sus años de gloria entre 1992 y 1994, justo antes de que lo peor de la transformación neoliberal que se producía mientras tanto estuviera por venir. La CGT haría bien en recordarlo si no quiere volver a ser cómplice en ese proceso.
AUDITORIO DE EMPRESARIOS ESCÉPTICO CON LAS PROYECCIONES
DE INFLACIÓN DEL TITULAR DEL BCRA
Sturzenegger insiste con el número 17
En el Coloquio de IDEA, el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, ratificó las metas de inflación para 2017. Los empresarios más optimistas proyectan un 20.
Sturzenegger promueve que el salario real no aumente.
Por Cristian Carrillo
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, defendió ayer su estimación de inflación para el año próximo – en un rango de entre 12 y 17 por ciento – ante un foro empresario que se prepara a enfrentar aumentos de precios por encima del 20 por ciento. Durante el desarrollo del Coloquio de IDEA, que tuvo lugar hasta ayer en Mar del Plata, analistas y CEO de grandes compañías, tanto en sus disertaciones como en las charlas de pasillo, coinciden en que la inflación será mayor a la prevista en el Presupuesto y en las metas oficiales anunciadas a principio de año. Sin embargo, el titular de la autoridad monetaria remarcó que "las metas son cumplibles y sus plazos razonables en la práctica".
Sobre la base de esa estimación, el banquero central insistió en que es razonable que la paritaria de este año se ubique levemente por debajo de la suba de precios de este año, debido a que su actualización tiene que tener en cuenta la supuesta tendencia a la baja en la inflación para el año próximo y no la pérdida en el actual ejercicio.
Pese a haber sido asesor temático y luego integrante del Comité del Coloquio, Sturzenegger es el funcionario macrista que menos simpático cae por estos días a los empresarios que pretenden una mayor devaluación y una política monetaria menos contractiva. Al inicio de su discurso, el cual fue entregado a cada uno de los asistentes previamente – una práctica habitual del banquero - recogió el guante e hizo referencia a la responsabilidad de cada uno de los actores.
"En la agenda del empresariado en general mucho del énfasis estaba puesto en la gestión de lo público, y no en temas empresarios en sí mismos. Temas de innovación y dinamismo se veían relegados por una agenda más estéril, porque el objetivo no era proyectarse hacia delante sino protegerse o conseguir un beneficio que a la postre pagaba el resto de la sociedad", dijo ante un auditorio en silencio y tocado en su orgullo.
Sostuvo que su obligación es garantizar una inflación baja. "Hace unos meses, cuando establecimos la primera meta del 1,5 por ciento mensual para el último trimestre, el anuncio fue tomado con bastante escepticismo. Sin embargo, hoy las expectativas de inflación ya están prácticamente alineadas con el objetivo. La inflación promedio de julio, agosto, septiembre y octubre seguramente estará en el orden del objetivo buscado. Es decir que aquello que se consideraba hace tan sólo unos pocos meses inalcanzable, hoy no solo es una realidad, sino que se alcanzó incluso dos meses antes de lo pautado", afirmó.
Se manifestó confiado en que el gobierno presentará un programa fiscal consistente y sustentable en línea con las expectativas inflacionarias. No obstante, insistió en que la tarea es propia: "En el mundo se ha derrotado a la inflación porque los bancos centrales se han hecho responsables de la tarea de reducirla, y que sus instrumentos han probado ser suficientes y los resultados contundentes". Remarcó que la principal herramienta es la tasa de interés y la cantidad de dinero del sistema, mientras que rechazó el uso del tipo de cambio como ancla nominal para los precios. "Esto no es una decisión caprichosa. Una economía como la de Argentina necesita de la flexibilidad cambiaria para acomodarse a los shocks que surgen en la economía global", explicó.
Sobre la base de esa cuestión, Sturzenegger se subió a la discusión sobre la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, por lo cual los gremios reclaman reapertura de paritarias o un bono de fin de año. "Si la inflación se acelera, los acuerdos paritarios deberían ser superiores a la inflación pasada, porque una mayor inflación implica que los salarios pierden poder adquisitivo de manera más rápida, por lo que se requiere un ajuste adicional en el arranque para compensarlo. Pero si la inflación cae, que es el contexto que está transitando actualmente Argentina, para mantener el salario real promedio constante, el aumento paritario debe entonces ser menor a la inflación pasada. Pero ese número dependerá del momento del año en que se hace la negociación, y el cambio en el salario real que se pretende en promedio para dicho acuerdo", argumentó.
Este razonamiento no toma en cuenta la pérdida de poder adquisitivo que tendrán los salarios formales al cierre de este año y anticipa que el gobierno utilizará la cifra de 17 por ciento como techo a la negociación paritaria. "No consideramos que los salarios sean un ancla, aunque creemos que la información y la coordinación de todos los actores con el entendimiento de cómo se moverán los precios representa un elemento de vital importancia para las decisión que tomen empresas y trabajadores", concluyó.
LA ARGENTINA QUE HOY DECLARA COMO TESTIGO EN LA HAYA EN
LA PRIMERA DENUNCIA INTERNACIONAL CONTRA MONSANTO
"Tienen que ser juzgados por los crímenes que están cometiendo"
María Liz Robledo contará ante jueces internacionales el padecimiento de su hija, nacida con un mal congénito a causa de los agrotóxicos. Antes de su viaje a Holanda, relató su drama a Página/12 en su casa de Baigorrita, un pequeño pueblo rural del noroeste bonaerense.
Por Diego Fernández Romeral
Cuando nació su hija Martina, María Liz Robledo solo pudo tenerla en brazos durante diez minutos. Apenas trató de darle la teta por primera vez, la beba comenzó a despedir un líquido verdoso de su nariz que no la dejaba respirar. María Liz la corrió de su pecho pero el proceso no se detenía. Su hija se estaba asfixiando. Los médicos que llegaron a la habitación y se la llevaron no le dieron explicaciones. Cuando uno de ellos volvió, le explicó que su hija había nacido con una malformación congénita, un pequeño canal que conectaba el aparato digestivo con el respiratorio, y que se moriría si no la operaban de inmediato. Después de un embarazo que había transitado sin sobresaltos, María Liz tuvo que firmar un consentimiento para que su hija, a la que apenas conocía, tuviera una pequeña posibilidad de seguir con vida.
Luego de siete horas de espera fuera de la sala de operaciones, para María Liz y su familia sobrevinieron años padeciendo junto a Martina las deficiencias respiratorias de la atresia esofágica que le diagnosticaron los médicos, y descubriendo que esa enfermedad, casi inexistente en el mundo, se debía a los bidones de pesticidas que se acumulaban en el baldío lindero a su casa y a las fumigaciones que se hacían a pocos metros de su jardín. Tres años después del nacimiento de Martina, será su historia la que María Liz le contará al Tribunal de La Haya – como caso testigo de Argentina – en la primera denuncia internacional "por crímenes contra la humanidad y el medio ambiente" realizada por una organización civil contra Monsanto, con el objetivo de establecer un precedente mundial que permita juzgar penalmente a las personas responsables de los crímenes que se le adjudican a esta corporación.
Hoy y mañana, la Fundación Tribunal a Monsanto, que nuclea a casi cuatrocientas organizaciones sociales alrededor del mundo, encabezadas por la activista y filosofa hindú Vandana Shiva y la periodista francesa Marie-Monique Robin –autora del documental El mundo según Monsanto–, llevará a la corte holandesa treinta casos de enfermedades y malformaciones congénitas causadas por la exposición directa a los agrotóxicos fabricados por Monsanto. Todos los denunciantes han sido convocados a viajar a La Haya gracias al más de medio millón de euros que la fundación consiguió a través de una plataforma digital de financiamiento colectivo, donde las donaciones fueron hechas por ciudadanos de todo el mundo.
A lo largo de dos jornadas, se presentará también ante el Tribunal de La Haya una extensa lista de estudios llevados a cabo por diversas instituciones de investigación científica, entre ellas el INTA y el Conicet, en las zonas más afectadas. En todos estos estudios, realizados a partir de un análisis de las condiciones ambientales, se afirma que los padecimientos que serán relatados ante el tribunal han sido causados por una exposición directa al glifosato – el principio activo del herbicida Roundup, fabricado por Monsanto – cuyo uso se masificó a partir de la implementación de diversos cultivos transgénicos, en mayor medida de soja, trigo y maíz, en zonas rurales.
"Acá pasaba la fumigadora por el medio de las calles dejando dese- chos, el mosquito (nombre que se le da a los aviones que fumigan) volaba por encima nuestro después de tirar el pesticida, y los baldes que chorreaban y se hacía un barro donde jugaban los chicos los guardaban en los baldíos y en los galpones acá entre las casas", recuerda María Liz sentada en su casa de Baigorrita, un pequeño pueblo de mil novecientos habitantes ubicado en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.
"Cuando supe que lo que le pasó a mi hija había sido por eso, empecé a moverme por todo el pueblo para frenar lo que estaba pasando. Me encontré con que no había ninguna legislación que lo prohibiera, y mucha gente se fue movilizando conmigo para dar a conocer esta situación. Hicimos un video que circuló por el mundo y este año vino Marie-Monique (Robin) a filmar a mi hija para su próximo documental. Y ahora voy a viajar a Holanda para contar lo que le pasó a Martina. Hoy cada pueblo está aislado, no hay herramientas legales para juzgar penalmente a los que causan este desastre, y eso es lo que tenemos que conseguir con esta denuncia en La Haya".
Cuando Martina tenía un año y siete meses, su pediatra le preguntó a María Liz si sabía que otro chico de Baigorrita había nacido con la misma malformación. Se pusieron en contacto y luego de varios estudios genéticos, notaron que ninguna de las dos madres tenía posibilidades de haber generado la atresia esofágica en sus hijos. La única causa posible era la de un envenenamiento producido por el medio ambiente.
"Nos dijeron que era inconcebible que haya dos casos en un pueblito como el nuestro. Es una enfermedad que se da un caso cada cuatro millones en por lo menos cincuenta años." – explica María Liz Robledo – "El problema es que la información está totalmente bloqueada. Tuvimos la suerte de que un médico de la Renac (Red Nacional de Anomalías Congénitas) conociera nuestros casos y nos hablara de los pesticidas. Y empezamos a entender los casos de cáncer en chicos jóvenes que hay acá, de próstata, de intestinos. Pero se hace muy difícil, los productores no quieren escuchar y no tenemos cómo defendernos si nadie hace cumplir las pocas leyes que tenemos para controlar estos productos que nos están arruinando la vida".
A partir del contacto con la Renac, María Liz comenzó a trabajar con el Foro Ambientalista de General Viamonte – el partido dentro del que se encuentra Baigorrita – y logró que el Concejo Deliberante aprobara en diciembre pasado una ordenanza que prohíbe el uso de pesticidas a menos de trescientos metros de la zona urbana. "Hace ya casi un año y todavía no se implementó. Nosotros necesitamos que sean por lo menos dos mil metros, tuvimos que pedir quinientos para que nos escucharan, pero ni siquiera respetan los trescientos que se aprobaron", dice María Liz, que al comenzar a dar a conocer su historia se contactó con Juan Ignacio Pereyra, un abogado ambientalista de la localidad de Rojas que hoy será parte junto a ella de la comitiva argentina en La Haya, donde también estarán el médico y profesor de la Universidad Nacional de Rosario Damián Verzeñassi, que mostrará sus estudios hechos en la zona en relación a la exposición al Glifosato, y el productor agropecuario Diego Fernández, quien mostrará cómo mantuvo sus costos sin utilizar semillas transgénicas en el centro de la provincia de Buenos Aires, una de las zonas más afectadas por el uso de pesticidas.
"En la Argentina, por parte de la Justicia y de la administración pública, hay una negativa a querer reconocer el problema", asegura Juan Ignacio Pereyra en comunicación telefónica con Página/12 desde La Haya. "Frente a las denuncias por aplicaciones de pesticidas, no tienen voluntad de avanzar. Figuras en nuestro derecho ambiental existen, pero no están siendo aplicadas. En última instancia, lo que nos trae a todos a La Haya es la falta de respuestas a la violación constante de los derechos humanos y ambientales, por parte de corporaciones, que colocan en nuestros ambientes sustancias químicas contaminantes y nocivas para la salud de las personas que viven cerca de ellas".
En paralelo a las audiencias que se harán en el Tribunal Internacional de La Haya (que podrán seguirse vía streamimg en la página web www.monsanto-tribunale.org), donde cinco jueces de trascendencia internacional escucharán los casos, la ciudad holandesa también será testigo de la Asamblea de los Pueblos, convocada por la Fundación Tribunal a Monsanto y que se transformará en el punto de encuentro para los denunciantes y quienes viajen a presenciar las audiencias, en las que habrá casos provenientes desde Brasil, México, Australia y Argentina hasta Estados Unidos, Canadá, India, Alemania y Dinamarca. "Vamos a mostrar pruebas de todo el mundo que certifican las responsabilidades de Monsanto, pruebas traídas por científicos, testigos y hasta dictámenes estatales y regionales, entre ellos el de la Comunidad Europea, que prohibió el uso de transgénicos en los alimentos, aunque luego extendió un permiso para el uso del glifosato por la presión económica que pudo ejercer Monsanto. – asegura Pereyra – Tenemos pruebas que hacen tan obvio todo lo que está sucediendo, que luego de presentarlas vamos a contar con este antecedente legal para juzgar a Monsanto ante todos los Estados del mundo".
Una vez finalizado el juicio, las expectativas del Tribunal a Monsanto radican en que la Corte Internacional de La Haya reconozca, además de la responsabilidad de Monsanto en los casos de enfermedades y malformaciones que serán presentados, su incursión en el delito de ecocidio, entendido a partir del daño masivo al medio ambiente que están generando los productos fabricados por la corporación. De esta manera se abrirían dos canales para poder juzgar con causas penales a los directivos que Monsanto posee en sus distintas sedes alrededor del mundo, algo que hoy no puede ser llevado adelante ante la justicia de ningún país.
"Nosotros vivimos rodeados de tarros de agrotóxicos acumulados al lado de nuestras casas. Lo normal acá es ver depósitos en distintos terrenos en la zona poblada, escuchar que mucha gente joven se enferma y hasta muere de cáncer, también niños con leucemia, que lamentablemente fallecieron", dice María Liz Robledo mientras va mostrando algunas de las fotos que tomó en su pueblo y presentará en La Haya, donde se ven los cielos oscurecidos por nubes de pesticidas. "Y lo normal también es escuchar el silencio de profesionales o la falta de compromiso para firmar y fundamentar un diagnóstico, o saber que la mayoría de los medios de comunicación se niegan a mostrar nuestra realidad. Lo normal es ver cómo nos fumigan a cincuenta metros de nuestras casas para matar algunas hierbas y dejar el terreno 'limpio'. Y no hay herramientas legales para frenar a estas corporaciones, no hay una reglamentación vigente. Cuando Marie-Monique me propuso hablar sobre mi hija en el tribunal me pareció que era lo mejor que podía hacer, y no solo por Martina, que hoy no puede ir al jardín por sus problemas de respiración, sino para cualquier chico. Hoy a las personas que causan esto se las juzga, arreglan, tranzan y no pasa nada. Y lo mismo para los productores, que si bien son víctimas de todo un modelo de producción, tienen un grado de responsabilidad. Y para a los Estados y gobiernos que dan vía libre y que son cómplices de tanta enfermedad y tanta muerte. Todos tienen que ser juzgados por los crímenes que están cometiendo".
VANDANA SHIVA, FILÓSOFA, MILITANTE
ECOFEMINISTA
Por qué se formó el Tribunal a Monsanto
Por Diego Fernández Romeral
Pocas horas antes de abrir la Asamblea de los Pueblos, la filósofa Vandana Shiva, reconocida internacionalmente por su militancia dentro el ecofeminismo y ganadora del Premio Nobel Alternativo en 1993, atendió a Página/12 para contar su visión sobre los hechos que motivaron el Tribunal a Monsanto y el impacto que pueden tener estas audiencias en la legislación mundial.
–¿Cuál es el contexto global en el que se realiza este Tribunal a Monsanto?
–El contexto mundial es que hay crisis en todas partes, en gran parte como resultado de una economía basada en la codicia y el poder corporativo. El impacto económico es el de tener un 1 por ciento controlando la riqueza de un 99 por ciento de la Humanidad y el ascenso de tres supergigantes económicos con sus raíces en la guerra, como los que quieren controlar nuestra agricultura a través de venenos y patentes. El impacto político es el absurdo de las elecciones en Estados Unidos. Cuando las personas desaparecen de la democracia, y el dinero las reemplaza, se obtiene la degeneración moral que simboliza la carrera presidencial en Estados Unidos.
–¿Qué zonas en el mundo son las más afectadas por el uso de agrotóxicos?, ¿a qué se debe esto?
–Los países con suelos fértiles. Las agriculturas prósperas son las más afectadas por los transgénicos, que son plantas que requieren de pesticidas y agrotóxicos. En Argentina se traduce en defectos de nacimiento, el cáncer y el hambre a través de la difusión de la soja Roundup Ready. En la India se traduce en 300.000 suicidios de los agricultores, producidos en gran parte en el cinturón del algodón, que ahora es 95 por ciento algodón Bt de Monsanto, debido a la deuda vinculada al monopolio de las semillas y a los royalties ilegales.
–¿Qué herramientas tienen hoy los pueblos para denunciar las muertes y enfermedades producidas por el uso de agrotóxicos y pesticidas?
–La primera herramienta es la verdad. Hablar la verdad a pesar de la censura en la ciencia y los medios de comunicación para que el mundo pueda saber lo que está sucediendo. En segundo lugar crear alternativas, tales como la agroecología en alternativa a los venenos y los bancos de semillas comunitarios como alternativa al monopolio de las semillas, transgénicos y patentes. En tercer lugar, organizarse. Esa es la razón por la que hemos invitado a comunidades de todo el mundo para que organicen en asambleas populares.
–¿De qué manera pueden influenciar en el mundo las decisiones que tome el Tribual de La Haya?
–El Tribunal a Monsanto es un catalizador para la conciencia pública y el cambio social y político. Debemos recordar que la gente es la que tiene el poder. Por fuera de lo que diga el tribunal, la decisión más importante que tomamos es nuestra determinación de no vivir bajo la dictadura del cártel del veneno. Tenemos que boicotear a los transgénicos y agrotóxicos, como agricultores y como consumidores.
Coleccionistas de cráneos
Por Sandra Russo
"Mi querido teniente, contesté yo, poniendo el pie en el estribo, si la Civilización ha exigido que ustedes ganen entorchados persiguiendo la raza y conquistando sus tierras, la Ciencia exige que yo la sirva llevando sus cráneos a los museos y laboratorios. La Barbarie está maldita y no quedarán en el desierto ni los despojos de sus muertos".
La pluma es de Estanislao Zeballos, naturalista y luego diputado y canciller. Publicó su obra más famosa, Viaje al País de los Araucanos, icónicamente en l880, para dar cuenta de sus incursiones en las fronteras que esa generación fundante de una nacionalidad pretendida, esculpida como fruto de la lógica racista imperante en las ciencias sociales y políticas de entonces, empujaba hacia el sur. A sangre y fuego. La expresión de Zeballos, vehemente en su épica colonizadora, estaba sostenida en el profundo desprecio hacia lo originario americano: ése fue el pilar cultural, intelectual y emocional que se desplegó como telón de fondo para suprimir la concepción de esos otros como humanos. Proféticamente, o acaso a modo de puntapié de una práctica que se repetiría trágicamente muchas décadas más tarde – esa increíble literalidad del ansia desaparecedora, que siguió latiendo en los bajos instintos dominantes – esos hombres se sentían demandados por "la patria" a acabar con lo que ellos mismos identificaban como ajeno a su propio proyecto de país. No es difícil hacer asociaciones.
"Partimos al galope, pero pronto tuvimos que marchar despacio, porque ni es posible correr en los médanos, ni es cosa de soplar y hacer botellas el hallazgo de sepulturas araucanas entre el laberinto de dunas, dentro de las cuales las abrían los indios supersticiosos". Zeballos, por lo que él mismo relata, y como tantos naturalistas contemporáneos suyos, fue un profanador de tumbas pero también un observador detallista de lo que profanaba. Se convirtió en coleccionista de cráneos indígenas que iba recogiendo después de las batallas, casi tan destacado como Francisco P. Moreno, a quien terminó donándole esos setenta y cuatro cráneos y un par de centenares de piezas geológicas y paleontológicas en l891. El destino fue el Museo de La Plata, donde fueron exhibidos.
A pesar de que la problemática de las restitución de restos humanos a las comunidades originarias que comenzaron a reclamarlos ya estaba planteada y vehiculizada generalmente a través de leyes nacionales o provinciales, recién en 2006 el Museo de la Plata fijó pautas de una nueva política al respecto. Se elaboró entonces un documento aprobado por el Consejo Académico de la Facultad de Ciencias Naturales y el Museo, según el que se dispuso oficialmente retirar toda exhibición de restos humanos de origen americano, así como el análisis de todos los pedidos de restitución. Esta semana, miembros de comunidades mapuche-tehuelche de Trenque Lauquen y Tapalqué recibieron los restos del lonko Gherenal, del machí Indio Brujo, del gran lonko Gervasio Chipitruz y del guerrero Manuel Guerra, que habían reclamado en abril.
En el informe que elaboró para esa ceremonia la División de Antropología del Museo, pueden leerse extensamente las páginas que en su libro más célebre Zeballos les dedicó a los cuatro caciques cuyos cráneos fueron fetichizados durante más de un siglo, como si no hubiesen sido parte de los cuerpos de cuatro seres humanos nacidos en ésta o en cualquier tierra. Es notable, leyéndolo, cómo brota certera y espeluznante la voluntad de aniquilamiento de "eso" que ocupaba el sur de Buenos Aires.
Zeballos estaba convencido de que si los araucanos, como él llamaba a los pueblos que fueron también llamados mapuches y tehuelches, no dejaban señales sobre las tumbas "como se remonta a los primeros de la Humanidad", podían ser tratados como bestias. Había observado que esos indios no enterraban a los suyos sino que los sepultaban en los médanos salinos. "Enterrado el cadáver los araucanos matan el mejor caballo y dejan su osamenta sobre la sepultura. Creyentes en una vida más allá de la terrenal, el caballo sigue al amo para servirle en ella. Los blancos huesos de las bestias son, pues, la única lápida".
No sólo el caballo acompañaba al muerto. También sus joyas de plata, que era lo que buscaban los soldados que cavaban en la arena para darle el gusto al naturalista. Sobre los cuatro caciques cuyos cráneos fueron restituidos ahora, Zeballos informó con detalle. Sobre el lonko llamado Gheneral, Zeballos narra que fue tras su cadáver unos seis meses después de la batalla en la que fue muerto "este cacique, el más valiente de los caudillos araucanos del Este". El y un grupo de soldados volvieron a la escena pavorosa de ese campo de batalla ya atacado por fieras salvajes que habían desmembrado los cuerpos de los caídos. De hallar al Gheneral no tuvo dudas: "El correntino Salazar tomó parte de aquel combate y había derribado al cacique Gherenal, comandante de los indígenas en la acción. Recordaba que el indio había caído cerca de las barrancas del río, de suerte que era imposible no encontrarlo, interesándome vivamente, como sucedía por su cráneo. Lo hallamos, por fin y la identidad del cadáver fue en breve establecida por los soldados, deduciéndola del poncho azul con lunares blancos que el gran cacique ostentaba el día de la acción, y del pelo colorado del hermoso parejero malacara que el General montaba. Caballo y jinete yacían al lado y el poncho deshilachado alrededor".
Zeballos sacó el cráneo con seis vértebras lumbares. "Es un cráneo de tipo araucano verdadero, por sus formas grotescas, sin simetría, deprimidas o sobresalientes, y por su volumen notable", escribió. Lo lavó con alcohol y ácido fénico, para conservarlo durante su viaje y luego entregarlo al estudio de profesores, "como un recuerdo valioso de mis peregrinaciones en el desierto de la patria".
La patria no tenía nada que ver. La patria era para Zeballos y tantos otros el proyecto de país que tenían en mente, en el que ellos se reservaban los lugares que todavía retienen. La patria no es la idea de cien familias sino el tejido multitudinario, polifacético, pluricultural, siempre tenso y siempre en pugna por ser definido y hablado por pocos o muchísimos. La patria que millones de argentinos tienen hoy en la mente y en el corazón mira de frente esta restitución, esta devolución, después de más de un siglo, de cuatro cráneos que en vida pertenecieron a hombres que lucharon para que su linaje no se extinguiera bajo el fuego del conquistador.
De la ceremonia de la restitución en el Museo de La PLata participaron miembros de las cuatro comunidades de Buenos Aires que hicieron el reclamo: el "lonko" Luis Pincén, de San Miguel; Víctor Hugo Catriel, de Olavarría; Isabel Arraujo – en representación del longo Lorenzo Pincén – de Trenque Lauquen, y la comunidad Mapuche-Tehuelche Callvu-Shotel, de La Plata. Los cuatro cráneos ya están entre los suyos, pero quién sabe qué habrá pasado en la otra tierra, en la del más allá, cuando muertos y caballos fueron separados. Quién sabe si ese desorden y esa soberbia tendrán reparación.
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