sábado, 15 de octubre de 2016

Diego Bonadeo

sábado 15 de octubre de 2016



OPINIÓN



Diego Bonadeo



Diego Bonadeo falleció ayer, a los 77 años, de un paro cardíaco. Fue uno de los r
eferentes del periodismo deportivo argentino y un gran polemista. Trabajó en el 
diario La Nación, en revistas como El Gráfico y Tercer Tiempo, y desde 1998 
era columnista de Página/12. Su última columna publicada, "Poco para disfrutar", 
expresa con claridad su visión escéptica de un deporte en el que – decía – "se
 juega cada día peor". Sus restos eran velados anoche en la cochería 
Paraná de San Isidro.






Por         Juan José Panno



Se fue Diego Bonadeo. Es una noticia muy triste. Recuerdo una hermosa noche de asado y divertidas anécdotas en su casa, con Jorge Valdano y otros amigos.



Recuerdo una tarde, en una quinta de General Rodríguez, que alquilábamos con algunos amigos. Le dimos una hoja para que anotara los nombres de todos los tipos que no se bancaba en este oficio y se prestó gustoso al juego, en el que por supuesto exageraba: no le alcanzó la hoja.

Recuerdo comentarios afectuosos míos por cosas que escribió él y comentarios afectuosos de él por cosas que escribí.

Recuerdo su programa en Radio Belgrado, que hizo historia. También el programa de TV, Fútbol Pohibido, que hizo con el Ruso Verea.

Recuerdo que laburamos codo a codo por un museo del fútbol argentino que quedó en proyecto.

Recuerdo una pelea por cuestiones políticas, en una cena de fin de año, en un restaurante, con la banda de Página/12 – diario del que era columnista – en la que debí espadear a dos manos con él y con la Negra Susana Viau.

Recuerdo que una vez le corté una nota, por razones de espacio, y se enojó fiero. "¿Te crees que soy un alumno de TEA?", me dijo. Y no quiso escuchar mis explicaciones.

Recuerdo sus saludos cariñosos en encuentros fugaces, tiempo después.

Recuerdo sus comentarios tan lapidarios como frontales con tipos que despreciaba. Todo lo decía de frente.

Teníamos algunos desacuerdos políticos y grandes acuerdos futbolísticos: defendimos siempre la idea del juego.

Era ocurrente, talentoso, culto, era un querido cabrón, lo voy a recordar siempre con mucho cariño.











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