lunes, 17 de octubre de 2016

Los votos de los otros

lunes 17 de octubre de 2016


Los votos de los otros



                                                                Por          Jorge Repiso                                                       LECTORES@VEINTITRES.COM




Estrategias para saltar cercos partidarios. Los partidos políticos anticiparon la largada de la estrategia electoral 2017. Y se preocupan por sumar "patas" de otras fuerzas políticas. El Pro quiere más peronismo, y el  FpV, más radicales.
Como ocurre en otros países de la región, la Argentina no escapa a la lógica de los dos partidos políticos que aunque pase el tiempo, siempre están. Desde el regreso a la democracia en 1983, fueron excepcionales los casos en los que un gobierno llegó al poder sin echar mano a alguna alianza o cambio de nombre en la boleta. Pero tanto radicalismo como el peronismo incidieron, directa o indirectamente, al punto que hoy los dos cuentan con más de 70 años de existencia y continúan siendo una tabla de salvación en momentos en los que con números propios no se llega a ningún lado. La "pata" radical le sirvió al partido timoneado por Mauricio Macri para acceder a la Casa de Gobierno y a una inaccesible provincia de Buenos Aires cuando al Pro se lo consideraba vecinalista. El kirchnerismo también se arrimó al radicalismo días atrás, aprovechando una efemérides: los cien años desde que Hipólito Yrigoyen asumió como presidente de los argentinos por el voto del pueblo. Pero es la "pataperonista la que por volumen y territorio es la más deseada. De eso da muestras el partido gobernante, ansioso por asegurarse las elecciones legislativas de 2017. Caben las preguntas: ¿los partidos ya no existen como tales y se necesitan unos a otros? ¿No existe otra manera de llegar si no es con la ayuda de una pata?

Boina blanca. Cristina se la probó y desató polémica entre los radicales.

"Lo básico sería pensar que se trata de una natural búsqueda de votos, pero yendo más allá, hay que decir que los partidos son meros envases, máquinas de captar con identidades ambiguas, y a nivel nacional solo impera el peronismo. El radicalismo, en cambio, todavía cuenta con territorio importante donde el puntero sigue haciendo su trabajo como antes. Los partidos tradicionales son instituciones y a veces no queda otra que recurrir a ellos", apunta el politólogo Sergio De Piero, que relativiza los gestos de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante un reciente acto en el club Atlanta. "En cuanto al uso de la boina blanca, tengamos en cuenta que Cristina nunca saludó desde el balcón de la Rosada ni cantó la marcha peronista. Su caso es un interrogante porque no se sabe qué quiere hacer. Lo cierto es que aunque haya usado símbolos radicales, lo suyo es una cuestión de acumulación de poder". La ex presidente quedó bien con muchos de los radicales que por elección se autoexcluyeron de la convención de Gualeguaychú donde se selló el pacto UCR-Pro. Para los radicales enrolados en Cambiemos, tales guiños no fueron otras cosa que un "robo" más del kirchnerismo.

"El Gobierno debe evitar que se le escape el voto radical. Una cosa es el partido, y otra es la gente".
Carlos Fara, consultor político 

Primero fue la exitosa alianza con los radicales y a pocos meses de asumir, Cambiemos se lanzó a captar peronistas. Es tan importante la provincia de Buenos Aires en el mapa electoral que la totalidad de la estrategia del gobierno nacional recayó sobre los hombros de la gobernadora María Eugenia Vidal, sus ministros y operadores. Se encontraban en esa tarea cuando en el mes de agosto Vidal incorporó a su gabinete a Joaquín de la Torre, que dejó su cargo de intendente de San Miguel para ocupar el Ministerio de la Producción. Aquella jugada está dando resultados, ya que son varios los intendentes bonaerenses provenientes del Frente para la Victoria como Hernán Bertellys, de Azul, e Ismael Passaglia, de San Nicolás, que se sumaron a las filas oficialistas y se comenta que el jefe comunal de Exaltación de la Cruz, Adrián Sánchez, estaría pensando en pasarse.

"Los partidos son meros envases, máquinas de captar con identidades  ambiguas".

Sergio De Piero, politólogo

"El macrismo seguirá siendo un partido de candidatos, de alianzas. Esta ya no es una sociedad de partidos tradicionales y vamos a ir hacia un sistema de coaliciones con distintos actores políticos por la necesidad de expandirse. Poniendo el ejemplo de Macri que llegó por medio de una segunda vuelta y con debilidad, Buenos Aires se constituyó en el principal distrito porque el Gobierno necesita ganarlo para consolidarse políticamente, previo paso al futuro. El recurso de los intendentes es un clásico, y será una constante de la política en los próximos tiempos", asegura Carlos Fara, consultor y especialista en opinión pública, "Creo que el radicalismo ya está dentro de Cambiemos, y lo que el Gobierno debería evitar es que se le escapen votos de base radical porque una cosa es el partido y otra es tener a la gente".

Durante el homenaje a Yrigoyen, la ex mandataria se calzó una boina blanca con un pompón rojo y el estadio aplaudió de pie. A su lado, Leopoldo Moreau, Gustavo López y Leandro Santoro experimentaron el mismo júbilo. Para Carlos Fara, ese dato es de color. "No mueve el amperímetro desde el punto de vista político y de la opinión pública, pero es una muestra de cómo la sociedad argentina se ha ido dividiendo con otros parámetros. Hoy todos se podrían aliar a todos en diferentes alianzas, lo que significa que las grandes divisorias se van diluyendo, como lo demuestra la coalición de gobierno y la propuesta de Cristina de un nuevo frente. Eso no implica que vayan a desaparecer las viejas instituciones, que van a convivir con lo nuevo






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