La cosa y la causa
sábado 22 de octubre de 2016
LA FORMA DE LOS GENITALES
Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Por Eva Row
LO QUE TE VOY A CONTAR tiene el objetivo de llegar al problema de la violencia de género, pero empieza con la óptica.
Teniendo tantos años de óptica como tengo yo (47 años de profesión) pude ver que la deficiencia refractiva fuerte que empieza en la niñez, puede formar personalildades determinadas por el tipo de deficiencia, cuando no es advertida por los padres y no es corregida a tiempo. Afortunadamente hace mucho ya, por lo menos en la Argentina, se detectan a tiempo estas deficiencias, y entre anteojos y lentes de contacto, se evitan las consecuencias psíquicas.
Pero hay adultos mayores hoy, que no fueron atendidos a tiempo sino muy tarde. Me estoy refiriendo a graduciones altas en la infancia, de por lo menos cuatro dioptrías para arriba, y que no fueron corregidos sino demasiado tarde para influir en la formación psíquica.
Observé que entre los miopes era muy común una personalidad obsesiva, que en casos llegaba a ser paranoica. El chico miope es ordenado, prolijo, estudioso, atiende en clase, registra todo lo que dice la maestra, copia en el cuaderno, hace la tarea solo. Prefiere tener un solo amigo y le escapa a tener muchos. No le entusiasman demasiado los deportes ni el aire libre. Le gusta el cine, la lectura, el arte en general, el ajedrez. Busca sentarse adelante. De adulto suele sentirse víctima y recrimina a padres y hermanos con recuerdos. Tiene problemas con su cuerpo, se siente feo pero desatiende mejorar su apariencia física. No perdona. Es tacaño.
En cambio el hipermétrope forma personalidades sociables, suele ser un líder querido, tiene muchos amigos, le gusta el deporte, el aire libre. De chico le cuesta hacer la tarea del colegio, es desordenado, desprolijo, pierde cosas. Saca malas notas. Se sienta atrás en la clase. Se mete en líos. Pero nunca se victimiza, carga con los problemas ajenos. No guarda rencor. Suele ser el hijo/a que se hace cargo de los padres o hermanos cuando están viejos o tienen problemas. Nunca se quejan de su suerte, tienen optimismo y se bancan lo que venga. Se cuidan el cuerpo. Entre los hipermétropes hay muchos jugadores. Suelen prestar plata y pedir prestado. Suelen estar en las malas en cuanto a dinero, pero se las arreglan.
Esto podría explicarse porque de niño el miope solo ve nítido lo que tiene alrededor suyo en un círculo, y lo demás lo ve nublado. Es lógico que se concentre en sí mismo y vea peligroso el mundo que lo rodea. Que solo sienta certezas en los objetos que tiene cerca y esté atento a los más pequeños. El miope ve muy nítido de cerca, tiene un gran placer en la lectura. Por eso hace la tarea en su cuaderno y para eso está atento a lo que dice la maestra. Los detalles pequeños de las cosas le son visibles más que a los demás, por eso es prolijo y tiene orden y no pierde nada porque cuida lo que tiene en ese universo reducido.
El hipermétrope en cambio, ve todo nublado en un círculo alrrededor suyo y todo empieza a aclarar más lejos. Por eso no tiene el cuaderno prolijo ni le preocupa demasiado, le cuesta mucho ver claro lo que está escrito en su cuaderno. Pero todo se ilumina cuando sale afuera, a la calle, a practicar deportes.
Esto que cuento es fruto de mi propio acopio. Necesitaba contarte esto que es mi experiencia, para que tomes nota de la importancia que tienen las condiciones físicas de una persona para determinar su psiquis, y también para determinar los efectos sociales de esa condición.
Y acá te largo lo que quería. Esto que me gustaría poder desarrollar si tuviera autoridad y jerarquía para publicar como análisis y difundirlo. No tengo ni una cosa ni la otra. Ni tengo el dinero que haría falta para sustituírlas, publicando por mi cuenta:
La forma de los genitales femeninos y los masculinos determinan una forma de relación entre sí. Determinan la movilidad masculina y a la estática femenina. La excrecencia de un órgano, su caracter exterior implica la condición de activo. El órgano interno implica la condición pasiva. Es un hecho físico que debió haber condicionado toda la cultura social que se formó en torno a la sexualidad.
La humanización permite superar los condicionamientos físicos. El problema es que cada ser nace con los mismos órganos que condicionaron una cultura de agresión y pasividad, de dominio y sometimiento primitivos. Hay que dar fin al símbolo fálico como valor, fruto de los tiempos más remotos y de una situación petrificada por milenios. Cada ser que nace vuelve a repetir en el instinto la condición de avance o de quietismo determinadas por las formas genitales. Solo tomando conciencia de que esto remite al padecimiento de la mujer y el privilegio del varón, tendremos la certeza de que puede cambiar esta cultura. Y no es cambiando los roles en el coito. Se trata de cambiar los roles en la vida social. La libertad sexual no asegura la libertad social.
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